Salud mental: estrés laboral y ansiedad
La salud mental abarca todo lo que afecta al bienestar emocional, psicológico y social de una persona.
No existe una clara definición de lo que es normal y lo que no es normal para la salud mental, ya que en ella intervienen muchos factores, como el entorno cultural y social de la persona, sus experiencias personales y su propia capacidad de resiliencia frente al estrés y eventos de la vida.
Una buena salud mental nos permite vivir y disfrutar de la vida con plenitud, aportar a la sociedad y sobrellevar etapas difíciles con mayor facilidad.
La salud mental en el mundo y en España
Todas las personas pueden tener problemas de salud mental, independientemente de su edad, sexo, situación socioeconómica. Puede darse incluso durante o tras el embarazo.
La pandemia por COVID-19 ha hecho saltar todas las alarmas sobre la importancia de la salud mental, con un aumento del 25% en la ansiedad y la depresión general a nivel mundial.
Cada año, los problemas que afectan la salud mental como el estrés, la ansiedad y la depresión causan la pérdida de 12.000 millones de días de trabajo, con un costo aproximado de un billón de dólares en todo el mundo.
En España, un 66% de las personas experimentan estrés relacionado con el trabajo al menos una vez a la semana.
El estrés laboral puede afectar la salud mental
El estrés es una reacción normal del organismo ante un peligro puntual ya sea real o potencial, con el objetivo de asegurar la supervivencia ya sea huyendo o enfrentándose a la situación de peligro.
Sin embargo, frente a un problema laboral, las respuestas naturales de huir o enfrentarse no son posibles: la persona no puede modificar la situación ni puede dejar su trabajo. Por este motivo, el estrés laboral se prolonga en el tiempo, se cronifica y la persona experimenta situaciones de estrés y de alerta repetidamente, ocasionando una serie de síntomas, como por ejemplo:
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Cansancio físico
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Falta de energía
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Dificultad para concentrarse
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Alteraciones del sueño (insomnio e hipersomnia)
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Tristeza
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Irritabilidad
¿Cuándo ocurre el estrés laboral?
El estrés laboral ocurre “cuando las exigencias del trabajo no igualan las capacidades, los recursos o las necesidades del trabajador y ocasionan reacciones físicas y emocionales nocivas”, según la Comisión Europea de Seguridad y Salud en el Trabajo.
Hay muchos factores que pueden generar estrés laboral: sobrecarga de trabajo, liderazgo, desarrollo profesional, clima en el puesto de trabajo, ambigüedad en el rol que uno desempeña, entre muchos otros.
La presión creciente y excesiva en el entorno laboral es la causa de la saturación tanto física como mental de muchos trabajadores, lo que origina estrés laboral y consecuencias directas sobre la salud de la persona y su entorno familiar y social. Esto provoca una alteración en el equilibrio entre su vida personal y profesional.
¿Cuáles son las complicaciones del estrés a largo plazo?
Si el estrés se mantiene durante un periodo de tiempo prolongado, la persona puede tener, además de problemas con su salud mental, una serie de manifestaciones somáticas que indica que el organismo está padeciendo un estado de tensión permanente, como por ejemplo:
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Gastritis, malestar estomacal y otros síntomas gastrointestinales
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Dolores y contracturas musculares
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Dolor de cabeza y malestar general
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Otros síntomas
Estrategias para controlar la ansiedad
En determinadas situaciones de la vida diaria es normal experimentar cierto grado de ansiedad, de una intensidad leve.
Aparte de la ayuda que proporciona un terapeuta para controlar la ansiedad desproporcionada o cuando ocurre repetidamente, existen algunas estrategias que, con práctica y preparación por nuestra parte, pueden ayudarnos a controlar la ansiedad.
Estas son algunas ideas que pueden ser útiles para controlar la ansiedad:
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Mantente en movimiento: realiza ejercicio físico y actividad aeróbica como caminar, correr, nadar o bailar al menos unos 30 minutos cada día.
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Conoce y practica técnicas de relajación: como la relajación progresiva y la respiración diafragmática, que ayudan a disminuir la tensión muscular y fortalecer una respuesta opuesta a la ansiedad frente a eventos de la vida. La meditación también puede ser de ayuda.
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Cuida la cantidad y calidad de tu sueño: dormir entre 7 y 8 horas diarias de sueño reparador y de calidad puede evitar el aumento de la ansiedad.
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Comparte momentos de felicidad y diversión con amigos o personas que te ayuden a sentir bien. Realizar actividades de ocio, practicar un hobby o acudir a eventos culturales con otras personas ayuda a disminuir el estrés y la ansiedad.
Ataques de pánico o ansiedad extrema
Cuando la ansiedad aumenta en intensidad puede originar una ansiedad extrema que la persona experimenta como un estado de intranquilidad y preocupación. En su forma más severa se conoce como ataque de pánico.
