Anemia en la mujer
Causas de la anemia en la mujer
La anemia en la mujer en edad fértil es más común que en hombres. Las causas son pérdida de sangre o la falta de producción de glóbulos rojos… Las principales causas de anemia son la pérdida de sangre, la falta de producción de glóbulos rojos o mayor velocidad de destrucción de estos. En el caso de las mujeres, lo más habitual es que aparezca anemia ferropénica, la asociada a una pérdida hemática frecuente.
Durante el embarazo puede presentarse anemia debido a concentraciones bajas de hierro y de ácido fólico (folato), y a ciertos cambios de la sangre. Durante los primeros seis meses de embarazo, la porción líquida (plasma) de la sangre de la mujer aumenta con más rapidez que la cantidad de glóbulos rojos. Entonces la sangre se diluye y se puede producir anemia.
Otras situaciones que pueden provocar anemia en las mujeres son:
- Las hipermenorreas (reglas abundantes con gran perdida hemática).
- La patología orgánica uterina como presencia de miomas que no permiten una buena contractilidad uterina.
- Los pólipos endometriales también pueden provocar pequeños sangrados que si no se cortan en el tiempo pueden acabar provocando anemia.
- La perimenopausia, periodo previo a la menopausia que cursa muy frecuentemente con alteraciones menstruales, entre ellas ciclos irregulares cortos y reglas muy abundantes, a veces llegando incluso a sangrados tan exacerbados que conllevan anemias agudas que pueden precisar la necesidad de transfusiones.
La sintomatología más habitual en las situaciones de anemia son el dolor de cabeza, el cansancio y la fatiga, palpitaciones y palidez de piel y mucosas.
Tratamiento de la anemia
En todos estos casos lo principal es pautar hierro, ya sea en formato oral, con una dieta rica en hierro, o incluso en ocasiones en formatos endovenosos para mejorar la anemia, pero a la vez hay que buscar el tratamiento que haga que se corten las hemorragias que rocen la anemia. Estos tratamientos son, por ejemplo, los anticonceptivos, que regulan las reglas y hacen que se hagan más cortas. En casos de miomas se puede plantear tratamiento quirúrgico o bien acetato de ulipristal que se puede dar como tratamiento previo a la cirugía para remontar la anemia.
En los casos en los que sí se hace preciso la cirugía, lo mejor es practicar una histerectomía con o sin extirpación de los ovarios. Otras cirugías útiles pueden ser las histeroscopias para extirpación de los pólipos endometriales o los legrados uterinos para obtención de material para biopsia o incluso como tratamiento. En los casos de reglas abundantes se puede pautar, aparte de los anticonceptivos, una sustancia que se llama ácido tranexámico que hace que se corten las metrorragias mientras se instaura un tratamiento definitivo.
En cualquier caso, lo mejor es consultar con el ginecólogo para valorar la mejor opción terapéutica.