Vigorexia y ortorexia
La palabra anorexia nerviosa define un tipo de trastorno de la conducta alimentaria mayoritario y bastante conocido por la población general, pero cuando usamos el mismo sufijo “orexia” (cuyo significado es apetito) para denominar a otros trastornos de la conducta alimenticia como la vigorexia o la ortorexia, el desconocimiento es mayor. El objetivo de este artículo, por tanto, se centra en arrojar un poco de luz y explicar estas dos alteraciones menos conocidas: vigorexia y ortorexia que están relacionados con la comida sana.
¿Qué es la vigorexia?
En primer término, hablamos de vigorexia, un trastorno de la conducta alimentaria vinculado con el ejercicio físico y con una mayor prevalencia en el sexo masculino y en aquellas personas con tendencia a estar hiperfocalizadas en la importancia del cuerpo y del físico.
La vigorexia se caracteriza principalmente por:
- Una preocupación y alteración importante de la imagen corporal, acompañada de una gran insatisfacción. Por este motivo, la vigorexia se ha catalogado como un trastorno dismórfico corporal y no estrictamente como una alteración de la conducta alimentaria.
- Una conducta de tipo obsesivo-compulsivo por entrenar o practicar deporte o actividad física en exceso o por encima de las posibilidades que el cuerpo y la persona puede asumir. Por ello, la vigorexia se ha catalogado también como un trastorno de tipo obsesivo-compulsivo.
Con independencia de las tres posibles entidades diagnósticas atribuibles cuando hablamos de vigorexia (trastorno conducta alimentaria -TCA-, trastorno dismórfico corporal -TDC- o trastorno obsesivo-compulsivo -TOC-), es importante destacar que las características que hemos descrito con anterioridad se llevan a cabo con el fin de aumentar o desarrollar la masa muscular o elevar la condición física a extremos indeseables. Este objetivo conlleva a su vez unas características que comparten muchos de los afectados:
- Un malestar clínicamente significativo (en parte derivado de la elevada insatisfacción con el cuerpo) que acaba afectando a todas o la gran mayoría de las áreas de su vida.
- Presencia de aislamiento social debido a la hiperexigencia por llevar a cabo sesiones extremas de entrenamiento y al tiempo de dedicación que esto comporta.
- Un posible uso peligroso o abuso de sustancias no avaladas e incluso ilegales que favorecen la masa muscular y les ayudan a lograr su fin principal de hipermuscular.
- Cambios de humor o del estado de ánimo, presencia de irritabilidad constante.
¿Qué es la ortorexia?
Ahora que ya conocemos un poco más sobre la vigorexia, cambiamos de tercio para describir la ortorexia. En este caso, nos encontramos ante una alteración que no está contemplada en el Manual Estadístico de los desordenes mentales (DSM-V). Aún así, todas las aproximaciones que se han hecho hasta el momento para definirla acuñan a una misma idea o concepto: una preocupación excesiva / obsesión por la comida sana.
- Al hablar de obsesión por la comida sana, conviene remarcar muy bien que llevar a cabo una alimentación saludable es sinónimo de salud. Pero cuando este objetivo de tomar comida sana se torna rígido, llevado al extremo sin permitir nada que no sea lo considerado como estrictamente saludable y la vida se planea en torno a ese fin, estamos delante de un caso que sin duda no guarda una relación saludable con la comida ni mucho menos equilibrada y, por tanto, presenta dificultades psicológicas que conviene tratar lo antes posible.
- En este sentido, otra dificultad que puede aparecer en casos de ortorexia reside a nivel nutricional ya que el comportamiento obsesivo acaba conllevando que incluso se vayan apartando de la dieta habitual alimentos necesarios para el buen funcionamiento del organismo. Esto tiene efectos adversos y déficits nutricionales que comprometen seriamente la salud.
Por tanto, tanto la vigorexia como la ortorexia, pese a no disponer a día de hoy de criterios diagnósticos clínicos bien definidos, se podrían definir como alteraciones bastante complejas que requieren de un abordaje psicológico esencial y nuclear acompañado de un tratamiento multidisciplinar para restaurar la calidad de vida y el estado de salud adecuada en quienes las sufren.