Los síntomas de un ataque de pánico pueden variar en función de la persona, pero pueden incluir los siguientes signos:
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Aceleración del corazón
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Palpitaciones
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Sensación de inestabilidad o mareo
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Sudoraciones
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Náuseas
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Temblores
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Sensación de falta de aire o ahogo
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Dolor en el pecho
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Molestias abdominales
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Problemas gastrointestinales como estreñimiento o diarrea
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Escalofríos o sensación de calor
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Parestesias (hormigueo o insensibilidad en extremidades)
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Desrealización (sensación de irrealidad)
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Despersonalización (sensación de estar separado de uno mismo)
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Necesidad frecuente de ir al baño
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Miedo a morir
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Sequedad en la boca
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Miedo a perder el control o volverse loco
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Tensión muscular
Cómo controlar un ataque de pánico
Un ataque de pánico puede ocurrir de manera aislada o junto a otros problemas de salud mental, como la ansiedad generalizada. Cada persona necesitará una estrategia diferente según su situación y necesidades.
Es probable que durante el ataque de pánico sientas que no tienes control sobre tu cuerpo. Pero si conoces algunas estrategias de antemano, podrás ponerlas en práctica con mayor facilidad.
Si los episodios de ataques de pánico son leves y esporádicos, puede ser de ayuda seguir los siguientes pasos durante el ataque:
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Acepta las sensaciones y no te distraigas: recuerda que las emociones intensas que estás experimentando pasarán. Deja que disminuya la intensidad de la ansiedad de manera natural, siéntelas, y recuerda que nada malo va a suceder.
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Controla la activación: respira profundamente, inspira lentamente, llena tu abdomen con aire, retenlo un par de segundos y suéltalo lentamente.
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Encuentra un espacio tranquilo: sal de donde estás, respira y tranquiliza tu cuerpo antes de volver. Si no puedes salir físicamente, visualiza un espacio en tu mente donde te sientas bien (por ejemplo un bosque, una playa, la casa de una amiga o un familiar).
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Céntrate en estímulos externos: puede ser de ayuda dejar de fijarte en tus propias emociones. Focalízate en lo que perciben tus sentidos: olores, colores, el tacto de algo que puedes tocar o una conversación que puedes oír.
Ten en cuenta que estas son estrategias que pueden ser de ayuda para episodios leves y esporádicos. Sin embargo, para evitar que los ataques de pánico se repitan a largo plazo es necesario buscar ayuda profesional y acudir a un psicólogo para que pueda realizar una evaluación y encontrar el mejor tratamiento para ti.
Conclusiones
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La salud mental abarca las emociones, la visión de lo que nos ocurre y la menera de relacionarnos. Es fundamental en todos los momentos de la vida.
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No existe una única definición de lo que es una buena o mala salud mental, ya que esta depende de la sociedad y de las características de cada persona.
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Una de las principales causas de problemas con la salud mental es el estrés prolongado y la ansiedad exagerada en respuesta a situaciones de la vida diaria. El estrés laboral es un tipo de estrés muy común en nuestra sociedad actual.
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Para controlar el estrés y la ansiedad leve puede ser de ayuda practicar técnicas de respiración o relajación, al igual que llevar una vida activa y saludable.
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Un ataque de pánico es una forma extrema de ansiedad. Siempre es importante buscar ayuda profesional, por ejemplo de un psicólogo.
Preguntas frecuentes sobre cómo salud mental
¿Qué hacer para controlar el estrés?
El estrés puede ocasionar situaciones que son difíciles de manejar e implican una alta carga emocional. Estas son algunas recomendaciones para controlar el estrés en general:
Reconocer que estas experimentando un tipo de estres como el estrés laboral.
Mantener la calma cuando el nivel de estrés es elevado y sientes que la ansiedad aumenta. Pensar claramente ayuda a encontrar una solución al problema que origina el estrés. Es probable que con la mente tranquila puedas ver opciones para solucionar el problema.
Intenta alejarte de la situación que te está causando estrés.
Si no es posible alejarte, intenta distraerte y relajarte con técnicas de gestión de estrés, como por ejemplo la respiración profunda o la meditación.
Si la intensidad del estrés persiste o empeora es recomendable buscar ayuda profesional para poder controlarlo mejor.
¿Qué es recomendable hacer después de un ataque de pánico?
Realiza una actividad agradable: realiza una actividad que te permita desconectar de las sensaciones que has tenido antes, por ejemplo escuchar música, leer o ver una película o serie.
Respira profundamente: permite que tu cuerpo vuelva a su estado normal y que se relaje la tensión.
Habla con alguien: busca una persona en quien confíes, comparte tu experiencia y explícale cómo podría ayudarte.
Recobra tus energías: un ataque de pánico puede ser agotador, quizá necesites descansar, beber o comer algo para reponer tus energías.
Es importante consultar con un profesional para que pueda identificar la causa del ataque de pánico y prevenir que vuelva a ocurrir.
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