Implante capilar, lo que necesitas saber
Si te molesta la pérdida de cabello en la parte superior o te preocupa llegar a quedarte calvo, el implante capilar puede ser una solución para de sentirte más seguro de tu aspecto.
¿En qué consiste el implante capilar?
El implante capilar o microinjerto capilar/folicular consiste en el trasplante de folículos pilosos de cabello de zonas con normal crecimiento, a zonas con escasez o falta de pelo.
El trasplante capilar es un tratamiento eficaz y permanente para la caída del cabello que debe ser realizado por un especialista en un centro estético idóneo para su realización.
Consiste en una microcirugía, en la cual se realiza una mínima incisión en el cuero cabelludo, y se extrae una porción del mismo. Estas fracciones de cuero cabelludo se dividen en pequeñas unidades de tres cabellos, cada uno de los cuales está constituido por una papila dérmica, un folículo, una glándula y grasa subcutánea.
A continuación, se anestesia la zona a tratar, y se inserta por microcirugía cada cabello extraído de acuerdo a un patrón de distribución estético, para lograr un resultado óptimo. Al inicio, se colocan injertos de dos cabellos por fila, para luego ir colocando más injertos de mayor densidad, y así asegurar un crecimiento capilar acertado en el futuro.
¿Cuáles son las técnicas de trasplante capilar?
Existen dos técnicas para llevar a cabo este proceso:
Técnica FUSS (Follicular Unit Strip Surgery)
Consiste en el injerto microquirúrgico de unidades foliculares de 4 cabellos, extraídos de una porción de cuero cabelludo obtenido del propio paciente.
Técnica FUE (Follicular Unit Extraction)
Consiste en la extracción de unidades foliculares de una en una. Con esta técnica se obtiene un mayor número de injertos y las cicatrices son menos aparentes.
Actualmente, la FUE representa el enfoque más común debido a sus ventajas potenciales sobre la FUSS. Sin embargo, la utilización de cada técnica depende de la preferencia del especialista que realice la intervención.
¿En quiénes se puede realizar?
Es un procedimiento destinado a mujeres y hombres con alopecia androgénica, o que quieran reforzar la primera línea de cabello, lo que estéticamente puede resultar incómodo y antiestético a quien lo sufre.
También se puede realizar en alopecias cicatriciales, o posterior a intervenciones quirúrgicas, entre otros usos.
¿En quiénes funciona mejor?
La mayoría de los hombres son buenos candidatos, ya que la pérdida de cabello es localizada. No ocurre lo mismo en las mujeres, que presentan una distribución más difusa; excepto en áreas de pérdida localizada.
Siempre se debe considerar que el pelo grueso y con mayor melanina, así como el rizado, dan mayor densidad y un crecimiento más efectivo.
Las expectativas del paciente con respecto a la realidad del trasplante deben definirse en la visita prequirúrgica con el cirujano, analizando cada caso individualmente.
El proceso en sí durará de cuatro a ocho horas, y debe realizarse un cuidado postoperatorio correcto para mantener el buen cuidado del cabello.
¿Cuáles son las ventajas de este procedimiento?
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Al ser el paciente su propio donante, no existe posibilidad de rechazo ni necesidad de tratamientos posteriores. Se puede realizar bajo anestesia local, no requiere de internación, y el pelo implantado sirve de por vida.
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Dado que las cicatrices son mínimas y las incisiones son pequeñas, las heridas curan rápidamente. El reconocimiento corporal es inmediato, por lo cual, el injerto es automáticamente revascularizado, y este aporte sanguíneo ayuda a que el mismo sobreviva.
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Los puntos se retiran a la semana, y durante esa semana se debe evitar la actividad física.
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La cabellera nueva es permanente y el cabello nuevo inicia su crecimiento, entre los tres y cinco meses posteriores al procedimiento.
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Al cabo de 12 meses, el resultado es un cabello sano y fuerte, con crecimiento continuo.
¿Cuáles son las complicaciones que se pueden presentar durante el proceso?
