Deporte y niños, ¿demasiada exigencia?
El deporte es saludable, no hay duda. Es una actividad recomendable para niños y adultos. Gozar del mismo, sería la clave para fomentar y motivar su práctica. Pero, desgraciadamente, alrededor del 70% de los adolescentes abandonan su práctica cuando éste deja de ser una actividad de disfrute y pasa a ser competitiva: las horas de dedicación y el nivel de exigencia no se lo ponen fácil. Las estrategias a seguir para que la práctica deportiva en los jóvenes no merme su rendimiento académico, ni tampoco se les exija ser profesionales, es un objetivo como sociedad.
Deporte y niños
El deporte no debe ser entendido sólo como una disciplina profesional, es decir, que su práctica y sus beneficios están por encima de buscar un alto rendimiento. Deporte y niños debe entenderse como parte de un estilo de vida saludable. Cada vez más, los médicos del deporte, observan que la especialización en una disciplina deportiva se realiza a edades más tempranas y, en la mayoría de los casos, es por presión de los padres.
Hay pros y contras en esta elección. Es cierto que hay casos de niños con una madurez extraordinaria que les permite escoger que “ese es su camino” antes de la adolescencia, asumir ese compromiso, el nivel de exigencia y las renuncias que eso implica. Pero esta no es la norma. En la mayoría de casos, la decisión la toman los padres y eso puede producir un burn-out y un abandono de la práctica deportiva debido al alto nivel de exigencia físico y emocional. La presión a temprana edad no es ni buena ni recomendable.
Los padres que proyectan en los niños sus propios deseos, suelen presionar en exceso, exigir “éxito” y generar muchísima frustración en sus hijos cuando las expectativas no son cumplidas.
Beneficios del deporte en la infancia
Evitar el sedentarismo en una de las estrategias de salud pública prioritaria en los países desarrollados. Un estilo de vida activo en la infancia es una herramienta de prevención de enfermedades crónicas muy frecuentes en el adulto: obesidad, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer y problemas de salud mental. Además, los hábitos que se inician y se afianzan en la infancia son los que con mayor frecuencia se perpetúan en la vida adulta.
¿Cómo escoger el deporte más adecuado para el niño?
Es de sentido común que para escoger hay que conocer. Exponer al niño a un entorno rico en prácticas deportivas lúdicas, no competitivas, hace que el niño empiece a sentirse más cómodo en unas que en otras y pueda elegir la que más le guste. Debemos ser realistas en la elección y el nivel de exigencia, en función de la condición física del niño y sus preferencias.
Cómo gestionar el alto rendimiento del deporte y niños
Como hemos dicho anteriormente, deporte y niños no siempre es una apuesta segura porque cuando hay demasiada exigencia podemos conseguir el efecto contrario. Sin embargo, hay niños que son capaces de decidir la profesionalización de su práctica deportiva desde bien pequeños.
En estos casos nos podemos encontrar con niños muy exigentes, con poca tolerancia a la frustración y con una competitividad extrema. Acompañarlos en esa decisión es fundamental para que sepan afrontar, no solo los desafíos del deporte, sino los que se van a encontrar en el futuro como personas.
El estrés y su manejo son fundamentales. Por un lado, el estrés nos ayuda a enfrentarnos de manera entusiasta ante el reto, nos mantiene alerta y nos llena de energía para superarlo. Pero, un exceso de estrés, una exigencia desmesurada y una presión constante, puede llevar al niño a una situación de falta de energía, agotamiento y fracaso.
Según algunos expertos en práctica deportiva, se debería democratizar más el deporte en la infancia y la juventud, es decir, debería estar menos institucionalizado, disponer de estructuras más flexibles que permitieran su práctica fuera de clubs o federaciones.
Por otra parte, no debemos “cortar las alas” a los chicos que se quieren dedicar de manera profesional, que tienen claro todo lo que implica un alto nivel de exigencia y que escogen con plena madurez la práctica deportiva profesional.
Cómo desarrollar una práctica deportiva saludable en los niños
Fruto de la preocupación de la visión del deporte sólo como una actividad de alto rendimiento, la Academia Americana de Pediatría (AAP) elaboró una serie de pautas para practicar deporte en la infancia y la adolescencia:
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Divertirse: el objetivo principal sería disfrutar del deporte. Es tan importante el ejercicio físico y la práctica de un deporte que, es primordial su disfrute para que se afiance su rutina y que le acompañe para siempre.
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Objetivos realistas: basar la práctica deportiva en unos objetivos apropiados es clave para evitar la frustración y el burn-out que llevaría a dejar la práctica deportiva o a generar una relación poco sana con el deporte. No todos los niños tienen que ser los primeros, ni ganar medallas ni tener éxito. No todos tienen que dedicarse de forma profesional ni con alto rendimiento, pero sí todos necesitan unos objetivos para superarse y disfrutar del progreso en el nivel personal que tengan.
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Periodos de descanso: en el caso de que se practique un solo deporte y de manera más o menos intensa, se recomienda que, durante el año, se tomen descansos que sumen tres meses, además de descansar entre uno y dos días a la semana de una práctica deportiva específica. En los periodos de descanso se pueden practicar otro tipo de actividades para nada relacionadas con el deporte principal.
Deporte y niños es una combinación maravillosa si buscamos que los niños se diviertan, se mantengan en forma, mejoren sus habilidades inter e intrapersonales y hagan amigos. Pero parece que no todo es tan amable y lúdico en el campo de juego. Debemos reflexionar si la frustración por la presión excesiva y los deseos de éxito como principal objetivo, son realmente beneficiosos para el desarrollo de nuestros niños.
Dra. Esther Martínez García - Especialista en Pediatría - Consultor Advance Medical