Dejar de fumar en el embarazo, ¿por qué hacerlo?
Existen una serie de factores de riesgo para el uso de tóxicos durante el embarazo, como por ejemplo, antecedentes personales o familiares de uso o abuso de drogas, embarazo en la adolescencia, etapa en la que ya se ha tenido la menarquía, escaso control prenatal, conductas sexuales de riesgo, comorbilidad con enfermedades mentales, o mujeres sin vínculo familiar estable. Sin embargo, es indispensable conseguir dejar de fumar en el embarazo.
Consecuencias de no dejar de fumar en el embarazo
El tabaco es probablemente la sustancia nociva más consumida en el embarazo. Sus efectos sobre madre y feto los provoca la nicotina y otras muchas sustancias que contienen los cigarrillos. A su vez, es una de las causas evitables más importante de resultados negativos sobre la gestación. El consumo de tabaco se ha relacionado con la existencia de abortos, y de una manera directamente proporcional, es decir, a mayor número de cigarrillos, mayor posibilidad de aborto. Otras patologías relacionadas con no dejar de fumar en el embarazo son el parto prematuro, el desprendimiento de placenta normalmente inserta, la rotura prematura de membrana y el bajo peso al nacer. La mayoría de estos efectos parecen estar relacionados con una alteración sobre la placenta que dificulta la llegada de oxígeno al feto, y está demostrado que hay una disminución del volumen de los capilares en la placenta, así como un aumento en el grosor de la membrana.
El tabaco se ha asociado también a pie equinovaro, craneosinostosis, labio leporino, malformaciones del sistema urinario y cardiaco y alteraciones de las extremidades. Otros estudios recientes han observado que la exposición prenatal a la nicotina puede provocar alteraciones en el desarrollo pulmonar que pueden influir en la función pulmonar postnatal. Además, el tabaco puede dificultar la curación de la gripe durante el embarazo.
Alcohol en lugar de tabaco
Otro tóxico importante es el alcohol y aunque es difícil establecer la prevalencia de embarazadas que lo consumen, provoca graves efectos irreversibles sobre el sistema nervioso central. Estudios de neuroimagen y de anatomía patológica en modelos animales aplicados a humanos han mostrado alteraciones en la estructura y función cerebral, que se producen sobre todo en áreas que establecen el control de los impulsos y el juicio, la transmisión de la información entre hemisferios, la memoria y el aprendizaje, la coordinación motora, y percepción del tiempo, entre otras. Una exposición importante durante el primer trimestre está asociada con malformaciones faciales y cerebrales, durante el segundo trimestre aumenta el riesgo de aborto espontáneo, y durante el tercer trimestre queda afectado principalmente el peso, la longitud y la maduración cerebral.
Otros tóxicos distintos del tabaco en el embarazo
En la pauta de dejar de fumar en el embarazo, también se incluye la abstención de consumir otras drogas ilegales. De todas ellas, la más consumida en el embarazo es la marihuana, seguida por el uso de psicofármacos, cocaína, anfetaminas y barbitúricos. En la consulta preconcepcional o bien en la primera del embarazo es importante preguntar por los hábitos tóxicos, insistiendo en drogas de abuso porque muchas veces pensamos sólo en tabaco y el alcohol y no insistimos en otros.
La marihuana es la droga ilegal más utilizada durante la gestacióń en países desarrollados. No se considera un agente teratogénico (capaz de provocar defecto congénito durante la gestación del feto), pero sí hay asociación entre su consumo y el bajo peso al nacer, prematuridad e ingreso en unidades neonatales. Estudios neonatales han encontrado que los hijos de madres consumidoras de marihuana son más irritables, hiperexcitables y tienen un umbral de respuesta nerviosa más bajo comparado con hijos de madres no consumidoras de marihuana.
La cocaína es otra droga ilegal cuyo principal efecto es la vasoconstricción, tanto de los vasos fetales como de los placentarios y además es un efecto dosis-dependiente. No se considera teratógeno, pero sí se ha relacionado su consumo con un aumento del riesgo de aborto, desprendimiento de placenta, crisis de hipertensión similares a los estados de preeclampsia, además de parto prematuro y bajo peso al nacer. El efecto neonatal de la cocaína consumida durante la gestación se demuestra a las 48-72 horas de vida, y estos niños tiene más temblores, irritabilidad, succión exagerada, hiperalerta, apnea o taquipnea. Y también pueden presentar alteraciones en los potenciales auditivos y, ocasionalmente, alteraciones en el electroencefalograma.
Otro grupo de tóxicos son los llamados opiáceos, entre los que se encuentra la heroína, y que normalmente se encuentra asociados a bajo estado socioeconómico, problemas psiquiátricos, la susceptibilidad a la violencia, y las conductas sexuales de riesgo. El principal efecto que provoca en la gestión es el del síndrome de abstinencia sobre el recién nacido y secundariamente el manejo anestésico-analgésico del parto. Esta droga tiene sustituto, la metadona, y se utiliza en las gestantes consumidoras de heroína ya que tiene menos riesgo para el recién nacido y su uso es seguro.
Y si necesitas ayuda de profesionales, desde el DKV Club Salud y Bienestar te ofrecemos la opción de acudir a especialistas que pueden acompañarte en el camino de dejar de fumar en el embarazo. Con ellos podrás establecer un plan con objetivos concretos para conseguirlo, siempre adaptado a tus necesidades y preferencias para que te sientas cómodo y puedas llegar a tu meta deseada.
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