Esclerosis múltiple
La Esclerosis Múltiple es una enfermedad de etiología desconocida en la que probablemente un factor ambiental induzca una respuesta inmune en personas genéticamente predispuestas, desencadenando un proceso autoinmune en el cual el sistema inmunitario crea células que atacan la mielina del sistema nervioso central. Al producirse una desmielinización parcial se da una alteración de la conducción de la información nerviosa, lo que da lugar a las manifestaciones de la Esclerosis Múltiple.
Síntomas
Los síntomas de la Esclerosis Múltiple son muy variables y vienen determinados por la localización de las lesiones. Suele comenzar entre los 20 y 40 años de edad y afecta con mayor frecuencia a mujeres que a hombres. Los síntomas iniciales más habituales son:
- Alteración de la sensibilidad (45%), en forma de hormigueo o acorchamiento de uno o más miembros o del tronco.
- Alteración motora (40%), que se caracteriza por torpeza o debilidad que suele acompañarse de un aumento del tono muscular.
- Disfunciones propias del tronco cerebral (25%), como pueden ser dificultad para el habla, visión doble, dificultad al tragar, vértigo, etc.
- alteraciones visuales por afectación del nervio óptico (20%), dándose pérdida de la agudeza visual, dolor ocular y alteración de la visión de los colores.
- Afectación del cerebelo (10-20%), con incoordinación, inestabilidad en la marcha, temblor y dificultad para el habla.
- Raramente debuta como afectación aislada de los esfínteres o deterioro cognitivo.
Asimismo, la EM tiene una evolución muy variada. En la mayoría de los casos sigue un patrón que cursa con brotes de los cuales el paciente se recupera totalmente o casi totalmente sin que la enfermedad progrese entre estos brotes; es lo que se conoce como Esclerosis Múltiple remitente recurrente. En otros casos, la Esclerosis Múltiple puede ser secundariamente progresiva, en la cual se inicia como la forma anteriormente descrita y con el paso del tiempo se va dando un deterioro del paciente en los periodos entre los diferentes brotes. Sin embargo, en la forma primariamente progresiva de la EM la enfermedad y el deterioro progresan desde el principio sin que se den brotes o pudiendo darse estos más adelante a medida que avanza la enfermedad.
Los brotes de la Esclerosis Múltiple suele aparecer desencadenados por factores externos como infecciones respiratorias, digestivas o urinarias. Durante el embarazo la tasa de brotes se reduce, pero el riesgo aumenta nuevamente tras el parto.
Diagnóstico
No basta un solo brote para diagnosticar la Esclerosis Múltiple, sino que se requiere la presencia de síntomas y signos compatibles con la enfermedad en más de una ocasión, así como la presencia de más de una lesión en el sistema nervioso central, que se detectan mediante resonancia magnética nuclear. Otras exploraciones complementarias que se pueden llevar a cabo para el diagnóstico son el estudio del líquido cefalorraquídeo y una prueba neurofisiológica denominada potenciales evocados. Una vez establecido el diagnóstico la expectativa de vida es de entre 25 y 35 años en función de la progresión de la enfermedad.
Tratamiento
La Esclerosis Múltiple no tiene cura pero sí existe tratamiento tanto para los brotes como para controlar los síntomas entre los mismos. El tratamiento de los brotes se basará en el uso de corticoides intravenosos. Para el tratamiento de la enfermedad en los periodos entre brotes se utilizan diversos fármacos que buscan modificar el curso de la enfermedad, como son los diferentes tipos de interferón, el acetato de glatiramero, la mitoxantrona o el natalizumab. Asimismo, también se da tratamiento para los síntomas como la rigidez, el dolor, la fatiga, las alteraciones psiquiátricas, sexuales y urinarias.
La Esclerosis Múltiple es una enfermedad cuya variedad de síntomas puede hacer difícil su diagnóstico por lo que ante su sospecha es esencial ponerse en manos de un neurólogo.