Living apart together, ¿qué tipo de relación de pareja es?

Creado el
14 Feb 2018
Modificado el
21 Jul 2025
Tiempo de lectura
16 minutos
La relación de pareja living apart together responde a las siglas LAT. Se trata de un fenómeno que toma fuerza y que cuestiona el modelo de pareja tradicional.
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El modelo living apart togethe ofrece compromiso y proyecto común sin convivencia diaria, desafiando la idea tradicional de pareja.

Vivir el amor sin compartir casa es una opción cada vez más elegida. El modelo living apart together (LAT) plantea una forma diferente de entender las relaciones de pareja: compromiso, intimidad y proyecto común, pero sin convivencia diaria. Lejos de ser algo nuevo, esta elección se ha extendido en los últimos años por razones prácticas, emocionales y personales. Algunas parejas priorizan su independencia, otras tienen hijos o compromisos previos, y muchas simplemente prefieren mantener su espacio sin renunciar al vínculo afectivo.

Este tipo de relación plantea preguntas importantes: ¿es una decisión voluntaria o impuesta por las circunstancias? ¿Qué ventajas ofrece vivir separados en pareja? ¿Cuáles son los retos que pueden surgir? Aunque no existe una fórmula única, la relación LAT responde a una necesidad real de repensar los vínculos desde la libertad, el respeto mutuo y el equilibrio entre intimidad y autonomía.

  1. ¿Qué es una relación LAT y cómo funciona?

  2. ¿Por qué algunas parejas eligen vivir separadas?

  3. Ventajas y desventajas de una relación LAT

  4. ¿Es para ti este tipo de relación?

  5. Consejos para mantener una relación LAT sana y estable

  6. El modelo LAT en diferentes etapas de la vida

  7. Aspectos legales y consideraciones prácticas

  8. Cuándo replantearse la convivencia

¿Qué es una relación LAT y cómo funciona?

Una relación LAT (living apart together) es una forma de vínculo afectivo en la que dos personas mantienen una relación estable y comprometida sin convivir bajo el mismo techo. No se trata de una relación a distancia en sentido estricto: estas parejas suelen vivir en la misma ciudad o incluso en barrios cercanos, se ven con frecuencia y comparten tiempo de calidad, pero cada una conserva su propio hogar y su rutina diaria.

El modelo LAT no es sinónimo de falta de compromiso. De hecho, muchas parejas que optan por esta fórmula comparten metas, toman decisiones importantes juntas e incluso se cuidan mutuamente en momentos difíciles. La diferencia está en que priorizan la independencia personal y la gestión del espacio individual como parte del equilibrio de la relación.

Funciona cuando ambas personas están de acuerdo con esta dinámica y se establecen límites y expectativas claras. Algunas parejas en relación living apart together lo ven como una etapa previa a la convivencia. Otras lo consideran un modelo definitivo. En todos los casos, requiere confianza, comunicación y respeto mutuo para evitar malentendidos o tensiones derivadas de esta elección poco convencional.

¿Por qué algunas parejas eligen vivir separadas?

Las razones para elegir una relación living apart together son tan variadas como las personas que las viven. En muchos casos, se trata de una decisión consciente, que nace del deseo de preservar la autonomía individual sin renunciar al vínculo afectivo. En otros, es una respuesta a circunstancias personales, económicas o familiares.

Algunas de las motivaciones más frecuentes son:

  • Necesidad de espacio personal. Para muchas personas, tener su propio hogar permite mantener rutinas, hábitos y momentos de soledad que consideran imprescindibles para su bienestar.

  • Historial de relaciones previas. Quienes han pasado por divorcios o convivencias difíciles suelen valorar la libertad que ofrece este modelo antes de repetir patrones que no funcionaron.

  • Familias ya formadas. Personas con hijos de relaciones anteriores pueden preferir no mezclar familias al principio o mantener cierta estabilidad en sus respectivos hogares.

  • Trabajo o estudios en ciudades diferentes. Aunque no sea una relación a distancia tradicional, la logística puede condicionar la convivencia.

  • Dificultades económicas o falta de vivienda. En algunos casos, el modelo LAT no es una elección, sino una solución temporal a problemas prácticos.

Independientemente del motivo, lo fundamental es que la decisión sea compartida y no impuesta, y que ambas partes estén cómodas con la forma en que viven su relación.

Ventajas y desventajas de una relación living apart together

Mantener una relación estable sin convivir plantea una forma distinta de estar en pareja. Para algunas personas, este modelo representa libertad y equilibrio. Para otras, una fuente de dudas. No se trata solo de vivir en casas separadas, sino de cómo se construye el vínculo desde la autonomía. Veamos los principales beneficios y dificultades que puede conllevar una relación living apart together.

Beneficios de una relación sin convivencia

Una de las mayores ventajas del modelo LAT es la posibilidad de conservar la autonomía personal sin renunciar a una relación afectiva estable. Muchas personas valoran mantener su espacio, su hogar y sus rutinas sin tener que integrarlas por completo con las de otra persona. Esto favorece, en muchos casos, una mejor gestión del tiempo en pareja, ya que los encuentros se viven de forma más intencionada, como momentos especiales que no se dan por sentados.

