¿Cómo debes tomar la temperatura corporal?

Creado el
27 Dic 2021
Modificado el
25 Sep 2025
Tiempo de lectura
11 minutos
Tomar bien la temperatura corporal es una tarea cotidiana y sencilla, pero despierta muchas dudas que conviene resolver para asegurarse de que los resultados son fiables.
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La temperatura corporal es un indicador fiable del estado de salud.

La temperatura corporal es uno de los indicadores más fiables del estado de salud. Aunque medirla parece un gesto sencillo y cotidiano, conocer bien qué significan sus variaciones ayuda a interpretar mejor las señales del cuerpo y a reaccionar a tiempo. La mayoría de las personas identifica la fiebre como un signo de enfermedad, pero no siempre se tiene claro cuál es la temperatura normal, qué ocurre cuando baja más de lo esperado o cuándo conviene consultar al médico.

El organismo funciona dentro de un rango de temperatura que le permite mantener sus procesos vitales de manera adecuada. Sin embargo, este valor no es fijo: cambia según la zona del cuerpo donde se mida, la hora del día, el nivel de actividad o incluso el descanso. Además, factores como el ejercicio físico, los viajes largos o el jet lag también influyen en este equilibrio natural. Entender la diferencia entre febrícula, fiebre moderada o hiperpirexia, así como reconocer cuándo una temperatura baja puede ser signo de hipotermia leve, resulta clave para cuidar de la salud.

  1. ¿Qué se considera una temperatura corporal normal?

  2. La temperatura corporal y su ritmo circadiano

  3. ¿Qué es la fiebre?

  4. Gradación de la temperatura corporal: de la febrícula a la hiperpirexia

  5. Dónde y cómo tomar bien la temperatura corporal

¿Qué se considera una temperatura corporal normal?

La temperatura corporal normal en adultos y niños suele situarse entre 36 y 37 ºC cuando se mide en la axila o la ingle, que son las zonas más utilizadas. En la boca, los valores son ligeramente más altos y van de 36,2 a 37,2 ºC, mientras que la temperatura rectal es todavía mayor, entre 36,7 y 37,7 ºC. Estas diferencias no indican enfermedad, sino que dependen del lugar de medición.

Sin embargo, existen variaciones que conviene conocer. Algunas personas, tanto niños como adultos, presentan de manera natural temperaturas algo más bajas, entre 35,5 y 36 ºC, sin que esto suponga un problema. En estos casos, un valor de 36,8 ºC podría considerarse “fiebre” para esa persona, aunque en la práctica esté dentro de la normalidad para la mayoría.

Es importante distinguir esta situación de la hipotermia leve, que aparece cuando la temperatura desciende a 35–36 ºC de manera persistente y se acompaña de síntomas como escalofríos, piel fría o cansancio. En personas mayores, recién nacidos o pacientes con enfermedades crónicas, este descenso puede tener relevancia clínica y requiere valoración médica.

En definitiva, no basta con mirar el número del termómetro. Lo fundamental es relacionarlo con el estado general y las sensaciones de la persona.

Madre le toma la temperatura corporal a su hijo a través de un termómetro en la boca
La fiebre es una elevación de la temperatura corporal como defensa del organismo.

La temperatura corporal y su ritmo circadiano

El cuerpo humano no mantiene la misma temperatura durante todo el día. Existe un ritmo circadiano, regulado por la luz solar y el funcionamiento del hipotálamo, que provoca pequeñas variaciones a lo largo de 24 horas. Por ejemplo, la temperatura suele ser más baja de madrugada y aumentar progresivamente hasta alcanzar su punto más alto hacia el mediodía o al final de la tarde. Durante el sueño, en cambio, tiende a descender.

Además de la hora del día, otros factores cotidianos también influyen en este equilibrio:

  • El ejercicio físico: tras una actividad intensa, la temperatura puede aumentar hasta un grado debido al esfuerzo muscular y al calor que se genera en el organismo.