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Aunque es un procedimiento ambulatorio sencillo, puede presentar complicaciones como infección, sangrados, morados, hinchazón, deformación de cicatrices (con la técnica FUSS), alteraciones de la sensibilidad, asimetría, dolor crónico y foliculitis.
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Puede producirse una pérdida temporal del cabello alrededor de la zona donante o receptora; lo cual se recupera alrededor de los tres meses.
Estas complicaciones deben tenerse en cuenta siempre, tanto por el cirujano, como por el paciente, antes de elegir la técnica adecuada.
¿Cómo es la recuperación de un implante capilar?
La recuperación después de un implante capilar puede variar según el tipo de técnica utilizada, el tamaño del área trasplantada y la respuesta individual del paciente al procedimiento.
Durante los dos días posteriores a la intervención se recomienda administrar analgésicos para evitar el dolor en la zona de extracción. Se puede aplicar hielo en la zona afectada de manera intermitente durante 48 horas para minimizar el edema y la equimosis. Incluso una dosis baja de corticosteroides puede ayudar a reducir los hematomas y la inflamación. Y, a menudo, se prescriben antibióticos postoperatorios para evitar una infección.
Se recomienda mantener húmedas las zonas afectadas mediante la aplicación de un emoliente durante los primeros días, para favorecer la cicatrización de la herida. Un pequeño pulverizador para aplicar humedad en la zona puede ayudar a prevenir la formación de costras.
En cuanto a la higiene del cabello, se puede reanudar el lavado suave con champú a partir del segundo día tras la intervención con cuidado de no rascar el cuero cabelludo y evitar el contacto directo con agua que salga a presión.
Además, se recomienda dormir con la cabeza elevada durante una semana y no realizar actividad física durante quince días.
Normalmente, a los siete días de la intervención se retiran las suturas y se debe realizar un seguimiento durante los meses siguientes, hasta que se produce la maduración de los injertos implantados (entre 6 y 12 meses).
El minoxidil tópico, la finasterida oral y la terapia con luz de baja intensidad pueden continuar durante todo el periodo perioperatorio e indefinidamente después para ayudar a maximizar los resultados.
Conclusiones
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Los implantes capilares son una alternativa eficaz y duradera para evitar la calvicie.
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Los implantes capilares se realizan por medio de una microcirugía, a partir de folículos capilares del propio paciente.
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La recuperación después de un trasplante capilar es un proceso gradual, que puede requerir varios meses para obtener los resultados esperados.
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Es importante seguir todas las instrucciones de tu médico y tener paciencia durante el proceso de recuperación.
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Referencias
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Patrick M. Zito, Blake S. Raggio. Hair Transplantation. Stat Pearls, NIH. 2023 https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK547740/
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Liza Torborg. Mayo Clinic Q and A: Hair transplant treatment for hair loss. Mayo Clinic. 2017 https://newsnetwork.mayoclinic.org/discussion/mayo-clinic-q-and-a-hair-transplant-treatment-for-hair-loss/
Preguntas frecuentes sobre el implante capilar
¿Los implantes capilares son permanentes?
Sí, los implantes capilares son permanentes porque se trasplantan unidades foliculares que son resistentes a la caída del cabello.
¿Cuál es el costo de un implante capilar?
El costo de un implante capilar varía según varios factores, como el número de unidades foliculares que se trasplantan y el tipo de técnica de implante utilizada. El costo puede oscilar entre 1.000 y 20.000 euros.
¿Es doloroso el implante capilar?
Como se realiza bajo anestesia local, no se siente dolor durante el procedimiento. Durante el postoperatorio la administración de analgésicos y antiinflamatorios pueden ayudar a evitar el dolor.
¿Cuál es la tasa de éxito del implante capilar?
La tasa de éxito del implante capilar depende de varios factores, como la técnica utilizada, la habilidad del cirujano y la calidad del cabello donante. En general, la tasa de éxito del implante capilar es alta, y al menos el 90% de los implantes son exitosos.
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