Tos en los niños: cómo tratarla y prevenirla
Causas de la tos en los niños
La tos en los niños tiene unas causas principales. Son las siguientes:
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Resfriados o catarros y gripe: es la causa más frecuente. La tos en los niños es debida a la abundante mucosidad y suele resolverse sin necesidad de medicamentos específicos.
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Broncoespasmo y bronquitis: la tos suele ser más seca (aunque también puede acompañarse de mucosidad). En estos casos la tos mejora con medicamentos que "abren el bronquio", lo desinflaman y permiten un mejor paso del aire.
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Neumonía: son las infecciones bacterianas o víricas que afectan al parénquima pulmonar, evidenciándose en la radiografía una condensación de una parte del pulmón. En estos casos el tratamiento específico con antibióticos es obligado.
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Tuberculosis: aunque parezca una causa de tos pasada de moda, la tuberculosis sigue presente en nuestro país, por lo que se debe considerar en ciertos casos de tos crónica.
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Alergia: puede ser una causa de tos seca o mucosa de carácter crónico. En este caso los antihistamínicos y los broncodilatadores (si se produce asma) son necesarios para mejorarla.
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Atragantamiento: cualquier cuerpo extraño entre la nariz y el bronquio origina tos para favorecer su expulsión.
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Tumoraciones, malformaciones vasculares y enfermedades inflamatorias crónicas pulmonares: son patologías poco frecuentes pero que se deben tener en cuenta en ciertos casos donde no queda clara la causa de la tos.
Cuándo se trata la tos en los niños
El tratamiento de la tos viene condicionado por dos cosas: la causa de la misma y su intensidad. Lo importante, en la mayoría de casos, es tratar la causa y no sólo el síntoma, por lo que es importante acudir al pediatra para que ausculte al niño, diagnostique la causa de la tos e indique la pauta más adecuada para su resolución.
Si la causa es una infección bacteriana, como una neumonía o tuberculosis, se deben dar antibióticos. Si es un cuerpo extraño, éste de debe retirar con una broncoscopia y si hay un problema bronquial, los broncodilatadores tienen un papel fundamental.
No se debe medicar nunca al niño sin prescripción del médico. El sobreabuso de jarabes de la tos no es aconsejable, ya que tienen efectos secundarios más importantes que los de la tos en sí misma.
Tos productiva en los niños
La tos productiva es la tos con presencia de mucosidad abundante. Se asocia a rinitis, por lo que la tos sólo es un mecanismo de defensa del cuerpo para aclarar el moco de la vía aérea. Suele emporar por la noche, ya que el moco cae por detrás de la nariz. Es la típica tos de los catarros o la gripe.
En estos casos los antitusígenos son poco eficaces al igual que todos los fármacos mucolíticos; tampoco deben utilizarse los descongestionantes nasales o los antihistamínicos. Lo más recomendable es realizar lavados nasales con suero fisiológico o agua de mar tantas veces al día como sea necesario, mantener al niño semi-incorporado por la noche y aumentar la ingesta de líquidos para fluidificar la mucosidad. Los vahos también pueden ayudar, siempre y cuando el niño no esté expuesto directamente al agua caliente. Se aconseja hacer vapor en el baño y que el niño respire ese aire húmedo.
En los casos en que la tos impida comer o bien no deje al niño dormir, debe consultarse con el pediatra para que valore al niño, lo ausculte y decida si debe iniciar o no algún tratamiento. Los jarabes contra la tos no han demostrado ser eficaces y, por el contrario, pueden ser causa de problemas graves de salud como alteraciones del corazón, nerviosismo, alucinaciones o dificultad para respirar. Por esta razón, son muchos los países que han prohibido la venta libre en farmacias de jarabes antitusígenos en niños menores de seis años. En algunos estudios científicos, los medicamentos contra la tos han tenido la misma eficacia que la miel.
Tos seca en los niños
Sólo se debe tratar en los casos en los que perturbe muchísimo la calidad del sueño o dificulte la ingesta. Si es debida a una inflamación o constricción del bronquio: bronquitis, asma... debe ser tratada con broncodilatadores. Para ello el pediatra debe explorar al niño.
Dra. Esther Martínez García - Especialista en Pediatría - Medico colaborador de Advance Medical