Anorgasmia

01 Jun 2020
La anorgasmia se define como la ausencia o el retraso persistente o recurrente del orgasmo tras una fase de excitación normal, en el transcurso de una actividad sexual.

Se define la anorgasmia como la inhibición recurrente y persistente del orgasmo. Es, junto con la falta de deseo sexual, una de las disfunciones sexuales más comunes de la mujer.

Tipos de anorgasmia

Encontramos dos tipos de anorgasmia:

  • Anorgasmia primaria: cuando nunca se ha logrado consolidar un orgasmo ni a través del coito, ni por masturbación, ni por estimulación directa de la pareja.
  • Anorgasmia secundaria: cuando la persona no puede alcanzar el orgasmo manteniendo relaciones sexuales, pero sí a través de la masturbación o estimulación directa del clítoris.

Además, se habla también de una anorgasmia situacional cuando se logra el orgasmo sólo con determinadas parejas, en circunstancias específicas.

La anorgasmia puede ser primaria, cuando nunca se ha obtenido el orgasmo, o secundaria, cuando, tras una época de haber tenido orgasmos con normalidad, se dejan de experimentar de forma sistemática. La anorgasmia absoluta se da en aquellos casos en los que una mujer no es capaz de alcanzar el orgasmo mediante ningún procedimiento. Mientras que la anorgasmia relativa se refiere la obtención del orgasmo de una forma determinada; por ejemplo, anorgasmia coital. La anorgasmia situacional, por su parte, se produce cuando se puede alcanzar el orgasmo sólo en determinadas circunstancias específicas.

Causas de la anorgasmia

Las causas de la anorgasmia fundamentalmente son psicológicas, pero también pueden ser orgánicas, es decir, enfermedades como la diabetes, enfermedades neurológicas o traumatismos en la zona de los genitales. También son un factor importante las drogas o determinados fármacos que afecten a la sensibilidad de la zona o que hagan perder la apetencia sexual, como determinados antidepresivos.

Las causas psicológicas más importantes son, condiciones culturales negativas, experiencias sexuales traumáticas, falta de información sexual, etc. En general se cree que la ansiedad por el desempeño es la causa más común de los problemas de orgasmos y que un 90% o más de estos problemas parecen ser de naturaleza psicológica. Algunos fármacos pueden sedar y deteriorar la capacidad de respuesta orgásmica, incluido el alcohol. Los antidepresivos ISRS como la fluoxetina, la paroxetina y la sertralina son una causa muy común de falta de orgasmo, orgasmo retardado u orgasmo insatisfactorio en hombres y mujeres.

Entre las causas psicológicas, traumas socioculturales junto con estilos de crianza muy convencionales que pueden hacer ver la sexualidad como algo malo y provocar sentimientos de vergüenza, culpa, fobia, pecado, baja autoestima... Otros factores desencadenantes incluyen actitudes machistas, represión familiar y educativa donde nunca se explica cómo es la respuesta sexual humana, mutilación genital, mala comunicación con la pareja, temor al abandono por parte de la pareja  después del coito, miedo a perder el control sobre los sentimientos y la conducta, falta de información sobre la sexualidad (la desinformación y el desconocimiento son graves factores). Por otro lado, encontramos problemas de ansiedad, laborales y/o familiares, el estrés...

Otro grupo de causas serían las orgánicas:

  • Durante el embarazo, climaterio, menopausia, vejez... todos ellos situaciones fisiológicas del cuerpo que provocan alteraciones en los niveles hormonales y en la conducta sexual.
  • Enfermedades: problemas hormonales, hipotiroidismo, diabetes avanzada, tumores, lesión medular)
  • Toma de medicamentos (narcóticos, antidepresivos, antipsicóticos y sedantes) que alteran la respuesta sexual-coital. Así como el consumo de drogas, alcohol…

 

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Soluciones

La educación sobre la estimulación sexual y la respuesta y sobre las actitudes saludables hacia el sexo tiende a minimizar los problemas.  Las parejas que descubren que deben guiar verbal y no verbalmente a su pareja para obtener la estimulación que les hace sentir mejor, experimentarán este problema con menos frecuencia. Es importante tener en cuenta que no se puede forzar la respuesta sexual.

En los casos de anorgasmia suele ser necesario acudir a un sexólogo o un psicólogo experto en estos problemas. Si la causa es orgánica deberá ser tratada la enfermedad de base o bien revisar la medicación que esté tomando la mujer.

El tratamiento de la anorgasmia es complicado porque toca muchos aspectos de la historia psicosexual de cada individuo. Aunque se trata de individualizar cada caso, algunas recomendaciones podrían ser:

  • Explorar el cuerpo desnudo, intentando estar cómodas con éste y nuestra feminidad.
  • Descubrir las partes más y menos sensibles. Un objeto útil para conseguir todo esto es un espejo, con el que intentar descubrir la anatomía de los genitales.
  • Es bueno concentrarse en diferentes zonas del cuerpo y en la sensación que en ellos provoca al tocarlos, como los muslos, glúteos, pecho, pezones, cabello, cara...
  • Olvidar la obsesión por conseguir el orgasmo, ya que cuanto más pendiente y más estresado se esté por llegar a conseguirlo, más alejado se estará de lograrlo.
  • Hacer ejercicio, fortalecer los músculos y mejorar la capacidad cardiovascular para incrementar la resistencia en el acto sexual.
  • Eliminar actitudes negativas y prejuicios en torno al sexo. El conocimiento es básico para disfrutar de una vida sexual plena.
  • Disfrutar explorando a la pareja.
  • Disponer de tiempo suficiente para la intimidad, evitando todo tipo de interrupciones. Dejando atrás los problemas, el trabajo, la familia, el estrés diario, la fatiga, el malhumor…
  • Incorporar y hacer partícipes a todos los sentidos en las relaciones sexuales: tocar, oler, oír, saborear, imaginar…
  • Probar diferentes conductas sexuales puede beneficiar el aumento del deseo y facilitar el camino al orgasmo, así como el uso de lubricantes, juguetes sexuales…

Se trata, pues, de un problema a veces infradiagnosticado por la falta de información, por la sensación, en algunas situaciones socio-culturales, de tabú o de prejuicio en relación a todo lo que tiene que ver con el sexo y las relaciones íntimas. Por eso el primer paso para afrontarlo debe ser dejar atrás los miedos, en la medida de lo posible, y acudir a un especialista para que nos dé unas pautas a seguir y de esa forma poder alcanzar una vida sexual plena.

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Equipo medico dkv
Autor/a: Equipo médico DKV

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