Adolescentes y móviles, ¿cómo gestionarlo?

Cada vez más estudios evidencian los efectos negativos del uso prolongado de dispositivos en el desarrollo del cerebro infantil y adolescente. Exponerlos durante horas a un bombardeo de estímulos visuales y sonoros puede derivar en consecuencias a nivel físico, emocional y social. En el caso de los adolescentes, el riesgo de adicción a las pantallas crece con el tiempo de exposición, afectando su salud emocional y sus habilidades sociales. Para prevenir una relación perjudicial con adolescentes y móviles u otros dispositivos y guiar a los adolescentes hacia un uso saludable de la tecnología, es importante establecer límites claros y fomentar actividades alternativas que enriquezcan su desarrollo.
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Relación entre el exceso de consumo de pantallas en niños y problemas de salud
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Cómo abordar el tema de la adicción de adolescentes y móviles
Uso de móviles en niños
En sus primeros años de vida, los niños pequeños no requieren de esos estímulos sensoriales, auditivos y visuales donde el ritmo rápido de las imágenes y los sonidos nunca coincide con la realidad. De pequeños, lo que los niños requieren es construir un fuerte y nutritivo lazo emocional con sus progenitores y cuidadores.
Es la madre o el padre quien simboliza la conexión entre el mundo real y su propia realidad. Por lo tanto, las emociones de sus progenitores son las que le indicarán la dirección a tomar.
¿Qué creéis que hacen los bebés nada más tumbarlos en la camilla? Esto que os voy a contar lo compruebo conscientemente con cada niño que pisa mi consulta.
Lo primero que hace un bebé que aún no me conoce al tumbarle, es mirar a su mamá. ¿Y por qué lo hace? Para que sea ella la que le dé la llave a sus emociones, la que ponga la primera piedrecita en su cerebro emocional en construcción.
Si su madre sonríe y le acaricia el pelo amorosamente y le susurra un: “Tranquilo cariño, Lucía te cuida”, el niño me mirará de nuevo y sonreirá (esto es maravilloso y no me canso nunca de vivirlo). Su mamá me ha dado la aprobación y él acepta la situación como segura. Si su madre, por el contrario, está mirando el móvil en ese momento o reacciona con temor y desconfianza, el niño inmediatamente tomará esas emociones como suyas y empezará a llorar.
Este tipo de feedback, esto que parece algo tan sencillo, pero que nos ocurre con nuestros hijos a diario en más de una docena de ocasiones, nunca nos lo dará una pantalla electrónica.
Relación entre el exceso de consumo de pantallas en niños y problemas de salud
El uso excesivo de pantallas en la infancia puede traer consecuencias importantes para el desarrollo y la salud física y mental de los niños. A diferencia de las interacciones reales, las pantallas no les enseñan a identificar emociones, lo cual afecta su desarrollo emocional.
Además, el avance de la tecnología ha ido de la mano con investigaciones que señalan cómo el consumo excesivo de televisión, videojuegos y dispositivos móviles está relacionado con diversos problemas de salud.
Numerosos estudios científicos vinculan el uso prolongado de dispositivos electrónicos con efectos negativos como trastornos del sueño, hipertensión arterial y un incremento en los factores de riesgo cardiovascular. Además, el sedentarismo que acompaña al uso constante de pantallas contribuye a problemas de sobrepeso y obesidad, en los niños, lo cual puede tener repercusiones en su salud a largo plazo. A nivel cognitivo, el exceso de tiempo frente a pantallas se asocia con problemas de atención, dificultad en el aprendizaje y, en última instancia, un impacto negativo en el rendimiento académico.
Estos efectos relacionados entre adolescentes y móviles, resaltan la importancia de establecer límites de uso y fomentar actividades alternativas que promuevan una salud integral en los niños, de modo que se reduzcan los riesgos asociados al consumo excesivo de pantallas desde edades tempranas.
Qué hacer con adolescentes y móviles
¿Y qué hace una madre pediatra con unos niños que ya están entrando en la adolescencia? Os preguntaréis muchos. Mi trabajo me ha costado, pero ahora sí soy plenamente consciente de todo lo que hoy os cuento, del tremendo poder adictivo de la tecnología en mis hijos y en mis pacientes, de la falta de conciencia social cuando, mientras hablo con los papas en mi consulta, sacan el móvil para que el niño se entretenga…
¿En mi casa se juega a la play o al móvil? Sí. Pero siempre un tiempo limitado y si mamá o papá dicen “se acabó”, se acabó.
