Inmunidad de los niños, ¿en riesgo?
En Maldita.es ya os hemos contado cómo la pandemia ha afectado a la salud mental de los niños y por qué se ven menos afectados por la COVID-19 que la población adulta. Ahora nos habéis preguntado por su sistema inmunitario: ¿puede verse afectada la inmunidad de los niños por el hecho de que hayan estado aislados y usando mascarilla durante unos meses? No hay evidencias científicas suficientes para responder con certeza a esta pregunta, pero los expertos consultados no creen que su sistema inmune pueda verse muy afectado, ya que su aislamiento nunca ha sido total ni han llevado mascarillas todo el rato.
Jorge Carrillo, vocal de la Sociedad Española de Inmunología (SEI) e investigador en irsiCAIXA, subraya a Maldita.es que todavía es difícil predecir las consecuencias del aislamiento y del uso de mascarillas en los niños. Otros bulos sobre COVID en niños
La mayoría de los componentes del sistema inmunitario pasan por un proceso de maduración entre el nacimiento y los seis años, según un artículo publicado en New Scientist.
Consecuencias del aislamiento en la inmunidad de los niños
“La inmunidad necesita de la interacción con los organismos contra los que se activa y, de esta forma, se va reforzando”, explica a Maldita.es Guillermo López Lluch, experto en metabolismo e inmunología y maldito que nos ha prestado sus superpoderes.
Desde que nacemos, “nuestro cuerpo interacciona con los microorganismos que se encuentran a nuestro alrededor, especialmente microorganismos que se transmiten por el aire y a través de la comida o las interacciones con otros”.
Si bien es cierto que los menores han perdido parte de esta interacción, Carrillo considera que “la implicación para el sistema inmunitario será mínima”. Para empezar, no todos los niños han tenido que llevar mascarilla. Además, según el experto, los menores que sí la han utilizado “no han estado aislados del todo”, ya que han permanecido en contacto con sus padres y hermanos sin mascarilla.
“Cuando llevan la mascarilla, están en contacto con otros niños, por lo que es imposible que estén totalmente aislados del ambiente y, además, no llevan la mascarilla durante todo el día”, afirma.
Los problemas asociados a llevar mascarilla y al aislamiento, según el vocal de la SEI, pueden ser más de tipo dermatológico y psicológico. También os hemos hablado de por qué están relacionados la mascarilla y el acné y cómo reducir el riesgo de sufrirlo y del impacto del coronavirus y la pandemia en la salud mental.
López tampoco considera que las interacciones de los pequeños se hayan reducido tanto como para que la inmunidad de los niños “se haya visto afectada de manera grave para el futuro”. Aun así, insiste en que no ha habido tiempo para obtener los datos que verifiquen de qué forma se ha visto afectada su inmunidad.
“Me pregunto si podríamos considerar que estos niños van a estar menos protegidos simplemente porque hayan pasado tan solo dos años con un menor contacto con patógenos aéreos y con otros niños, ya que en sus casas habrán tenido contacto con los circulantes a través de sus familiares”, indica. Para él, dos años no son suficientes como para afirmar que la inmunidad de los niños va a ser peor a edades más avanzadas: “Es muy prematuro y carece de lógica”.
Byram Bridle, inmunólogo de la Universidad de Guelph en Canadá, subraya que la exposición regular al entorno natural y a una variedad de microbios permite que el sistema inmunitario aprenda a diferenciar entre lo que es extraño pero no peligroso y lo que sí es patógeno.
El hecho de no diferenciar correctamente entre los dos podría dar lugar a hipersensibilidades (el organismo reacciona con una respuesta inmunitaria exagerada o inapropiada frente a algo que percibe como una sustancia extraña).
Bridle no descarta que los niños que han pasado una proporción significativa de su vida confinados puedan sufrir una mayor incidencia eventual de alergias, asma y enfermedades autoinmunes.
Durante la pandemia los niños han sido los protagonistas de múltiples bulos relacionados con la COVID-19. En Maldita.es os hemos explicado por qué no hay evidencias de que las mascarillas causen infecciones pulmonares o cáncer a los menores.
En este artículo ha colaborado con sus superpoderes el maldito Guillermo López Lluch.
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