Otra ventaja destacable es la reducción de conflictos domésticos. Al no compartir el día a día bajo el mismo techo, se evitan muchas tensiones relacionadas con las tareas del hogar, las manías o las diferencias en los hábitos. Para quienes priorizan el crecimiento individual, este modelo permite desarrollarse sin sentirse limitado por la convivencia. Además, si la relación termina, el proceso suele ser más sencillo desde el punto de vista práctico y emocional, al no tener que repartir vivienda ni bienes comunes.

Posibles dificultades del modelo LAT

No todo son facilidades. Las parejas LAT también enfrentan desafíos importantes. Uno de los más frecuentes es la aparición de celos o inseguridades, sobre todo si no hay una base sólida de confianza. La ausencia de convivencia puede generar dudas si alguno de los dos necesita más cercanía o certezas.

También es habitual que se experimente una falta de contacto cotidiano, lo que puede dificultar la complicidad, la comunicación fluida o la toma de decisiones conjuntas. A veces, uno de los dos puede sentir que el otro prioriza demasiado su espacio personal, lo que lleva a una sensación de aislamiento o desequilibrio.

Otro punto delicado es el desajuste en las expectativas. Si una de las personas considera la relación living apart together como una etapa y espera convivir en el futuro, mientras que la otra la ve como un modelo definitivo, puede aparecer una tensión difícil de gestionar.

Como en cualquier relación, la clave está en hablar con claridad, compartir las expectativas y revisar de forma periódica cómo se sienten ambos con el modelo elegido.

living apart together
El modelo LAT crece como opción válida para quienes priorizan la independencia sin renunciar al vínculo afectivo.

¿Es para ti este tipo de relación?

No todas las personas se sienten cómodas con una relación sin convivencia. El modelo living apart together puede ser muy satisfactorio, pero solo si encaja con tu forma de entender el amor, la intimidad y la vida en pareja. No es una solución para evitar el compromiso ni una fórmula mágica para escapar de las dificultades de la convivencia. Funciona cuando ambas personas desean realmente vivir así, no cuando es una medida temporal disfrazada de decisión madura.

Este tipo de vínculo puede ser ideal si valoras tu independencia, necesitas tiempo y espacio para ti, o si has vivido experiencias anteriores donde la convivencia desgastó la relación. También puede adaptarse bien a momentos vitales concretos, como cuando tienes hijos de otra relación, obligaciones familiares, o estás muy centrado en tu desarrollo personal o profesional.

En cambio, si lo que buscas es compartir lo cotidiano, construir un hogar conjunto o sentir la presencia constante del otro en tu día a día, es probable que el modelo LAT te genere frustración. Lo importante no es si se vive juntos o no, sino que ambos compartan la misma visión de pareja y estén dispuestos a cuidar la relación desde ese punto de partida.

Consejos para mantener una relación LAT sana y estable

Una relación living apart together necesita los mismos ingredientes que cualquier otro vínculo afectivo: compromiso, respeto y comunicación. Pero además, requiere un esfuerzo consciente por parte de ambos para no caer en dinámicas de desconexión o desequilibrio. La clave está en construir una relación sólida, aunque no se comparta techo.

Lo primero es asegurar que la decisión de vivir separados sea compartida y no fruto de una imposición. Cuando solo una de las personas desea mantener el modelo LAT, pueden surgir tensiones difíciles de resolver. De ahí la importancia de hablar con claridad y revisar periódicamente si ambas partes siguen cómodas con esa elección.

También es importante establecer expectativas claras sobre el tiempo que se dedica a la pareja, los planes conjuntos y la forma de gestionar la intimidad. No se trata de contar las horas, sino de dar valor al tiempo compartido y mantener una presencia activa en la vida del otro, aunque sea desde otro hogar.

Otro punto a considerar es cultivar la confianza y la transparencia. Vivir separados no debe significar desentenderse, sino lo contrario: requiere más comunicación, más honestidad y más cuidado. Y por último, conviene recordar que este tipo de relación no es sinónimo de independencia total: estar en pareja también implica formar parte del proyecto del otro, aunque no se comparta casa.

El modelo LAT en diferentes etapas de la vida

El modelo living apart together no es exclusivo de una franja de edad. Funciona de forma distinta según el momento vital de cada persona, y las razones para elegirlo también cambian con el tiempo. No es lo mismo optar por este tipo de relación a los 25 que a los 60.

En la juventud, muchas personas eligen vivir en pareja sin convivir como una forma de preservar su autonomía personal, explorar su identidad o evitar compromisos que aún no desean asumir. Es una etapa donde se prioriza el crecimiento individual, la libertad y la flexibilidad, sin que eso implique falta de afecto o compromiso real.

En la edad adulta, especialmente tras experiencias previas como divorcios o convivencias complejas, el modelo LAT se convierte en una forma de reiniciar una vida en pareja sin repetir errores del pasado. A menudo, se valora la comodidad de mantener el propio hogar, sobre todo cuando hay hijos o bienes acumulados que dificultan una nueva convivencia.