  • El ciclo menstrual: en la segunda mitad del ciclo, después de la ovulación, la temperatura sube entre 0,3 y 0,5 ºC.

  • El jet lag y los cambios de horario: al alterar el reloj biológico, también modifican el patrón habitual de la temperatura corporal, que tarda varios días en adaptarse.

Este conjunto de variaciones no indica enfermedad, sino que refleja la capacidad del cuerpo para adaptarse a los cambios. El hipotálamo, actuando como un auténtico “termostato”, regula la sudoración, los escalofríos y otras respuestas que permiten mantener la temperatura dentro de los márgenes adecuados.

¿Qué es la fiebre?

La fiebre no es una enfermedad en sí misma, sino un mecanismo de defensa del organismo. Ocurre cuando el sistema inmunitario eleva la temperatura corporal para dificultar la supervivencia de virus y bacterias. Por eso, aunque resulte incómoda, en muchos casos ayuda a combatir las infecciones.

Los síntomas que suelen acompañarla son dolor de cabeza, escalofríos, dolores musculares, somnolencia o cansancio generalizado. En la mayoría de los adultos, si el estado general es bueno, no siempre es necesario reducir la fiebre de inmediato. De hecho, temperaturas de hasta 38 ºC pueden favorecer la recuperación.

Cuando el malestar es intenso o la temperatura es muy elevada, se pueden aplicar medidas físicas como compresas húmedas o baños templados. En algunos casos se recurre a medicamentos antitérmicos, siempre bajo indicación médica. Lo más importante es tratar la causa de la fiebre, no solo la fiebre en sí.

Infografía con un resumen basado en el texto sobre temperatura corporal
Infografía - Temperatura corporal

Cuándo acudir al médico

Aunque muchas fiebres son benignas, hay situaciones en las que conviene buscar atención médica cuanto antes:

  • Adultos: fiebre superior a 39 ºC que se mantiene más de 48 horas o no responde a antitérmicos.

  • Bebés y neonatos: cualquier fiebre en menores de 3 meses requiere valoración médica urgente.

  • Convulsiones febriles: si aparecen temblores o pérdida de conciencia con la fiebre.

  • Dificultad respiratoria o mal estado general: fiebre acompañada de dificultad para respirar, desorientación o decaimiento extremo.

Gradación de la temperatura corporal: de la febrícula a la hiperpirexia

La temperatura corporal puede variar en distintos grados y cada uno tiene un significado clínico distinto. Comprender estas franjas ayuda a interpretar mejor los resultados del termómetro y a detectar cuándo conviene consultar al médico.

A continuación, una tabla con las principales categorías:

Rango de temperatura (ºC)

Clasificación

Significado clínico

< 35 ºC

Hipotermia moderada o grave

Riesgo vital, requiere atención médica urgente

35 – 36 ºC

Hipotermia leve

Puede ser clínicamente relevante en personas vulnerables (mayores, recién nacidos, enfermos crónicos)

36 – 37 ºC

Temperatura normal

Variación fisiológica, sin enfermedad

37 – 38 ºC

Febrícula

Suele indicar infección leve o inicio de fiebre

38 – 38,5 ºC

Fiebre ligera

Puede asociarse a procesos infecciosos comunes

38,5 – 39,5 ºC

Fiebre moderada

Indica infección activa, requiere vigilancia

39,5 – 40,5 ºC

Fiebre alta

Puede ser peligrosa si se prolonga

> 40,5 ºC

Hiperpirexia

Situación grave, límite de tolerancia del organismo (riesgo a partir de 42 ºC)

Es importante recordar que la fiebre no siempre refleja la gravedad de la enfermedad. Por ejemplo, en infecciones graves como una sepsis, puede aparecer hipotermia en lugar de fiebre. En el caso de los recién nacidos, una temperatura superior a 37 ºC ya justifica acudir a urgencias, mientras que en adultos la misma cifra puede considerarse normal.

