Alimentos prohibidos para embarazadas

Todos, en cualquier momento, somos vulnerables a las enfermedades transmitidas por los alimentos, pero las mujeres embarazadas y el feto lo son especialmente, sobre todo a las de origen químico y microbiológico. Durante el embarazo se producen cambios hormonales del sistema inmunológico materno, el sistema inmunológico de la mujer se ve suprimido para que el bebé pueda desarrollarse. Como consecuencia aumenta el riesgo de desarrollar infecciones. ¿Cuáles son los alimentos prohibidos para embarazadas?.
- ¿Qué puede pasar?
- ¿Qué alimentos debo evitar en el embarazo?
- Recuerda: 4 Normas básicas para manipular los alimentos con seguridad
¿Qué puede pasar?
Las enfermedades infecciosas durante el primer trimestre del embarazo son las más preocupantes debido a la formación y desarrollo de los órganos fetales, hay que tener especial cuidado, ya que es muy probable que la futura mamá no tenga síntomas o sean muy leves y apenas los perciba pero que sí puedan afectar al feto, desde malformaciones, problemas neuronales o fallecimiento. En el segundo y tercer trimestre, los síntomas son más palpables, puesto que el feto suele moverse habitualmente. Sin embargo, no se debe bajar la guardia en el segundo y tercer trimestre pues los riesgos aún están presentes.
Para prevenir dichas intoxicaciones son necesarias medidas higiénicas, evitar ciertos alimentos y moderar la frecuencia de consumo de otros. Por ello debe tenerse en cuenta cómo conservar, elaborar y cocinar los alimentos. No hace falta obsesionarse, pero sí hay que tenerlo muy en cuenta.
Según el Informe de las zoonosis transmitidas por los alimentos (ACSA 2010), los microorganismos patógenos de mayor riesgo son: Listeria, Salmonella, Toxoplasma, Camylobacter y E. coli. El estudio de contaminantes químicos en la dieta (ACSA 2000-2010) muestra que el metilmercurio es el de mayor riesgo.
¿Qué alimentos debo evitar en el embarazo?
- No comer ningún alimento crudo de origen animal, como huevo, marisco, pescado (sushi, ceviche) y carne (carpaccio), ni ahumados (salmón, caballa). Evitar embutidos no cocidos.
- No comer queso fresco o de pasta blanda (feta, camembert, mascarpone, brie, requesón, queso burgos...) si la etiqueta especifica que han sido elaborados con leche cruda. Si no lo pone, desconfía, busca aquellos en que la leche esté pasteurizada.
- Evitar patés refrigerados que no han sido pasteurizados.
- Deben cocinarse suficientemente los alimentos, sobre todo la carne, el pollo, los huevos y el pescado, de manera que no queden partes crudas en su interior.
- Lavar muy bien frutas, legumbres y plantas aromáticas antes de consumirlas, sobre todo las que se toman crudas.
- Evitar consumir grandes peces predadores como el pez espada, emperador, atún, bonito… por su contenido en mercurio. Pueden sustituirse por pescados de menor tamaño como las anchoas, sardinas, chicharros o verdeles.
- No comer “restos” de comidas, pues a más horas desde su cocinado o preparación mayor riesgo de crecimiento bacteriano, incluso en el refrigerador.
- Es importante preparar la comida con la mínima antelación posible y, si no es posible, debe conservarse en el refrigerador.
Además de tener en cuenta los alimentos citados anteriormente, es importante prestar especial atención a realizar un buen lavado, sobre todo de frutas y verduras antes de su consumo, especialmente si se comen crudas, aunque seguir algunos consejos reducirá el riesgo de contaminación:
- Antes de manipular los alimentos debemos tener las manos bien limpias, así como la superficie de cocina donde se vaya a trabajar y utensilios que se van a utilizar.
- Conserva las frutas y las verduras en la nevera, separadas del resto de alimentos cocinados y crudos.
- Antes de consumirlas lávalas siempre bajo el chorro del grifo, aunque vayan a ser consumidas sin piel. De ese modo se eliminan impurezas y posibles tóxicos.
- En caso de que la verdura se coma cruda o la fruta se coma cruda con piel, aún debe prestarse más atención a su lavado bajo el chorro del grifo, siendo meticulosos en su limpieza. También puede utilizarse lejía “apta para alimentos”.
Recuerda: 4 Normas básicas para manipular los alimentos con seguridad
- Limpiar: lavarse las manos antes y después de manipular los alimentos.
- Cocinar: cocer los alimentos a temperaturas ≥ 75 º C en su interior.
- Separar: evitar el contacto de alimentos crudos con los cocinados.
- Enfriar: preparar los alimentos poco antes de consumirlos, y no dejarlos a temperatura ambiente más de dos horas.
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