El efecto del calor en las varices

Creado el
27 Jul 2015
Modificado el
El mayor aflujo de sangre hacia las venas superficiales hace que éstas se dilaten al no estar rodeadas de un tejidos rígidos que impidan su expansión y se produzcan las varices

Las venas de las extremidades inferiores son la parte del sistema circulatorio que permite que la sangre vuelva hacia el corazón en contra de la gravedad. En las piernas y muslos se dan dos sistemas de venas distintos, el sistema venoso profundo, por donde circula el 90% del total de la sangre venosa de los miembros inferiores, y el sistema venoso superficial, que recoge el 10% restante y que está formado por venas con una paredes menos gruesas que las que conforman el sistema venoso profundo, rodeadas de tejidos más laxos (no como la musculatura entre la cual se hallan las venas del sistema profundo) e interconectadas entre sí formando una red de venas superficiales. La circulación está dispuesta para que la sangre fluya del sistema venoso superficial al profundo, de manera que la sangre es bombeada mediante la contracción de la musculatura junto con el avance propio de la sangre hacia el corazón.

¿Por qué se producen las varices?

En ocasiones y por diversas causas es posible que las venas no puedan hacer bien su trabajo, no haya suficiente fuerza para propulsar la sangre venosa del sistema profundo hacia el corazón y, en ese caso, se invierta el sentido del flujo y la sangre se vea derivada en mayor volumen hacia las venas del sistema superficial; este fenómeno es lo que se conoce como insuficiencia venosa. El mayor aflujo de sangre hacia las venas superficiales hace que éstas se dilaten al no estar rodeadas de un tejidos rígidos que impidan su expansión y se produzcan las archiconocidas varices.

Así pues, las varices son venas superficiales dilatadas que presentan recorridos tortuosos y que se aprecian a simple vista. Se trata del motivo de consulta más frecuente en los servicios de angiología y cirugía vascular. Pese a que tanto hombres como mujeres pueden presentarlas, son cinco veces más habituales en las mujeres. La vida sedentaria, el sobrepeso, el embarazo, los antecedentes familiares y ciertas profesiones en las cuales se debe estar mucho tiempo de pie favorecen la aparición de estas lesiones, que pueden ser de diferentes grados en función del grosor, desde arañas vasculares hasta varices importantes que afecten a los principales troncos del sistema venoso superficial.

El efecto del calor

Más allá de su manifestación estética las varices pueden dar otros síntomas como pesadez en las piernas, dolor, picor, calambres musculares o edema de las extremidades inferiores. Todos estos síntomas y la misma dilatación de las varices pueden verse agravados por pasar muchas horas de pie y también por el calor.

El calor externo hace que la temperatura corporal aumente y el organismo, para regular la temperatura, favorece que las venas superficiales se dilaten de manera que, al estar cerca de la superficie cutánea, se pierda calor mediante la transpiración. Este mecanismo fisiológico de termorregulación hace que, en personas con varices, el calor empeore sus síntomas al dilatar más las venas ya de por sí dilatadas, lo que agrava los síntomas en verano y en climas calurosos.

Para contrarrestar el efecto perjudicial del calor sobre las varices se deben tomar una serie de medidas muy sencillas y lógicas:
-Prescindir del uso de prendas ajustadas que dificulten el retorno venoso
-Evitar el sedentarismo y pasar muchas horas de pie
-Reducir el exceso de peso
-Utilizar calzado cómodo, amplio, fresco y con menos de 3 cm de tacón
-Evitar la exposición excesiva al sol, ya sea con las piernas tapadas o descubiertas
-Utilizar vendas frías para aliviar los síntomas
-Darse baños con agua fría o bien alternando agua fría con tibia
-Favorecer el efecto de bombeo de la musculatura mediante la natación o el aquagym
-Recibir masajes que favorezcan el drenaje linfático
-Elevar las piernas sobre el nivel del corazón durante 15 minutos 2-3 veces al día
-Dormir con las piernas elevadas unos 20 cm

¿Tienen tratamiento?

Las varices pueden tratarse mediante medias compresivas, fármacos, escleroterapia, láser o cirugía, por lo que en caso de presentar varices, que cabe recordar que no es solamente un problema estético, es importante ponerse en manos de un especialista, el cirujano vascular.

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Equipo medico dkv
Autor/a: Equipo médico DKV

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