Peso ideal, ¿cuál es el tuyo?

La ansiedad por perder kilos de forma rápida conseguir el que se supone que es el peso ideal hace que muchas veces las personas sigan conductas no solo poco saludables sino ineficaces. Debes conocer los factores que llevan al sobrepeso para poder solucionarlo.
Por ejemplo, a menudo se cree que perder agua es lo mismo que perder grasa, y eso da lugar a que las personas utilicen elementos para transpirar más profusamente cuando realizan actividad física. El resultado es que se produce una reducción del peso corporal pero sólo de forma transitoria, porque al rehidratarse después del ejercicio, las personas vuelven a su peso anterior.
Saunas, masajes, aparatos que prometen milagros en pocas horas, dietas bajas en calorías, desequilibradas e incompletas y muchas otras estrategias milagrosas hacen su publicidad en los medios de comunicación con el único objetivo de vender más.
¿Qué es el IMC?
Si quieres alcanzar el peso ideal de forma saludable, sigue el programa más adecuado con el asesoramiento y control de profesionales especializados en nutrición y actividad física.
Por ejemplo, si su peso es de 60 kg y su altura es de 165 centímetros el resultado obtenido es de 22,4, que está dentro de los parámetros considerados normales del Índice de Masa Corporal.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), si el resultado está por debajo de 18,5 la persona tiene infrapeso que debe controlarse con un médico especializado, si se encuentra entre el 18,5 y el 24,9 su Índice de Masa Corporal es normal. En cambio, si su resultado en el cálculo está por encima de 25 tiene sobrepeso, si el resultado sobrepasa el 30, se considera obesidad leve y si supera los 35 se considera obesidad elevada, en ese caso la persona deberá acudir a un médico especialista para seguir una dieta saludable y un plan de ejercicio así como un control periódico para controlar el estado de salud y que esa obesidad no derive en otros problemas de salud.
Es importante calcular nuestro Índice de Masa Corporal de manera periódica (una vez al año= para saber si estamos dentro de nuestro peso ideal. Es importante tenerlo controlado especialmente en edades de cambios hormonales (entre los 18 y 25 años, durante la menopausia...) Desde los 30 hasta los 45 el cuerpo desarrolla muy pocos cambios (altura, peso, trastornos hormonales...) por lo que el Índice de Masa Corporal debería ser estable.
DKV Seguros quiere concienciar para que las personas reduzcan la cantidad de azúcar que consumen en su dieta. Una cantidad elevada de azúcar en la dieta hará que una persona tenga kilos de más y no pueda alcanzar su peso ideal.
Peso ideal pediátrico
El equipo de pediatría atiende al bebé desde el nacimiento y probablemente lo hará de manera continuada hasta los 15 años. Es muy importante seguir las visitas programadas para mantener el peso ideal y evitar la obesidad y el sobrepeso en la etapa infantil.
El pediatra realiza controles de crecimiento y podrá observar si su bebé sigue una buena nutrición y tiene un desarrollo adecuado. A partir de los dos años es de especial interés la medición del peso y la talla de su hijo para la determinación de la curva del IMC (índice de masa corporal) que es el mejor indicador de si un niño se encuentra dentro del peso adecuado para su edad, o bien tiene obesidad o sobrepeso.
En niños y adolescentes, el IMC varía de manera fisiológica durante el desarrollo, con la edad y el sexo. Así, asciende rápidamente durante el primer año, decrece progresivamente de los 12 meses hasta los 5-6 años, cuando se produce el llamado "rebote adiposo" fisiológico, es decir, normal; después vuelve a ascender progresivamente, especialmente durante la adolescencia, hasta llegar a la vida adulta.
Cuando en su lugar el ascenso de la curva comienza antes de los seis años de edad, se denomina "rebote precoz de la adiposidad", que indica un riesgo futuro de sobrepeso.
Los valores absolutos de IMC no tienen importancia, sino que interesa observar la curva de índice de masa corporal en el tiempo, es decir, su tendencia ascendente y su descenso en el tiempo que corresponde. En otras palabras, en caso de exceso de peso, significa que el peso está aumentando más de lo debido en relación al aumento de la estatura.
Cuando se produce un aumento precoz de la adiposidad es muy probable que después de un periodo corto de tiempo, el niño pueda llegar a tener sobrepeso. Si se produce este fenómeno (por ejemplo, a los 3 años), puede significar que se aparta de la pauta normal y su pediatra le ayudará a descubrir juntos los posibles motivos. Si se realiza el adecuado seguimiento pediátrico, esta tendencia puede corregirse con la ayuda del pediatra y del equipo de pediatría.
Las recomendaciones y el apoyo del equipo de pediatría a los padres ayudan a desarrollar unos buenos hábitos alimentarios desde los primeros años de vida y pueden prevenir eficazmente el exceso de peso y todas las complicaciones relacionadas con el mismo. Por ello, es fundamental cumplir las visitas al pediatra durante la primera infancia y que éste pueda realizar la determinación periódica del IMC de los pequeños.
El seguimiento periódico de la curva de crecimiento es necesario para detectar a tiempo el exceso de peso, a la vez que indicar a los padres las recomendaciones para crear en sus hijos unos hábitos saludables. El pediatra realizará la medición del peso y la talla de los pequeños, para llevar el dato de Índice de Masa Corporal a las curvas de referencia correspondientes a su sexo y edad y así observar periódicamente su situación dentro del percentil y si su evolución es la adecuada. Existen varios periodos críticos dentro de la infancia que pueden llevar a un aumento de peso y por esto es conveniente seguir las visitas regulares al pediatra. En caso de que tenga sobrepeso u obesidad siendo adulto, puede realizarse una liposucción.
¿Cómo se sabe si un niño tiene obesidad o sobrepeso?
La obesidad se define como un incremento del peso corporal, a expensas preferentemente del aumento del tejido adiposo. El exceso de masa grasa puede calcularse mediante diversos sistemas, como la absorciometría y la impedanciometría, además de otros métodos y su patrón de distribución corporal mediante métodos como el índice cintura-cadera.
En la práctica, en pediatría la medida universalmente aceptada para el diagnóstico de la obesidad es el llamado Índice de Masa Corporal (o Índice de Querelet), en inglés conocido como Body Mass Index (BMI). El IMC es el resultado de dividir el peso corporal en kilogramos por la estatura o talla expresada en metros al cuadrado (IMC=Peso/Talla2).
Como hemos dicho, en niños y adolescentes el IMC varía durante el desarrollo, con la edad y el sexo. Así, asciende rápidamente durante el primer año, decrece progresivamente de los 12 meses hasta los 5-6 años ("rebote adiposo" fisiológico), para volver a ascender progresivamente, especialmente durante la adolescencia, hasta llegar a la vida adulta en la que permanece estable.
Debido a esta evolución en los niños y adolescentes, se establecen unos puntos de corte como porcentaje respecto a la media, por lo que se necesitan las llamadas curvas de referencia, que son unas gráficas antropométricas que utiliza el pediatra para hacer el seguimiento de acuerdo a su edad y sexo.
Los puntos de corte basados en porcentajes de la media se conocen como "percentiles". El percentil 85 se considera como exceso de peso. El percentil 95 es el punto de corte que indica obesidad.