Natación para ponerse en forma

10 Abr 2019
Estoy convencido que a lo largo de tu vida has escuchado o incluso has comentado o has recomendado la natación haciendo referencia a la siguiente expresión; ¡la natación es el deporte más completo, si te quieres poner en forma vete a la piscina!
Ponte en forma nadando

Todo el mundo (incluidos médicos) recomienda la natación para la mejora de nuestra salud ya que las ventajas de este deporte a nivel anatómico-funcional son infinitas.

Más efectos negativos

Pero, como cualquier otra modalidad en el mundo del deporte y la actividad física, si no tienes una buena técnica de ejecución y conviertes este deporte en parte de tu rutina diaria con una mala técnica, a la larga puede ser más perjudicial que beneficioso.

Paso 1. Define tu objetivo real

Lo primero que has de hacer antes de ir a la piscina es reflexionar en casa (sin engañarte a ti mismo) y hacerte la siguiente pregunta: ¿por qué quiero empezar a nadar?

  • He estado en el médico y me ha recomendado nadar para mejorar mi salud.
  • Quiero perder peso (porcentaje de grasa) y creo que la natación me ayudará.
  • Tengo problemas de espalda y la natación va muy bien.
  • Me apetece aprender este deporte.
  • Otros

Estas son algunas de las respuestas más repetidas por una persona en un centro deportivo a la hora de iniciarse en la natación. La primera premisa que te voy a dar es que te olvides de los estilos de espalda, braza y sobre todo mariposa ya que son (aunque no te lo creas) mucho más complejos que el crol. Empieza controlando este estilo y posteriormente abordaremos los otros.

Paso 2. Busca un entrenador

Una vez hecha esta pequeña reflexión interna en casa, tienes dos opciones para garantizar el cumplimiento de tu objetivo invirtiendo algo de dinero en tu salud: buscar un profesional cualificado en tu centro de fitness o wellness que pueda acompañarte en este proceso o al menos en tus inicios para asegurar una buena técnica durante la práctica deportiva. Cada día más centros ofertan este tipo de servicio a modo de entrenamiento personal o grupos reducidos.

Acudir al club de natación de tu localidad, hacerte socio y tener un entrenador especializado que te ayude en tu día a día en la piscina, muchos clubes tienen diferentes secciones y no todas compiten a nivel federado-competición. Rodearte de gente con tus mismos objetivos/intereses es garantía de que no abandones a las primeras de cambio.

Paso 3. Conocer los errores Básicos

  • Nadar con la cabeza fuera del agua (cómprate unas gafas de piscina).

Si al nadar vas siempre con la cabeza fuera para poder respirar, a corto-medio plazo por un lado tendrás problemas cervicales y por otro la fatiga y el cansancio aparecerán antes. Este error es la primera cosa que has de corregir.

Has de aprender a desplazarte con la cabeza dentro del agua con la mirada en diagonal al fondo de la piscina cogiendo aire (inspirar) desde fuera y expulsándolo (espirar) dentro del agua mientras llevas a cabo el movimiento de brazos.

Solemos cometer el error de aguantar la respiración (hacer apnea) y cuando no puedo más sacar la cabeza hacia arriba y respirar varias veces antes de volver a meter la cabeza. Grave error, pues la respiración debe formar parte de nuestro desplazamiento.

  • No hacer Respiración Bilateral.

Paralelamente mientras aprendes a nadar con la cabeza dentro del agua has de respirar a ambos lados (BI-lateral); una vez coges aire (inspiras) por el lado derecho y la siguiente por el lado izquierdo. Para coger aire (inspirar), has de girar la cabeza, no sacar la cabeza hacia arriba.

  • No tener una postura horizontal.

Si observas a las personas que nadan en tu centro de fitness verás que van con las piernas caídas haciendo muchísima fuerza con los brazos en sus desplazamientos ya que su batido de piernas (patadas) no es efectivo.

El primer culpable para que pase esto es nadar con la cabeza fuera ya que esto provoca que el tronco se levante y, por causas anatómicas, las piernas se vayan al fondo.

Para mejorar este aspecto técnico, colócate un pull-boy entre tus piernas, esto hará que mejores tu flotabilidad y puedas comenzar a ejecutar el nado de forma más eficiente.

  • Brazadas cortas.

Tenemos tendencia a realizar el movimiento de brazos de forma muy rápida (mala coordinación con la respiración) y esto indirectamente nos obliga a que nuestras brazadas sean cortas provocando que tardemos mucho más en completar la distancia de la piscina.

Cuando introducimos los brazos en el agua, hemos de intentar alargar el brazo lo máximo posible y luego arrastrar el agua dejándonos llevar por la inercia del nado, de esta manera nuestra técnica será mucho más efectiva.

  • Tensión en los tobillos.

Para nadar, has de relajarte, ya que, si vas con la musculatura tensionada, esto provocará que te hundas más. A la hora de propulsarte el factor más importante son las piernas y no los brazos. En lo que al movimiento de piernas (batido) se refiere, el factor clave es evitar la excesiva tensión en los tobillos ya que son los últimos responsables de la propulsión del cuerpo. A más tensión menor propulsión de ahí que en muchas ocasiones se nos produzcan rampas; por tanto, has de concéntrate en el movimiento relajado del tobillo provocando ascenso y descenso del pie.

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Jesus Angel Aguilar
Autor/a: Jesús Ángel Aguilar

Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, y formado como Maestro de Primaria, en la Especialidad de Educación Física