Reflujo en bebés

20 Ago 2020
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Qué es el reflujo

Es el ascenso del contenido estomacal hacia el esófago e incluso hasta la boca. En la mayoría de los casos puede ser imperceptible si el contenido del estómago no llega a la boca ni produce molestias. Esto quiere decir que el reflujo en los bebés es normal y debido a una inmadurez del sistema digestivo y del cardias (la unión entre el estómago y el esófago) que hace que los alimentos vayan de vuelta una vez han alcanzado el estómago.Con el tiempo y el crecimiento del bebé esta sintomatología mejora.

Síntomas del reflujo en bebés

Es bastante fácil observar el reflujo ya que el bebé expulsa bocanadas de leche sin esfuerzo ni náuseas. Se observa, sobre todo, después de las tomas (tanto de leche materna como artificial), con el estómago lleno. Estar estirado hace que el alimento “suba” con mayor facilidad. También es algo habitual observar leche digerida unas horas después de la toma.
Por otro lado, el niño crece y engorda bien, está contento y descansa bien. Por ello se suele llamar reflujo fisiológico.

¿Cuándo mejora?

Como es un problema madurativo, el crecimiento del bebé condiciona su mejora. A partir de los seis meses, con el inicio de los sólidos y la capacidad de estar sentado, las regurgitaciones van disminuyendo poco a poco hasta desaparecer.

¿Cuándo es un problema?

Si el reflujo produce problemas de salud en el bebé como dolor tras las tomas (en los bebés se manifiesta con llanto e irritabilidad), dificultad para ganar peso y alteración del crecimiento, deja de ser una situación fisiológica para ser una enfermedad (a la que llamamos enfermedad por reflujo esofágico.
Debemos consultar al pediatra cuando el bebé presente:

  • Vómitos acompañados de náuseas y/o esfuerzo.
  • Vómitos en proyectil
  • Vómitos de color verdoso, marrón o rojo (sangre fresca).
  • Si el bebé llora desconsoladamente tras las tomas.
  • Si el bebé rechaza el alimento.
  • Si las heces del bebé tienen sangre o son negras como el betún (es un signo de que hay una hemorragia digestiva).
  • Si el bebé tiene broncoespasmos de repetición o tos persistente, sobre todo cuando se le acuesta.
  • Si el bebé tiene aumento del reflujo habitual (puede ser un signo de alarma en el bebé indicándonos que algo no va bien, que tiene una infección, por ejemplo).
  • Si está muy irritable al acostarle.
  • Si no engorda lo esperado según su edad.
  • Si el reflujo no mejora, progresivamente, a partir de los seis meses.

Cómo se diagnostica

El diagnóstico puede ser clínico tan sólo por los síntomas que padece el bebé. Si el reflujo o los síntomas acompañantes son graves es recomendable realizar alguna prueba diagnóstica de imagen para confirmarlo.

Tratamiento

El reflujo fisiológico que no repercute en la salud ni crecimiento del bebé no se trata ya que mejorará con el tiempo. Para sobrellevarlo podemos ayudar al bebé con medidas posturales como mantenerle incorporado un rato después de comer, no acostarle inmediatamente después de las tomas o bien elevar algo la cabecera de la cuna.
Si toma lactancia materna esta debe ser mantenida y no se aconseja cambiar a leche de fórmula, ya que la leche materna es el mejor alimento para el lactante.

Si toman biberón, existen preparados en el mercado especialmente diseñados para los bebés con reflujo, ya que contienen espesantes (fórmulas antirregurgitación). Hay que decir que su eficacia es controvertida.

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Esther Martinez Garcia
Autor/a: Esther Martínez García
  • Responsable de la Unidad de Oncología Pediátrica Integrativa en el Hospital Sant Joan de Déu Barcelona

  • Médico Colaboradora de Advance Medical

  • Vocal de Actividad Asistencial en SAME • Sociedad de Acupuntura Médica de España

  • Docente del Máster de Medicina Tradicional China y Acupuntura (UB)

  • Vocal Junta directiva de la Societat Científica de Catalunya i Balears

  • Profesora postgrado en UB

  • Socia fundadora de http://www.qipoint.net/

Unidad de Oncología Pediátrica Integrativa en el Hospital Sant Joan de Déu Barcelona. Experta en Acupuntura pediátrica.