He intentado educar a mis hijos en las redes sociales a medida que yo he ido adentrándome en este mundo. Mucho hemos hablado de los likes y su contenido vacío, de la importancia de los amigos reales y no los seguidores, de ser respetuoso siempre, pase lo que pase, de la privacidad, del acoso (sí, en redes sociales también) y la discreción. Siempre les he dicho que estamos en el mundo digital para aportar, para sumar, para construir cosas mejores, para inspirar, para ser la voz de otros que no llegan, para compartir, para acompañar y para aprender; pero nunca para exhibirse, para fanfarronear, engañar o para abusar de los demás. Eso se denuncia, sí en las redes sociales también.
Qué pasa con adolescentes y móviles
Con ellos, tenemos tres normas inquebrantables:
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La televisión estará en el salón o en la salita, nunca en su habitación. El ordenador, a ser posible tampoco.
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Mientras se estudia, se come y se duerme, las pantallas estarán apagadas.
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El tiempo de móvil o play es limitado. Las horas de juego se pactan y siempre tras hacer los deberes en caso de que traigan deberes a casa.
Por lo tanto, os animo a pensar en ello y a ajustar el uso de las tecnologías a las edades de vuestros hijos, especialmente a la hora de limitar su uso al mínimo posible. Esto dará como resultado, entre otras cosas, una excelente relación entre los adolescentes y móviles.
Por favor, no expongas a tu bebé a las pantallas. No necesitas un dispositivo móvil para contarle un cuento y, si lo usas, si está en audio, tu bebé no necesita estar mirando la pantalla. Y si quieres que mire algo, mejor usa libros con ilustraciones bonitas, deja que él maneje las páginas, usa tu voz para los diferentes personajes, persigue la sorpresa en su mirada y la risa en su sonrisa.
En conclusión, es imprescindible tener en cuenta que los bebés, niños y adolescentes adquieren conocimientos a través de las relaciones interpersonales, de nuestras emociones, de lo que experimentan ellos mismos al hablar, al susurrar...
Suelen disfrutar del juego con otros, de su extraordinaria habilidad para sorprender, de su razonamiento creativo, constructivo y imaginativo. Aprenden a través de lo que nos observan, de lo que perciben, de lo que tocan y escuchan. También aprecian el esfuerzo, el sacrificio, la habilidad para elegir, la compasión y el sufrimiento de los demás. Con los adultos pasa lo mismo.
Podría leer todas las noticias políticas del día en el iPad, que nunca podrán reemplazar una conversación inteligente con mis padres después de una comida excelente.
“Cambiaría, si pudiera, toda mi tecnología por una tarde con Sócrates”, – dijo Steve Jobs.
¡Necesitamos vivir en vivo y en directo! ¡Los niños y nosotros! Y recuerda que la vida real, la de verdad está ahí fuera. Las personas que te quieren incondicionalmente están a tu lado.
Cómo abordar el tema de la adicción de adolescentes y móviles
La comunicación abierta y empática es fundamental para tratar el tema de la adicción a las pantallas con los adolescentes. Para empezar, es importante escuchar sus puntos de vista y preocupaciones, sin juzgarlos, de manera que puedan expresar sus necesidades y posibles frustraciones respecto al uso de móviles y otros dispositivos. Una comunicación efectiva fomenta la confianza y ayuda a los adolescentes a comprender que establecer límites no es una restricción, sino una manera de proteger su bienestar.
Además, suele resultar muy efectivo el hecho de involucrar a los adolescentes en la toma de decisiones relacionadas con el uso de pantallas. La razón es que permitirles colaborar en la creación de normas y horarios de uso les da un sentido de responsabilidad y los hace más propensos a seguir las pautas establecidas. Al ser parte activa en el proceso, entienden mejor los beneficios de reducir el tiempo frente a la pantalla y aprenden a gestionar su propio tiempo de manera consciente.
