Anticonceptivos durante la lactancia
La lactancia abre la puerta a experiencias únicas, muchas veces desconocidas, en las que el bienestar físico, psíquico y emocional se dan la mano. En esta nueva fase, es normal que surjan dudas sobre las decisiones que debe tomar la madre para garantizar la salud del bebé y la suya propia, incluyendo aquí el caso de los anticonceptivos de mujer durante la lactancia.
Existen múltiples métodos anticonceptivos para mujeres compatibles con la lactancia
Dentro de esta variedad y a la hora de elegir el método anticonceptivo más apropiado, es el personal sanitario quien suele tener mayor influencia en la decisión final (44,2%), seguido del propio criterio personal de la mujer (31,2%), según la encuesta nacional de anticoncepción. Por ello, analizamos qué opciones hay para asegurar la salud tanto del bebé como de la mamá.
Anticonceptivos, mujer y lactancia: 3 opciones
En primer lugar, es relevante saber que la lactancia materna es el método anticonceptivo más antiguo conocido. Esto se debe a que los altos niveles de la hormona prolactina, generados durante el periodo lactante, impiden el ciclo ovulatorio.
Este efecto, conocido como MELA o Método anticonceptivo de la Lactancia y Amenorrea, se mantiene mientras la lactancia es a demanda y continua y si la mujer no tiene el periodo. Si se cumplen estas condiciones, la probabilidad de embarazo es cero durante las primeras doce semanas tras el parto, y de entre el 1-2% durante los siguientes tres meses de vida del bebé. Pasados los primeros seis meses desde el parto, la seguridad anticonceptiva de la lactancia va disminuyendo.
No obstante, a pesar de reducir las probabilidades de embarazo, el MELA no es efectivo al 100% y en la actualidad existen otras opciones más recomendables y seguras que conviene conocer.
1. Métodos hormonales
Los métodos anticonceptivos hormonales son compatibles con la lactancia y cuentan con un alto nivel de efectividad.
Existen varias opciones. Por un lado, está la inyección trimestral, que se administra por un profesional cada 12 semanas y contiene únicamente progesterona. De este modo, resulta segura para la salud del bebé y altamente efectiva.
Por otro lado, destacan también los anticonceptivos orales, que suponen el segundo método anticonceptivo más utilizado tras los preservativos, según el estudio de anticonceptivos y mujeres citado más arriba.
No obstante, en el caso de la lactancia, los anticonceptivos orales apropiados son los que contienen únicamente gestágenos (conocidos también como minipíldora). Se trata de un método muy eficaz, aunque también cuenta con requisitos y algunas desventajas. Así, estas píldoras han de consumirse siempre a la misma hora, todos los días, y además pueden producir un pequeño sangrado continuo conocido como “spotting”.
Las pastillas anticonceptivas hormonales que combinan gestágenos y estrógenos de forma conjunta, no están recomendadas como método anticonceptivo para la lactancia, ya que disminuyen la producción de leche (este cambio difiere dependiendo de cada mujer).
Además, entre los métodos anticonceptivos hormonales también destacan los implantes subdérmicos. Esto consiste en colocar un implante del tamaño de una horquilla de pelo, insertado en la parte interior y más cercana a la axila del brazo. Desde allí, este dispositivo libera la hormona de la progesterona de forma continua y prolongada en el tiempo, y solo necesitan cambiarse una vez pasan entre 3 y 5 años (según recomendación médica).
En esta misma línea también se incluye como método anticonceptivo hormonal el DIU de liberación hormonal (Mirena), que es utilizado por el 4% de las mujeres que utilizan algún método anticonceptivo, según los datos del estudio citado anteriormente.
En este caso, el dispositivo intrauterino libera una hormona llamada levonorgestrel, una forma sintética de la progesterona. Al igual que el DIU tradicional (de cobre), sólo puede insertarse seis semanas después del parto. Como ventaja, este método provoca períodos más ligeros o incluso ausentes, pasado un tiempo.
Finalmente, entre los métodos anticonceptivos hormonales también está la pastilla del día después. Éste es, no obstante, un método de uso exclusivo en caso de emergencia y debe evitarse su uso de forma continuada. En este caso, se introduce una dosis elevada de gestágenos para evitar el embarazo no deseado.
2. Métodos barrera
Los dispositivos barrera incluyen los preservativos femeninos y masculinos, y se trata de opciones igualmente útiles en el periodo de lactancia. Es más, el preservativo es el método anticonceptivo más utilizado actualmente, según la encuesta de contracepción antes citada.
Si bien el preservativo masculino es especialmente popular, esta categoría también comprende el diafragma, la pieza de silicona o goma que, introducida en la vagina, cubre el cuello del útero para evitar el embarazo.
Además, entre los métodos barrera también está disponible el dispositivo intrauterino (DIU) de cobre. No obstante, para las madres en periodo de lactancia, es necesario esperar seis semanas después del parto para una colocación segura.
La principal ventaja del DIU es que supone un anticonceptivo de larga duración y reversible. Así, una vez retirado, permite el embarazo sin esperas (a diferencia de algunos métodos hormonales, por ejemplo).
No obstante, es conveniente estudiar cada caso y llevar un seguimiento en la salud postparto tras aplicar este método, ya que algunas mujeres pueden experimentar dolor en la menstruación y sangrar más.
3. Métodos definitivos
Los métodos anticonceptivos definitivos suponen procedimientos irreversibles, y son por tanto adecuados para aquellas mujeres que decidan no buscar más embarazos una vez que han dado a luz a un bebé. Al ser una decisión definitiva, es conveniente tomarla de forma no precipitada y con seguridad, conociendo además todas las consecuencias.
En esta categoría se incluye la ligadura de trompas, el método anticonceptivo permanente para mujeres. Mediante esta intervención quirúrgica, se busca cerrar el paso de las trompas de Falopio al cortarlas, ligarlas o bloquearlas. De este modo, se corta el conducto que permite que el óvulo sea fecundado por un espermatozoide.
En relación con los métodos anticonceptivos durante la lactancia, es importante saber que la ligadura de trompas puede realizarse incluso después del parto.
Se trata de una intervención que requiere de un ingreso hospitalario y anestesia general, ya que el procedimiento tiene lugar a través de una laparoscopia (introducción de una pequeña cámara en una incisión en el ombligo) o laparotomía (que es posible realizar en combinación con una cesárea).
Entre los métodos anticonceptivos permanentes se encuentra asimismo la vasectomía o esterilización masculina. En este caso, la intervención se realiza mediante anestesia local y no requiere ingreso hospitalario, aunque su efecto anticonceptivo no es inmediato. Por ello, en caso de duda en una pareja, es conveniente comparar ambos métodos, teniendo en cuenta las necesidades de cada uno.
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