Tocofobia, miedo al parto.

Un estudio publicado en la revista médica Acta Obstetricia et Gynecologica Scandinavica muestra que, tras examinar a más de 850 mil mujeres embarazadas de 18 países diferentes, el miedo irracional al parto, también conocido como tocofobia, afecta al 14% de las mujeres de todo el mundo y su prevalencia va en aumento desde el año 2000.
¿Qué es la tocofobia?
El término tocofobia proviene del griego “tokos” (nacimiento) y “phobos” (miedo), palabra que se utiliza para describir el miedo irracional que sienten algunas mujeres a la etapa del embarazo y al parto.
Aunque es normal sentir preocupación ante el momento de dar a luz, y la mayoría de las mujeres la tienen y especialmente las primerizas, cuando hablamos de tocofobia nos referimos a que esta preocupación normal y esperable se transforma en un miedo patológico persistente e inexplicable que interfiere en la vida de la mujer que lo padece.
¿Qué síntomas presenta?
La mujer que sufre de tocofobia…
- Piensa recurrentemente en la posibilidad de quedar embarazada y convierte los métodos anticipativos en una verdadera obsesión.
- A menudo usa el doble método (condón y anticonceptivos o DIU).
- Disfruta poco del sexo por el temor a que se rompa el preservativo o no funcione el método anticonceptivo.
- En los casos más graves, intenta evitar las relaciones sexuales.
- Es posible que engañe a la pareja sobre su imposibilidad para tener hijos.
- Puede llegar a tomar decisiones precipitadas e irreversibles, como la ligadura de trompas.
- Estando en pareja, prefiere evitar el tema hijos o éste es motivo de discusión.
- Puede sufrir una crisis nerviosa ante el hecho de nombrar la posibilidad de un embarazo.
- Teme los cambios físicos, las responsabilidades y el cambio de vida que supone la llegada de un hijo.
- En caso de quedar embarazada, puede pensar en el aborto sólo por evitar el parto, pedir una cesárea innecesaria, e incluso tener pensamientos de rechazo hacia el bebé.
- Siente miedo por la probabilidad de que el hijo nazca con alguna enfermedad o malformación.
¿Cuáles son sus causas?
Según su origen podemos tener dos tipos de tocofobia:
- Tocofobia primaria. La padecen quienes nunca han tenido hijos, acostumbra a aparecer en la adolescencia y su raíz suele estar en:
- Haber visualizado a temprana edad, videos escolares que presentan escenas del parto.
- Escuchar vivencias de otras mujeres, sobre todo si proceden de madres y más aún si éstas han tenido una experiencia traumática.
- Tener concepciones erróneas en relación con el parto.
- Haber vivido experiencias negativas a lo largo de la juventud.
- Haber sufrido abusos sexuales.
- Tener una relación complicada con los padres.
- Sentir incertidumbre sobre la capacidad para criar hijos.
- Temer causar problemas en el hijo por la falta de aptitud.
- Disfunciones sexuales como el vaginismo o la dispareunia (dolor durante el coito).
- Tocofobia secundaria: La padecen quienes ya han tenido uno o más hijos, aparece a raíz de una experiencia previa traumática relacionada con el embarazo o el parto y su origen acostumbra a estar en:
- Haber pasado un embarazo con molestias o complicaciones (diabetes gestacional, vómitos, enfermedades respiratorias, etc.).
- Haber tenido una mala práctica obstetricia (mala atención médica, anestesia que no funcionó, etc.).
- Haber sufrido una situación de peligro personal o para el bebé durante la intervención quirúrgica.
- Haber tenido un niño prematuro con riesgos vitales.
- Haber sufrido una fuerte depresión posparto.
¿Es posible superarlo?
Sí, la tocofobia es perfectamente tratable y superable. De hecho, se ha demostrado que la psicoterapia es una de las mejores técnicas para tratar esta fobia.
Se utilizan técnicas como la exposición gradual, utilizando fotografías de mujeres embarazadas y otros objetos relacionados con el parto para que puedan adecuarse poco a poco a este tipo de pensamientos hasta erradicar el temor; reparación del origen del miedo, dotando a la afectada de las herramientas necesarias para superar la tocofobia; y psicología perinatal, para construir un vínculo sano y fuerte con el bebé, de modo que el nacimiento deje de ser una preocupación y pase a ser un momento esperado, entre otras.
Y si ya estás embarazada, otros recursos disponibles que pueden ayudar son:
- Una visita guiada al hospital donde se va a dar a luz, y en la que se puede hablar con el personal sanitario, puede resultar tranquilizador.
- Acudir a las clases de preparación al parto para compartir miedos y ansiedades con mujeres en la misma situación.
- Informarte sobre las casas de parto, habitaciones alejadas de los paritorios, donde existen camas, bañeras, instalaciones para hacer ejercicios y donde pueden estar también acompañantes o padres. Estas instalaciones ofrecen una atención similar a la que ofrecen hospitales de otros países, como NHS inglés (Servicio Nacional de Salud de Reino Unido), donde la atención al parto en unidades de matronas es muy habitual.
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