Secuelas pulmonares de la COVID-19

20 Nov 2020
Ya hemos hablado de los síntomas y secuelas de la COVID19, pero es importante recalcar que una de las mayores complicaciones se encuentran en las complicaciones respiratorias.

Uno de los órganos que más se puede ver afectado tras la infección por COVID-19 son los pulmones. Por ello, las secuelas pulmonares que arrastran los pacientes con COVID deben seguir rigurosos controles médicos para ver su evolución. En este artículo os explicamos en qué repercuten las secuelas pulmonares y los tipos de tratamientos que existen a día de hoy en el mercado farmacológico.

  1. ¿Qué tipos de coronavirus existen?
  2. El nuevo virus, aislado por primera vez en diciembre de 2019, es un betacoronavirus.
  3. Neumopatía del covid-19
  4. Secuelas pulmonares de la COVID-19
  5. Controles clínicos
  6. Tratamiento
  7. Rehabilitación respiratoria

¿Qué tipos de coronavirus existen?

Los coronavirus (Orthocoronavirinae) son una subfamilia de virus ARN monocatenarios (de una sola cadena) que presentan una morfología característica, con unas espículas en su superficie que les dan el aspecto de “coronados”. Son conocidos desde mediados del siglo XX como virus que infectan animales domésticos y salvajes, particularmente mamíferos, y en la especie humana son los causantes de un gran número de infecciones banales del tracto respiratorio superior. Se dividen en cuatro subtipos: alfa, beta, gamma y delta.

El nuevo virus, aislado por primera vez en diciembre de 2019, es un betacoronavirus.

A pesar de su aparente benignidad, los betacoronavirus han dado lugar en este siglo a dos epidemias con gran repercusión sanitaria: la epidemia por el “severe acute respiratory syndrome coronavirus (SARS-CoV)”, aparecida en China en 2002-2003 y la producida por el “Middle East respiratory syndrome coronavirus” (MERS-CoV), que se desarrolló fundamentalmente en países del Oriente Medio en 2012, con una mortalidad del 35%.

Todos estos virus tienen un reservorio natural, el murciélago, alcanzando a la especie humana a través de un reservorio intermedio que suele ser un mamífero.

La enfermedad se transmite fundamentalmente por las secreciones respiratorias, con contactos persona a persona, bien por las gotitas de Flügge que emitimos al toser, estornudar, hablar o cantar, bien por depósitos en suelos y superficies. Se ha comprobado también la transmisión fecal-oral, aunque parece tener menos importancia.

El periodo de incubación medio es de cinco días (entre dos y 14 días) y la clínica es similar a un cuadro viral, con tos irritativa, fiebre y, en algunos casos, con diarrea o vómitos.

Neumopatía del covid-19

El nuevo virus ocasiona un cuadro de infección respiratoria que en algunos casos evoluciona a neumonía y presenta una mortalidad global considerable. El órgano más afectado es el pulmón, por lo que se le ha considerado como el órgano diana en la infección.

El virus se fija a unos receptores celulares denominados AC2, ampliamente distribuidos por el organismo y, en particular, en los neumocitos alveolares (células pulmonares) y da lugar a lo que se ha denominado “una cascada o una tormenta de citocinas” entre las que destacan la IL-1, la IL-6, la IL-8 (interleuquinas) y el factor inhibidor de la migración de los macrófagos. Estos factores, a su vez, atraen a los polimorfonucleares neutrófilos (células blancas de defensa de la sangre), que liberan enzimas y proteasas y agravan el daño celular, dando lugar a un “Síndrome de distrés respiratorio del adulto (SDRA)” y la alteración consiguiente del intercambio gaseoso y la oxigenación tisular. Estos pacientes pueden requerir soporte ventilatorio: oxigenoterapia, ventilación mecánica no invasiva o también invasiva.

Secuelas pulmonares de la COVID-19

La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) recuerda que el pulmón puede verse afectado por secuelas, principalmente a nivel intersticial (del tejido que da estructura y soporte a los neumocitos alveolares), que afecten a su función vital.  La COVID-19 es una enfermedad infecciosa que la comunidad científica todavía no conoce en profundidad y las secuelas que puede provocar a medio-largo plazo todavía no han sido concretadas de forma detallada. Sin embargo, con el paso de los meses se ha ido consiguiendo recabar evidencia científica y experiencia frente a tales aspectos. En otros artículos ya comentamos posibles secuelas de la COVID-19 relacionadas con la salud cardiovascular (trombosis o daños de miocardio), secuelas neurológicas como pérdida de olfato, dolor de cabeza, pérdida de memoria o incluso el habla, daños en nuestra salud bucodental como la pérdida de gusto o ampollas, úlceras o alteraciones salivales, así como la posibilidad de que los síntomas perduren mucho en el tiempo o la llamada COVID persistente

Algunos pacientes (no todos) pueden presentar fibrosis pulmonar, en forma de bandas fibróticas pulmonares (semejantes a las cicatrices cutáneas) o bronquiectasias por tracción (dilataciones de los bronquios). A nivel de las pruebas de imagen (TC) se observan, principalmente, patrones denominados “en vidrio deslustrado” o también condensaciones pulmonares. Esta fibrosis pulmonar inducida podría mantenerse estable por años o, por el contrario, progresar y provocar un empeoramiento de la calidad de vida y un mayor riesgo de mortalidad en el paciente a medio-largo plazo.

El principal síntoma que manifiestan los pacientes que sufren secuelas pulmonares es la denominada “disnea” (que sería una “sensación subjetiva de falta de aire”) o ahogo, incluso ante mínimos esfuerzos (por ejemplo, caminar), que persiste una vez superada la fase aguda de la enfermedad. También pueden presentarse otros síntomas como tos crónica o dolores torácicos, entre otros.

Por otro lado, los eventos de trombosis pulmonar asociados a la SARS-CoV2 han sido mucho más prevalentes de lo esperado. En los casos en que este grave cuadro clínico consiga ser superado, pueden aparecer secuelas de tipo hipertensión pulmonar y limitación al esfuerzo que podrían ser finalmente crónicas o llegar a resolverse tras meses de sometimiento a tratamiento anticoagulante.

Controles clínicos

Estos pacientes deben ser citados a las Consultas Externas de Neumología, para visitas sucesivas en los siguientes meses a la infección y así poder vigilar su evolución clínica. En el seguimiento se indicará la realización de pruebas complementarias diagnósticas tales como Rx tórax, espirometrías, TC pulmonar, etc…

Tratamiento

De forma similar a otros cuadros de lenta resolución del SDRA inducido, las secuelas pulmonares de tipo inflamatorio requerirán un abordaje terapéutico de tipo antiinflamatorio (corticoides orales) y de fisioterapia para la rehabilitación respiratoria, que puede alargarse semanas o meses hasta su resolución. Incluso, serán muy útiles intervenciones a nivel nutricional. Por otro lado, el tratamiento precoz de la trombosis venosa pulmonar será un elemento clave para la supervivencia del paciente. 

Mientras tanto, se sigue investigando tenazmente con el objetivo de disponer cuanto antes de una vacuna segura y eficaz.

Rehabilitación respiratoria

Si eres cliente de DKV, para este año traemos una novedad de cobertura para aquellos que tengan una póliza de salud con DKV. Se trata de un tratamiento de rehabilitación respiratoria en las enfermedades pulmonares obstructivas crónicas y por secuelas de la infección por coronavirus o COVID-19. 

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