Piernas sanas

Son la parte de nuestra anatomía que nos permite que podernos desplazar, con mayor o menor velocidad, pero movernos de un lado a otro, al fin y al cabo. Cuidarlas debería ser parte de nuestra rutina de cuidados básicos. Pero, como todo, algunos las “miman” mucho y otros bien poco. Estéticas, deportivas, de salud… son muchas las razones para ofrecerles una adecuada atención y no sólo se trata de cuidarlas “por fuera” sino también “por dentro”.
- Alimentación para unas piernas sanas
- Higiene postural para mantener las piernas sanas
- Ejercicio físico para unas piernas sanas
Alimentación para unas piernas sanas
Una adecuada alimentación e hidratación favorecerá que la piel esté hidratada y no tenga aspecto de piel de serpiente. Frutas, verduras y cremas o sopas aportan parte del líquido que debemos ingerir a lo largo del día, lo que sumado a la ingesta de agua permite que exista una correcta hidratación cutánea. Por otro lado, una correcta alimentación evitará el temido sobrepeso u obesidad que puede favorecer la aparición de Estas dilataciones de los vasos venosos que afectan más a mujeres que a hombres (2,5 veces superior) y por encima de los 35 años.
Higiene postural para mantener las piernas sanas
La higiene postural es otro de los factores a tener en cuenta. Nos pasamos muchas horas sentados y el sedentarismo es uno de los “males” de nuestra sociedad actual. Y no solamente es negativo el hecho de estar sentados sino también la manera de sentarnos. Así, sentarse con las piernas un poco elevadas ayudará al retorno venoso. Otra de las posturas que pueden favorecer la salud de las piernas es no cruzarlas. En este caso, podríamos sufrir la conocida como “parálisis del nervio peroneo” ocasionada por la presión que ejercen las piernas sobre este nervio que discurre por la parte posterior de la rodilla.
Ejercicio físico para unas piernas sanas
Además de alimentarse y seguir algunas recomendaciones de higiene postural básica, el ejercicio y mantenerse activo es uno de los consejos más repetidos. Andar, nadar, patinar, correr, bailar… la lista de actividades es infinita. El objetivo es ser regular y moverse para que tanto músculos, articulaciones como circulación estén en la mejor de las condiciones. A estas actividades se pueden añadir ejercicios en los que se incluya cierta resistencia como pueden ser trabajos de fuerza con peso o de impacto. Músculos tonificados y fuertes van a permitir mantener una buena movilidad, así como estabilidad, coordinación y equilibrio. Existen actividades dirigidas en centros deportivos y gimnasios que combinan ejercicios aeróbicos como el baile o la carrera con trabajos de tonificación muscular de grandes grupos o de zonas más localizadas. También puedes ayudarte de un entrenador personal.
Todas estas recomendaciones ayudan a tener unas piernas sanas, pero ello no es sinónimo de tenerlas esbeltas. Según un estudio publicado recientemente, el tener piernas delgadas puede estar asociado a un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares e incluso de mortalidad, aunque los mismos investigadores indican que tener unas piernas delgadas no debe encender las “alarmas” sino que hay que valorar a la persona en conjunto.