Mitomanía, cómo reconocer y afrontar este trastorno psicológico

¿Alguna vez te has preguntado por qué algunas personas mienten sin razón aparente? La mitomanía es un fenómeno más común de lo que se piensa. En España, las consultas relacionadas con la mentira compulsiva han crecido en los últimos años. De acuerdo con la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental, se estima que entre el 1% y el 2% de la población puede experimentar este trastorno, aunque la mayoría de los casos no se diagnostican.
Los expertos han detectado patrones biológicos y psicológicos en el comportamiento de los mitómanos. Por ejemplo, un conocido estudio liderado por la Universidad del Sur de California encontró mediante resonancia magnética que los mentirosos compulsivos presentan hasta un 22% más de sustancia blanca en el lóbulo prefrontal y un 14% menos de sustancia gris en comparación con personas honestas. Este hallazgo ayuda a comprender cómo el cerebro facilita la elaboración de engaños, aunque no determina completamente la causa de la mitomanía.
¿Qué es ser una persona mitómana?
Una persona mitómana sufre una necesidad incontrolable de mentir, incluso sin obtener beneficios claros. La mitomanía es más que una “costumbre”: constituye una adicción donde la mentira se vuelve un mecanismo de defensa, búsqueda de atención o evasión de responsabilidades. Los mitómanos pueden llegar a creerse sus propias historias y, con el tiempo, pierden relaciones, credibilidad y paz mental.
¿Cuántos tipos de mitómanos existen?
La mitomanía se clasifica según el origen o la intención de la mentira:
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Relacional: miente para impresionar o sentirse aceptado.
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Imaginativo: elabora realidades ficticias como vía de escape emocional.
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Simulador: engaña para obtener compasión inventando problemas o enfermedades.
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Fantástico: narra hechos extravagantes para llamar la atención.
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Estafador: utiliza la mentira para obtener ventajas o beneficios materiales.
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Compulsivo: miente constantemente, sin una motivación clara.
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De vanidad: exagera la realidad para halagar o potenciar su autoimagen.
Cada tipo requiere una atención especializada adaptada a sus particularidades.
¿Cómo saber si tienes mitomanía?
Algunas señales pueden ayudarte a identificar esta alteración:
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Impulso constante de mentir, incluso en situaciones cotidianas.
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Sensación de placer o alivio al engañar sin ser descubierto.
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Creencia en las propias mentiras: la línea entre realidad y ficción se diluye.
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Incomodidad o ansiedad al decir la verdad.
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Relatos cada vez más elaborados y difíciles de comprobar.
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Pérdida de confianza por parte del entorno cercano.
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Incapacidad para evitar la mentira pese a las consecuencias.
Si estos síntomas persisten, es recomendable consultar a un profesional especializado.
¿Cómo reacciona un mitómano al ser descubierto?
Al ser confrontado, un mitómano suele negar la evidencia, inventar nuevas mentiras o desarrollar respuestas emocionales intensas como ansiedad, culpa o ira. En situaciones graves, puede llegar a victimizarse o aislarse para evitar el rechazo y el juicio de los demás.
¿Cuál es la diferencia entre un mentiroso y un mitómano?
Característica |
Mitómano |
Mentiroso ocasional |
Frecuencia |
Miente de forma constante y descontrolada |
Miente solo en circunstancias puntuales |
Control |
No puede evitar la mentira |
Elige cuándo y sobre qué mentir |
Finalidad |
Busca aliviar conflictos internos o encajar |
Persigue un objetivo concreto |
Consciencia |
A menudo cree sus propias mentiras |
Sabe que está mintiendo |
Consecuencias |
Daña relaciones y reputación |
Impacto limitado y episódico |
No todo el que miente es mitómano. La diferencia principal es la pérdida de control y la creencia en las propias mentiras, lo que requiere un abordaje más profundo.
Tratamiento y terapia, ¿cómo se aborda la mitomanía?
La mitomanía sí tiene tratamiento, aunque exige compromiso y paciencia. Los principales enfoques incluyen:
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Terapia cognitivo-conductual (TCC): para identificar y modificar patrones de pensamiento y conducta ligados a la mentira.
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Terapia familiar y de apoyo social: involucrar a la familia favorece el éxito y previene recaídas.
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Terapias de aceptación y mindfulness: ayudan a reconocer emociones y gestionar impulsos de forma saludable.
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Tratamiento farmacológico: solo cuando existe un trastorno asociado, como ansiedad o depresión, y un profesional de la salud lo prescriba porque sea necesario.
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Grupos de apoyo: compartir experiencias reduce el aislamiento y refuerza la motivación.
El éxito depende de la implicación del entorno y de la detección temprana. Es fundamental no juzgar ni ridiculizar a la persona afectada, sino orientarla hacia la búsqueda de ayuda profesional.
Detectar y tratar la mitomanía para una salud mental proactiva
La mitomanía no es simplemente un “defecto” de carácter, sino un problema psicológico complejo que puede abordarse de manera eficaz si se detecta a tiempo. Reconocer los síntomas y buscar apoyo especializado son pasos clave para proteger la salud emocional, la calidad de vida y las relaciones. Apostar por el autocuidado, la información veraz y la prevención es indispensable para quienes desean vivir de forma plena y consciente.
Preguntas frecuentes sobre la mitomanía
¿La mitomanía puede comenzar en la infancia?
Sí, aunque suele diagnosticarse en la adolescencia o adultez, algunos patrones de mentira compulsiva pueden comenzar en la infancia. Es importante distinguir la mitomanía de la imaginación propia de niños pequeños. Si el comportamiento persiste y afecta sus relaciones, conviene consultar a un psicólogo infantil.
¿Un mitómano puede dejar de mentir por sí solo?
Es poco frecuente que una persona mitómana abandone la mentira sin intervención externa. Dado que muchas veces no reconocen el problema o se sienten incapaces de controlarlo, el apoyo profesional y de su entorno resulta clave para lograr un cambio sostenido y duradero.
¿Existe relación entre mitomanía y otros trastornos psicológicos?
Sí, la mitomanía puede coexistir con otros problemas de salud mental, como trastornos de personalidad, depresión, ansiedad o adicciones. La presencia de mitomanía a veces es un síntoma secundario y debe abordarse como parte de un tratamiento integral.
¿Realmente la mentira compulsiva genera culpa en el mitómano?
En muchos casos, sí. Aunque el mitómano puede parecer indiferente, la mentira sostenida a menudo genera malestar, culpa o ansiedad, especialmente cuando afecta a personas de su entorno cercano. La terapia ayuda a reconocer y gestionar estas emociones constructivamente.
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