En edades más avanzadas, muchas personas encuentran en este modelo una manera de vivir el amor sin renunciar a su espacio ni modificar radicalmente sus rutinas. El LAT permite mantener la intimidad, el apoyo mutuo y la compañía, pero sin alterar la estabilidad que da vivir solo, especialmente cuando ya se ha formado una vida plena de forma independiente.

Aspectos legales y consideraciones prácticas

Aunque una relación LAT se basa en la independencia de cada miembro, hay aspectos prácticos y legales que no conviene ignorar. No convivir no significa que no existan implicaciones si la relación se alarga en el tiempo, especialmente cuando se comparten gastos, se tiene descendencia o se toman decisiones conjuntas que afectan a la vida de ambos.

En el plano legal, las parejas LAT no tienen un reconocimiento específico en la mayoría de legislaciones. A diferencia de los matrimonios o las parejas de hecho, no existe un marco que regule sus derechos y deberes de forma automática. Esto significa que, en caso de enfermedad, fallecimiento o conflictos económicos, la pareja puede quedar en una situación de vulnerabilidad si no se han previsto medidas concretas.

Es recomendable establecer acuerdos claros por escrito, sobre todo si se comparten propiedades, se hacen inversiones conjuntas o se convive temporalmente en uno de los domicilios. En algunos casos, conviene informarse sobre testamentos, poderes notariales o seguros médicos que incluyan a la otra persona como beneficiaria o contacto principal.

También hay que tener en cuenta aspectos cotidianos: cómo se organiza el día a día, quién asume determinados gastos, cómo se gestiona la distancia física o qué grado de participación se desea en la vida familiar del otro. Una relación LAT bien gestionada combina amor, independencia y responsabilidad práctica.

Cuándo replantearse la convivencia

Una relación living apart together puede funcionar durante años, pero no es raro que con el tiempo surjan dudas o necesidades nuevas. Replantearse la convivencia no implica que el modelo haya fallado, sino que la relación ha evolucionado y merece una reflexión honesta.

El primer indicador suele ser el deseo de compartir más tiempo y experiencias cotidianas. Cuando estar juntos deja de ser una escapada y se convierte en una necesidad diaria, puede ser señal de que ambos están preparados para dar un paso más.

También conviene valorar la convivencia si cambian las circunstancias de vida. Por ejemplo, una mudanza, el nacimiento de un hijo o un problema de salud pueden hacer que vivir separados deje de tener sentido práctico o emocional. En estos casos, la cercanía se vuelve más importante que la autonomía.

Otro motivo puede ser el desequilibrio: si una parte de la pareja desea avanzar hacia una vida en común y la otra no, es necesario abrir un diálogo claro. Evitarlo solo genera frustración y desgaste.

Replantear la convivencia no significa romper con lo que funcionaba, sino adaptarse a una nueva etapa. Lo importante es decidir desde la libertad y el acuerdo mutuo, sin presiones externas ni miedos internos.

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Preguntas frecuentes sobre las relaciones de pareja LAT (Living Apart Together)

Respondemos a las preguntas más recurrentes sobre las relaciones de pareja LAT (Living Apart Together)

¿Puede funcionar una relación living apart together cuando hay hijos en común?

Sí, aunque requiere una organización más compleja. Algunas parejas living apart together con hijos optan por turnos de convivencia o por compartir tiempos de crianza en hogares separados. La clave está en priorizar el bienestar de los menores y tener acuerdos claros sobre su cuidado.

¿Se puede formalizar legalmente una relación living apart together sin convivir?

En la mayoría de los países, la ley exige convivencia para registrar una pareja de hecho. No obstante, algunas gestiones legales —como designar beneficiarios o poderes notariales— sí pueden adaptarse al modelo living apart together mediante documentos específicos.

¿En qué se diferencia una relación living apart together de una relación abierta?

Una relación living apart together no implica necesariamente apertura sexual o relacional. Muchas parejas LAT son monógamas y fieles. La diferencia principal está en que eligen vivir en domicilios separados, no en cómo definen su compromiso afectivo o sexual.

¿Cómo se gestiona el cuidado mutuo en una relación living apart together si hay una emergencia?

Es fundamental anticiparse. Algunas parejas living apart together acuerdan apoyarse en momentos críticos, mientras otras prefieren mantener cierta distancia. Establecer estos límites desde el inicio ayuda a evitar malentendidos cuando surgen situaciones urgentes.

¿Cómo explicar a la familia que se vive una relación living apart together sin generar conflicto?

El modelo living apart together todavía choca con ciertas expectativas sociales. Lo recomendable es explicar la elección con naturalidad y seguridad, sin justificarse, y dejando claro que el compromiso existe aunque no haya convivencia.

Comentarios
Mireia
Autor/a: Mireia Galán

Psicoterapeuta en Teadoc Health International

Especialista en Psicología Clínica y Psicoterapeuta familiar y de pareja. 

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