Hipermetropía en niños, ¿cuándo preocuparse?

¿Has notado que tu hijo se tiene que esforzar demasiado para ver de cerca? A continuación, te explicaremos qué es la hipermetropía, qué síntomas, cómo detectarlo y el tratamiento de la hipermetropía en niños, así como a distinguirlo del astigmatismo o la miopía. ¡Atento!

¿Qué es la hipermetropía en niños?

La hipermetropía es un error en la refracción –es decir, el cambio de dirección de una onda al pasar de un medio al otro- por lo que los rayos de luz se doblan o convergen poco, entonces la imagen no se refleja en el lugar adecuado, sino detrás de la retina. Esto produce una imagen desenfocada o borrosa en el cerebro. La causa de este problema visual puede depender de la córnea (por tener poca curvatura), del cristalino o porque el ojo es más pequeño de lo normal.

La mayoría de los niños suelen presentar hipermetropía fisiológica que no suele producir sintomatología y que, con el crecimiento, este defecto tiende a desaparecer. Además, cuentan con una gran capacidad de elasticidad a nivel del cristalino lo que consigue una mejor acomodación para corregir el defecto, pero ese mayor esfuerzo por normalizar su visión conlleva que presenten algunos síntomas.

Por ejemplo, el 70% de niños sanos suelen ser hipermétropes, disminuyendo conforme el ojo se va desarrollando. De tal forma, que entre los 3-5 años suelen tener una graduación de hipermetropía de entre 1.5 y 3 dioptrías, valores que irán descendiendo hasta los 6-10 años donde la mayor parte de ellos, alcanzan la emetropía, es decir, sin defecto refractivo. También, es cierto que, la hipermetropía infantil tiene un cierto componente hereditario.

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¿Qué síntomas produce la hipermetropía infantil?

Como hemos comentado anteriormente, la mayoría de los niños no presenta ningún síntoma porque su cristalino es elástico y es capaz de aumentar la convergencia y cambiar la dirección de los rayos de luz para situarlos justo en la retina. Pero, en algunas ocasiones, sí puede presentar sintomatología como visión borrosa al ver de cerca. El problema es que, para ellos, es algo difícil de expresar o llegar a entender, por lo que hay que estar muy pendientes y fijarnos en ciertos aspectos claves para detectarlo a tiempo.

La observación es la mejor prevención puesto que existen ciertos signos evidentes que muestran que nuestro hijo no ve correctamente, como, por ejemplo:

• Dolores de cabeza por forzar la vista para enfocar.

• Picor, escozor, lagrimeo, dolor ocular con un parpadeo excesivo.

• El niño presenta dificultades para escribir, leer o concentrarse en una actividad.

• Su rendimiento escolar es bajo y es a causa de sus molestias oculares

• En los casos de intensidad media o alta, puede ocasionar endotropia, o lo que es lo mismo, estrabismo. Además, de tener visión borrosa de lejos.

¿Cómo se diagnostica?

Este tipo de problemas de visión, como ya hemos dicho, se suele detectar gracias a la observación en casa o en la escuela. También se puede sospechar en un examen estándar de la visión en el que se pide al niño que lea dibujos o letras de distintos tamaños. Si la prueba demuestra que la visión es deficiente, el médico utilizará otros dispositivos, como el retinoscopio, un instrumento que permite ver cómo se refleja en la retina una luz especial.

Como los niños tienen ese poder de acomodación, es posible que se les aplique unas gotas para que eso no ocurra. Dependiendo de cómo se refleja la luz, este dispositivo puede detectar si la persona es miope o hipermétrope. Es recomendable, realizar una primera revisión oftalmológica a los 3 años de edad, e incluso antes, en caso de contar con antecedentes familiares.

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Tipos de hipermetropía en niños

La hipermetropía se puede clasificar en las siguientes variedades:

• Hipermetropía latente que se compensa fisiológicamente por el tono muscular ciliar.

• Hipermetropía manifiesta es la que no se corrige con acomodación.

• Hipermetropía total que es la suma de las dos anteriores. Este valor se obtiene tras una graduación de la visión con la pupila dilatada.

Tratamiento para la hipermetropía

Si la hipermetropía en niños no se ve compensada, será necesaria la utilización de gafas graduadas para la corrección óptica. El encargado de recomendar la mejor solución para nuestro hijo será el óptico-optometrista, pues dependerá de cada caso particular. Otra opción sería llevar lentes de contacto para conseguir una mayor comodidad del pequeño, cuando realice actividades físicas.

Los casos en los que será necesario la utilización de gafas graduadas para lograr una imagen enfocada son en las hipermetropías altas, pero también en aquellas en las que los más pequeños sufran síntomas, como dolor de cabeza, dolor ocular, estrabismo asociado, disminución de la agudeza visual, etcétera.

Una recomendación extra cuando el niño cuenta con 1-2 dioptrías es utilizar una luz potente cuando realicen trabajos o cuando estén jugando, porque así no necesitarán forzar tanto para conseguir la acomodación.

¿Es necesario llevar un control de la visión?

Sin lugar a dudas, sí, si tu hijo tiene entre 3 y 8 años, y padece hipermetropía, es necesario realizar exámenes visuales con cierta periodicidad. De esta manera, podremos comprobar si el problema se va corrigiendo con el paso del tiempo de una forma natural gracias al desarrollo, o bien, empeora y necesita tratamiento.

¿Cómo diferenciar la hipermetropía en niños de otros problemas visuales?

La hipermetropía, la miopía y el astigmatismo son problemas visuales, pero, aunque se pueden parecer en determinados puntos, nada tienen que ver unos con otros. Para que no confundas estos términos, te explicamos en qué consisten cada uno de ellos. ¡Toma nota!

• La hipermetropía como ya hemos explicado con anterioridad, es una anomalía visual de refracción ocular que provoca visión borrosa cuando se trata de enfocar un objeto de cerca. Además, en este caso, la luz se enfoca detrás de la retina.

• Por el contrario, con la miopía no se puede ver bien de lejos lo que provoca una visión borrosa porque la luz se focaliza delante de la retina, al contrario que la hipermetropía.

• El astigmatismo, por su parte, es una deformación en la curvatura de la córnea lo que no permite enfocar correctamente los objetos, y por eso, se ven deformados o difuminados. La causa que provoca el astigmatismo es que la luz no se enfoca exactamente en la retina, sino en puntos separados.

En cualquier caso, ahora que ya conoces qué es la hipermetropía en niños, no te olvides que lo más importante para detectarlo a tiempo es la observación. Ante cualquier duda, contacta con los profesionales para realizar los exámenes necesarios, y así, descartar posibles problemas visuales