Dónde y cómo tomar bien la temperatura corporal

Existen distintos métodos para medir la temperatura corporal y cada uno ofrece un nivel de precisión diferente. Elegir el adecuado depende de la edad, la situación y la comodidad de la persona.

  • Axilar o inguinal: son los métodos más habituales. La medición puede ser hasta 0,5 ºC más baja que la temperatura central, pero resultan seguros y sencillos.

  • Oral (boca): ofrece mayor precisión, aunque no se debe realizar justo después de beber líquidos fríos o calientes.

  • Rectal: es el método más exacto para conocer la temperatura central del cuerpo, pero puede resultar incómodo y está contraindicado en casos de hemorroides, fisuras o sangrado rectal.

  • Oído (timpánica): práctico y rápido, aunque su precisión depende de la correcta colocación del termómetro.

Los termómetros digitales de infrarrojos sin contacto se han popularizado mucho tras la pandemia. Son cómodos, rápidos y útiles en situaciones donde se requiere medir la temperatura de varias personas sin riesgo de contagio. Sin embargo, su precisión puede verse afectada por la distancia, el sudor en la frente o los cambios bruscos de ambiente. Por ello, si el resultado es dudoso, conviene confirmarlo con un método más tradicional como el axilar o el rectal.

En bebés y niños pequeños, la forma más recomendable de tomar la temperatura es la axilar. Para asegurar una correcta lectura, el termómetro debe estar en contacto directo con la piel y el brazo del niño debe permanecer apoyado contra el pecho hasta completar el tiempo de medición. Siempre es necesario que un adulto supervise el proceso para garantizar la seguridad y la fiabilidad del resultado.

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Preguntas frecuentes sobre temperatura corporal

Respondemos a las preguntas más recurrentes sobre temperatura corporal

¿Cuál es la temperatura corporal normal en un adulto?

La mayoría de los adultos tiene una temperatura normal de entre 36 y 37 ºC si se mide en la axila. En la boca, puede ser unas décimas más alta y en el recto hasta medio grado mayor.

¿Qué significa tener 35 ºC de temperatura corporal?

Un valor de 35 ºC puede indicar hipotermia leve, sobre todo si se acompaña de síntomas como escalofríos, cansancio o piel fría. En personas mayores o bebés requiere especial atención médica.

¿Qué diferencia hay entre fiebre y febrícula?

La febrícula se sitúa entre 37 y 38 ºC y suele indicar una infección leve o el inicio de un proceso febril. A partir de 38 ºC ya se considera fiebre.

¿Cuál es el mejor termómetro para bebés?

En los bebés se recomienda medir la temperatura en la axila con termómetros digitales. Los de infrarrojos sin contacto pueden ser útiles como método rápido, pero si el resultado es dudoso conviene confirmar con un termómetro tradicional.

¿Cuándo debo preocuparme por la fiebre?

En adultos, si la fiebre supera los 39 ºC durante más de dos días o no baja con antitérmicos. En bebés menores de tres meses cualquier fiebre debe evaluarse en urgencias.

Comentarios
Esther Martinez Garcia
Autor/a: Esther Martínez García
  • Responsable de la Unidad de Oncología Pediátrica Integrativa en el Hospital Sant Joan de Déu Barcelona

  • Médico Colaboradora de Advance Medical

  • Vocal de Actividad Asistencial en SAME • Sociedad de Acupuntura Médica de España

  • Docente del Máster de Medicina Tradicional China y Acupuntura (UB)

  • Vocal Junta directiva de la Societat Científica de Catalunya i Balears

  • Profesora postgrado en UB

  • Socia fundadora de http://www.qipoint.net/

Unidad de Oncología Pediátrica Integrativa en el Hospital Sant Joan de Déu Barcelona. Experta en Acupuntura pediátrica.