Gastritis: qué es y qué la causa

La gastritis es toda lesión inflamatoria que afecte a la mucosa gástrica y sus causas son muy variadas, con mayor o menor gravedad.
La mucosa gástrica
El estómago es la parte del tubo digestivo comprendido entre el esófago y el intestino delgado. Se comunica con el esófago a través de una válvula llamada cardias y desemboca en el duodeno a través del píloro.
El estómago tiene dos funciones principales: la secretora, que inicia el proceso de la digestión, y la motora, que tritura, mezcla y finalmente evacua el quimo hacia el duodeno.
La mucosa gástrica es la responsable de la función secretora a través de glándulas. El ácido clorhídrico y la pepsina son las secreciones agresivas de la mucosa gástrica, mientras que el moco y el bicarbonato protegen la mucosa gástrica formando parte de la llamada barrera mucosa.
Tipos
Se denomina gastritis a toda lesión inflamatoria que afecte a la mucosa gástrica.
Se pueden clasificar según su localización en: fúndica (localizada en el fundus gástrico), antral o del cuerpo medio del estómago. Si la afectación es global, la llamamos pangastritis.
Otro modo de clasificarlas en función de su tiempo de evolución en: agudas o crónicas.
Gastritis agudas
No suelen tener síntomas específicos y tienen una gran variedad de manifestaciones clínicas, desde formas asintomáticas hasta cuadros muy graves de hemorragia digestiva.
Lo más frecuente son los síntomas leves o moderados: dolor en el epigastrio (“boca del estómago”), anorexia o vómitos. Los niños y los ancianos son especialmente vulnerables a la deshidratación si los vómitos son muy intensos. En niños una situación especialmente grave es la gastritis erosiva o cáustica por la ingestión accidental de lejía. Es una emergencia médica.
Las causas de las gastritis agudas son por agentes externos: fármacos que dañan la mucosa, el alcohol o el estrés.
El diagnóstico es clínico y puede ser necesario realizar una endoscopia para determinar la causa e iniciar tratamiento.
Si no se hallan lesiones graves se inicia un tratamiento con protectores gástricos y una dieta saludable para el control de síntomas. En el caso de una gastritis aguda que origina sangrado importante se debe ingresar al paciente y estabilizarlo.
Gastritis crónicas
Es el tipo más frecuente y se detecta la presencia de H. Pylori. En toda gastritis crónica se debe descartar algunos tipos de anemia (anemia perniciosa o ferropénica), una úlcera duodenal, hernia de hiato, litiasis biliar o un cáncer gástrico. Todas estas enfermedades pueden dar síntomas inespecíficos y muy parecidos.
Para realizar un buen diagnóstico se debe hacer una endoscopia y realizar un estudio histopatológico de una biopsia de la mucosa gástrica y determinar si la causa en infecciosa por H. Pylori o de otro tipo. También se han de realizar estudios analíticos para descartar las anemias ferropénicas y perniciosas.
Las gastritis crónicas asintomáticas no requieren tratamiento. En el caso de las gastritis sintomáticas, se debe evaluar de manera individual a cada paciente y se ofrecerá el tratamiento más adecuado de acuerdo con la causa. En los casos de gastritis crónicas debidas a infección por H. Pylori se efectúa el tratamiento erradicador de la bacteria utilizando diferentes pautas.
Dieta y estrés
El estrés y los alimentos muy condimentados son factores que contribuyen a la formación de la gastritis, así como la toma de medicación gastrolesiva, como los antiinflamatorios. En muchos pacientes con síntomas de gastritis sin causa específica retirar este tipo de fármacos y llevar una dieta saludable puede ser eficaz en un 90% de los pacientes. Se deben evitar irritantes de la mucosa gástrica en pacientes con sintomatología como: café, alcohol, tabaco, comidas copiosas, irritantes y grasas.