Por último, los padres y tutores desempeñan un papel clave como ejemplo a seguir. Los adolescentes observan el comportamiento de los adultos y tienden a imitarlo, por lo que es esencial que el entorno familiar refleje el uso responsable de la tecnología. Si los adultos limitan su propio uso de dispositivos electrónicos durante comidas, momentos de conversación y otros espacios compartidos, envían un mensaje claro sobre la importancia de equilibrar el tiempo de pantalla con otras actividades.
Preguntas frecuentes sobre adolescentes y móviles
¿Cuál es la edad adecuada para que los adolescentes tengan un móvil propio?
Muchos expertos recomiendan esperar hasta la adolescencia, alrededor de los 12 o 13 años, cuando los jóvenes pueden entender mejor las normas de uso responsable. Sin embargo, la decisión depende de cada familia y del nivel de madurez del adolescente.
¿Cuántas horas al día deberían limitarse el uso de pantallas en adolescentes?
Los especialistas sugieren limitar el tiempo de pantalla a un máximo de dos horas diarias para evitar problemas de salud y el riesgo de adicción a las pantallas. Establecer un horario ayuda a controlar el tiempo dedicado a dispositivos electrónicos.
¿Cuáles son los principales riesgos de la adicción a las pantallas en adolescentes?
La adicción a las pantallas puede llevar a problemas de salud mental como ansiedad, estrés y dificultad para socializar. También puede afectar el rendimiento académico y fomentar el sedentarismo, y aumenta el riesgo de problemas físicos como la obesidad.
¿Cómo se puede detectar una posible adicción a las pantallas en un adolescente?
Algunos signos de adicción incluyen el aislamiento social, irritabilidad cuando se les limita el uso del móvil, y una fuerte dependencia emocional del dispositivo. También pueden mostrar dificultades para concentrarse en otras actividades y dejar de lado responsabilidades y relaciones personales.
¿Qué estrategias pueden ayudar a reducir el tiempo de pantalla en los adolescentes?
Establecer límites de tiempo claros, promover actividades alternativas como el deporte y la lectura, y hablar sobre los riesgos de un uso excesivo son estrategias efectivas. Es importante involucrar a los adolescentes en la creación de normas y asegurarse de que comprenden los beneficios de un uso equilibrado.
¿Qué papel juegan los padres en el uso responsable de los móviles?
Los padres tienen un rol esencial como modelos de uso responsable. Los adolescentes imitan lo que ven en su entorno, por lo que es fundamental que los adultos también limiten su uso de dispositivos y fomenten momentos de conexión en la vida real.
¿Cómo se puede prevenir el abuso de redes sociales entre adolescentes?
Una comunicación abierta sobre los efectos de las redes sociales y el impacto emocional de la “presión social” online es clave. Los padres pueden ayudar a sus hijos a comprender la importancia de la privacidad, la autenticidad y el valor de las relaciones personales frente a los "likes" y seguidores.
¿Es recomendable permitir el uso del móvil en la habitación del adolescente?
La recomendación general es evitar el uso de dispositivos en las habitaciones, especialmente durante la noche, para fomentar buenos hábitos de sueño. Tener áreas comunes para el uso de móviles y otros dispositivos ayuda a evitar el uso prolongado y sin supervisión.
¿Qué actividades pueden sustituir el tiempo de pantalla en los adolescentes?
Incentivar el deporte, las actividades creativas, la lectura y los juegos en grupo o en familia son excelentes alternativas al tiempo de pantalla. Estos hábitos no solo son beneficiosos para la salud física y emocional, sino que también fomentan habilidades sociales y mejoran el bienestar general.
¿Cómo afectan las pantallas a la salud física de los adolescentes?
El uso excesivo de pantallas se ha vinculado a problemas como la obesidad, el aumento de la presión arterial, dolores de cabeza, fatiga visual, y trastornos del sueño. Limitar el tiempo frente a dispositivos electrónicos puede ayudar a reducir estos riesgos.
¿Por qué es importante limitar el uso de pantallas desde una edad temprana?
El exceso de estímulos digitales puede afectar el desarrollo emocional, cognitivo y social de los niños. Establecer normas de uso temprano ayuda a los niños a valorar el tiempo sin pantallas y a fomentar relaciones y actividades reales.
En DKV luchamos contra la obesidad infantil
Acciones y servicios para reducir las cifras de sobrepeso en niños y niñas.