Helados caseros, sin azúcares y bajos en grasa

02 Ago 2019
Uno de los símbolos del verano es el helado, pero suelen contener mucha grasa y azúcares. Los helados caseros serán una buena opción más saludable.
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Helados caseros
  1. Ingredientes para hacer helados caseros saludables

  2. Granizados

  3. Sorbetes

  4. Helados caseros de hielo

  5. Helados caseros cremosos

Hacer helados caseros nos da la oportunidad de poder escoger los ingredientes, y el tipo de grasa, así como de moderar el contenido de azúcar para obtener helados que nos permitan darnos un capricho más saludable.

Aunque a nivel nutricional los helados de base láctea pueden tener cierto interés por ser fuente de calcio y proteínas, entre otros nutrientes, en general a los helados podemos encontrarles algunos “peros”, sobre todo en relación a la cantidad de azúcar y al tipo de grasa utilizada en su elaboración. Es el caso de aquellos elaborados con nata, mantequilla y otras grasas de origen vegetal como la de palma y la de coco. Grasas esencialmente saturadas y azúcares o edulcorantes artificiales, presentes sobre todo en helados industriales. Por otro lado, los de hielo, a priori, no tienen ingredientes grasos, pero sí destacan por su elevado contenido en azúcar.

Ingredientes para hacer helados caseros saludables

En la elaboración tanto de helados, como de granizados o sorbetes, los zumos de frutas naturales, y la fruta entera fresca, e incluso congelada, nos van a servir de base. La fruta va a proporcionarnos vitaminas, minerales, así como antioxidantes, sustancias bioactivas muchas de ellas responsables de sus colores vivos. Con esta opción obtendremos helados caseros con mejor valor nutricional que los industriales, a los que se les suele añadir saborizantes y colorantes que simulan el sabor y color del alimento original.

Los helados cremosos, en general, tienen un mayor contenido calórico, debido a que necesitan una base grasa para poder obtener su textura untuosa. Si queremos prescindir de las grasas lácteas como la nata, vamos a tener que buscar otras fuentes grasas que nos sirvan de “base” y ayuden a obtener un buen nivel de cremosidad en el helado. Alimentos como el aguacate o los anacardos, son buenas alternativas, pues aparte de tener un sabor bastante neutro, contienen una fracción grasa principalmente insaturada considerada más cardiosaludable.

Hay muchas fórmulas para hacer helados caseros, granizados y sorbetes caseros, pero para empezar podemos tener en cuenta las siguientes pautas:

Granizados

El granizado es una bebida refrescante que se elabora con hielo triturado al que le podemos añadir el zumo de frutas que queramos. No hemos de olvidar que la fruta es dulce, y en un principio no sería necesario añadir más azúcar.

Granizado de coco y piña: pelar y cortar la piña y meter en el congelador. Una vez congelado, introducir en una batidora y añadir leche de coco y un vaso de agua fría para triturarlo todo hasta conseguir un tamaño de hielo deseado.

Sorbetes

El sorbete tiene una textura más parecida a un helado cremoso que no a un granizado. La clave es el tamaño de los cristales de hielo, y al igual que los helados de crema, es muy importante la incorporación de aire en el producto. Normalmente eso se puede conseguir con un robot para sorbetes y helados caseros, que ayuda a obtener cristales más pequeños y proporciona su textura característica. En este sentido, hay ciertos ingredientes que nos gusten o no van a favorecer esta textura, como es el caso del azúcar. Los sorbetes comerciales suelen contener un elevado contenido en azúcar, y en ese aspecto, si lo elaboramos en casa, podemos aprovechar para crear fórmulas no tan azucaradas. Para ello, se puede utilizar clara de huevo y agua con gas, para obtener un efecto similar y mejorar el producto final. Se pueden hacer los tradicionales sorbetes de limón, naranja o mandarina, u optar por otras frutas como: nectarina, cereza, frutos rojos, sandía, melón, etc.

Sorbete de melón o sandía: elaborar un almíbar hirviendo agua con dos cucharadas de azúcar moreno; añadir el zumo de limón al almíbar frío, y por otro lado triturar la pulpa de la sandía (o melón); en otro recipiente montar una clara de huevo a punto de nieve, para posteriormente mezclar todos los ingredientes en una batidora y triturar hasta obtener un puré muy fino. En caso de no disponer de una heladera o máquina para sorbetes, se puede congelar e ir batiendo cada media hora. También podemos congelar el puré en cubiteras y triturarlo después con una batidora potente. Si quieres que el helado sea 100% sin azúcares, sáltate el paso de elaborar el almíbar con azúcar.

Helados caseros

Helados caseros de hielo

Los heladso caseros de hielo son la opción más sencilla de hacer, y da rienda suelta a los más imaginativos. Sólo necesitaremos un alimento líquido más o menos nutritivo, un molde, un palo de polo y un congelador. Incluso podemos hacer un polo clavando un palo de polo en un yogur. Hay helados de hielo más ligeros como los elaborados con zumo o puré de frutas, pero también pueden prepararse con una base láctea, como yogur, leche, bebidas vegetales (de avena, de coco,…). Incluso con frutos secos picados o cobertura de chocolate, en cuyo caso obtendremos helados caseros con un valor nutricional y calórico más aumentado.

Polo de cereza con yogur: lavar y quitar el hueso a las cerezas (200 g aprox.); en una batidora mezclar con un yogur y triturar hasta obtener una textura bien fina. Introducir en los moldes para polos y meter en el congelador.

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Helados caseros cremosos

Para los helados caseros cremosos, además de aguacate y anacardos, también se pueden utilizar otros ingredientes igualmente apropiados para su elaboración, como: frutos secos (cacahuetes, nueces, avellanas,…), aceite de coco virgen extra o de semillas, plátano, yogur o proteinas de suero de distintos sabores.

Helado de melocotón con anacardos: dejar toda una noche en remojo los anacardos (80-100 g), desechando el agua al día siguiente; pelar dos melocotones, trocearlos y ponerlos en un vaso de batidora junto con los anacardos, y añadir dos vasos de bebida de coco, una vaina de vainilla y opcionalmente un poco de miel; batir hasta obtener una textura cremosa y rellenar los moldes para helados para seguidamente congelar durante unas ocho horas.

Por tanto, no tenemos por qué renunciar a un helado en verano, hay gran variedad de opciones. Lo importante es escoger alimentos de buena calidad nutricional.

Isabel Lopez

Artículo de Isabel López

Dietista nutricionista, experta en prevención de la obesidad.

Licenciada en Ciencia y Tecnología de los Alimentos. Diplomada en Nutrición Humana y Dietética. Postgrado en Nutrición y Obesidad. Actualmente forma parte del equipo de nutrición de Advance-Medical (Teladoc Health).

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Autor/a: Isabel López

Actualmente forma parte del equipo de nutrición de Advance-Medical (Teladoc Health).

Nutricionista experta en prevención de la obesidad.