Trastorno alimentario compulsivo, ¿en qué consiste?
Cuando hablamos sobre trastornos de la conducta alimentaria, suelen venir a la mente enfermedades como la anorexia o la bulimia nerviosa. Sin embargo, existen otro tipo de trastornos más atípicos, como el trastorno alimentario compulsivo. En Europa, su prevalencia en mujeres es de 1-4%.
¿Qué es el trastorno alimentario compulsivo?
El trastorno alimentario compulsivo, también conocido como trastorno por atracón, es un tipo de trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA) que puede tener graves consecuencias para la salud de las personas que lo sufren. Se caracteriza por comer en exceso de forma compulsiva durante un breve periodo de tiempo. Las personas que lo padecen refieren sentir una pérdida de control durante estos episodios. En cambio, posteriormente suelen sentirse culpables y avergonzados. También pueden aparecer emociones como la rabia y la tristeza. El tipo de alimento consumido puede variar en cada atracón. Generalmente, las personas con trastorno por atracón no llegan a ejercer comportamientos compensatorios como la provocación de vómitos, realizar ejercicio intenso o tomar laxantes. Este tipo de conductas son propias de las personas que sufren bulimia nerviosa.
Los episodios de ingesta compulsiva o atracón son recurrentes, se producen, de promedio, una vez a la semana como mínimo durante tres meses o más.
Según la OMS, la mayoría de las enfermedades de transmisión alimentaria pueden prevenirse con unas medidas de higiene alimentaria correcta.
¿Y los trastornos de conducta alimentaria?
Los TCA son enfermedades mentales que se caracterizan por presentar alteraciones en las conductas relacionadas con los hábitos alimentarios. También implican cambios cognitivos ya que se produce una alteración de los pensamientos relacionados con el cuerpo, el peso y la alimentación. Asimismo, aumenta la dificultad para el manejo de las emociones y, en especial, hay un incremento de la irritabilidad. En España, hay una tasa de prevalencia de TCA entre el 4,1 y el 4,5% de la población adolescente.
Estas enfermedades cursan, a menudo, de la mano de otros problemas psiquiátricos como la depresión y la ansiedad. Además, están relacionadas con una baja autoestima, el perfeccionismo y la impulsividad, entre otros rasgos de personalidad. En el caso del trastorno alimentario compulsivo, las personas que lo padecen pueden presentar sobrepeso u obesidad (o desarrollarlo con el paso del tiempo a raíz de los atracones).
Factores de riesgo del trastorno alimentario compulsivo
Los principales factores de riesgo para el desarrollo de este trastorno son:
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Ser mujer adolescente o joven
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Tener una mala imagen corporal y/o recibir presión social para llegar a un ideal estético
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Sufrir otros problemas de salud mental
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Realizar (o haber realizado) dietas restrictivas o limitar el número de calorías diarias
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Predisposición genética, personas con antecedentes de familiares con algún tipo de TCA
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Haber sufrido experiencias traumáticas o abuso
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Practicar determinados deportes o actividades profesionales en los que la imagen corporal y el peso tienen especial relevancia
De momento, no se ha descrito una causa clara que pueda desencadenar este trastorno de alimentación. Los investigadores sugieren que puede deberse a una combinación de factores. No obstante, el hecho de tener algunos de estos factores de riesgo no implica que se haya de desarrollar un TCA. Simplemente, son características o circunstancias que se han relacionado con un aumento del riesgo de padecerlo.
¿Cómo tratar el trastorno alimentario compulsivo?
El tratamiento de este trastorno requiere de un abordaje multidisciplinar. Será indispensable recibir atención psicológica, a menudo una terapia cognitivo-conductual. También se aconseja un acompañamiento nutricional y, en ocasiones, tratamiento farmacológico con medicamentos antidepresivos y/o estimulantes del sistema nervioso central.
El objetivo del tratamiento del trastorno alimentario compulsivo está orientado a la remisión de los episodios de atracón, la mejora de los hábitos alimentarios así como de la relación con el cuerpo y la comida. Además, es crucial trabajar en la gestión de las emociones aprendiendo herramientas más allá de la comida.
Cabe recalcar que el papel de las familias en el acompañamiento de la persona con un TCA es sumamente importante. Los familiares más cercanos deberán implicarse en su tratamiento según las indicaciones que vayan recibiendo por parte de los profesionales.
Como en el caso de cualquier trastorno de la conducta alimentaria, es muy importante lograr una detección precoz. Esto favorecerá el pronóstico y tratamiento de la persona afectada además de reducir la duración y consecuencias de la enfermedad. En DKV contamos con psicólogos expertos en trastornos de la conducta alimentaria que puedes consultar ante cualquier sospecha. Además, ofrecemos programas de tratamiento para dichas situaciones.
Durante la etapa infantil y adolescente es muy común relacionar la comida con el estado anímico en el que se encuentra. Es por eso que, educar bajo unos hábitos saludables y siendo conscientes de la crianza en las diferentes situaciones, ayudará a prevenir todo tipo de trastornos alimentarios.
Preguntas frecuentes sobre el trastorno alimentario compulsivo
¿Qué tipos de TCA existen?
Los TCA que hay descritos en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los trastornos mentales DSM-5 son:
- Anorexia Nerviosa
- Bulimia Nerviosa
- Trastorno por atracón
- Trastorno de conducta alimentaria no especificado (antes TANE)
- PICA
- Trastorno de rumiación
- Trastorno de evitación/restricción de la ingesta de alimentos
- Trastorno alimentario o de la ingestión de los alimentos no especificado
¿Qué tipo de personas pueden desarrollar un trastorno alimentario compulsivo?
Cualquier persona podría desarrollar este tipo de trastorno. Sin embargo, su desarrollo es más común en mujeres de 20 y 25 años.
¿Cómo saber si tengo un trastorno alimentario compulsivo?
Si crees que puedes tener síntomas que coinciden con el trastorno alimentario compulsivo, es importante acudir a un/a psicólogo/a y explicarle tus conductas alimentarias. Algunos de estos síntomas pueden ser comer grandes cantidades de comida sin tener hambre, comer deprisa y a pesar de sentirse desagradablemente lleno/a. Otro tipo de señales pueden ser comer solo/a o a escondidas, tener sensación de falta de control respecto a la comida, tener sentimientos de culpa, tristeza o arrepentimiento después de comer, etc.
¿Qué riesgos comporta el trastorno alimentario compulsivo?
Este trastorno puede conllevar graves consecuencias para la salud tanto física como mental. En concreto, las personas que sufren trastorno alimentario compulsivo tienen mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y obesidad.
Además, puede acarrear problemas de adaptación al rol social, insatisfacción en la vida, malestar subjetivo, etc.
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