Contractura muscular: ¿qué es y por qué sucede?
Si te preguntas qué es una contractura muscular es una tensión muscular muy frecuente. Posiciones mantenidas, sobreesfuerzos, estiramientos bruscos, falta de hidratación o estrés pueden causar una contractura muscular, que es una de las principales consultas en fisioterapia. En este post te contamos más sobre la contractura muscular, por qué se produce, cómo se trata y cómo evitarla.
- ¿Qué es una contractura muscular?
- ¿Cuándo se puede sufrir una contractura muscular?
- ¿Cómo afecta una contractura muscular al cuerpo?
- Tratamiento para una contractura muscular
- Consejos de Vikika Costa para evitar lesiones
¿Qué es una contractura muscular?
La contractura muscular es una contracción del músculo de carácter involuntario, que perdura en el tiempo y puede afectar a uno o varios grupos musculares de forma simultánea. Provoca dolor e impotencia funcional.
Las señales que identifican más claramente la contractura muscular son la sensación de dolor y la rigidez de la extremidad afectada. El dolor se acentúa cuando la persona afectada realiza la contracción muscular voluntaria. Además, las fibras del músculo se encuentran acortadas, por lo que también está limitada su flexibilidad.
¿Qué le sucede al músculo en una contractura muscular?
El músculo está compuesto por unos hilos llamados miofibrillas, que están superpuestos entre sí y conforman los vientres musculares. Estas miofibrillas tienen la capacidad de contraerse y elongarse permitiendo el movimiento en su conjunto. Para que esto sea posible se necesita la glucosa como ‘’gasolina” para que las miofibrillas se puedan contraer cuando llega el estímulo nervioso.
Como resultado de este fenómeno metabólico se crean unos productos de desecho que deben ser eliminados, pero, si el estímulo es continuo e intenso, estos desechos no pueden ser eliminados correctamente y se provoca lo que se conoce como fatiga muscular, ya que el sistema no puede asumir la carga de trabajo que está recibiendo.
En este momento, el producto de desecho se acumula y las miofibrillas se bloquean, creando en la zona una falta de irrigación sanguínea, inflamación y por consecuencia, dolor.
¿Cuándo se puede sufrir una contractura muscular?
En general, la contractura muscular aparece cuando se exige al músculo un esfuerzo superior al que puede aguantar. Puede ocurrir en un momento concreto, como por ejemplo durante una actividad física intensa para la cual el cuerpo no está suficientemente preparado, o por esfuerzos pequeños pero repetitivos.
La contractura muscular aparece más frecuentemente en personas sedentarias, pues su musculatura está desentrenada y se fatiga mucho antes que la de una persona activa.
Otro factor que influye en la aparición de la contractura muscular es la postura adoptada durante la jornada laboral o las actividades de la vida diaria, como estar muchas horas en posición sentada o de pie.
Factores que predisponen a sufrir una contractura muscular
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Posturas forzadas y repetitivas
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Sobreentrenamiento
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Traumatismos
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Estiramientos bruscos (un estiramiento puede provocar una contractura refleja)
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Frío (puede provocar que la musculatura se contraiga a modo de protección)
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Mala alimentación e hidratación
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Estrés o ansiedad (provocan que la musculatura esté en tensión continua)
¿Cómo afecta una contractura muscular al cuerpo?
La contractura muscular puede manifestarse de diversas formas. A menudo depende de la localización de la contractura, pues puede comprometer estructuras vasculares o neurales:
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Impotencia funcional. Restricción del movimiento, de forma parcial o total, a modo de bloqueo.
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Dolor punzante y localizado, o sensación de pesadez, hormigueo o adormecimiento de la extremidad. La contractura muscular puede comprimir un nervio y provocar esta sintomatología.
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Ciática. Una contractura muscular en la extremidad inferior, concretamente en el músculo piriforme, puede provocar episodios de ciática por la compresión del nervio ciático.
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Cefalea tensional. Dolor de cabeza debido a una contractura en la musculatura de la zona cervical.
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Sensación de mareo. La musculatura del cuello puede comprometer parcialmente estructuras vasculares como la arteria vertebral, disminuyendo el flujo sanguíneo en la cabeza y provocando sensación de mareo o vértigo.
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Imposibilidad de descansar debido al dolor.
Tratamiento para una contractura muscular
El tratamiento para una contractura muscular depende de la gravedad. Si es leve, probablemente se resuelva realizando reposo, aplicando calor y estirando la musculatura. Si no se soluciona, se necesitará de un tratamiento más específico.
Por lo general, el tratamiento para la contractura muscular es conservador, es decir, no invasivo. Se trata, sobre todo, de tratamientos de fisioterapia o medicación.
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Reposo
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Calor. Aplicación de calor local.
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Tratamiento manual. Masaje descontracturante, tratamiento miofascial; puntos gatillo y punción seca.
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Tratamiento antiálgico con electroterapia; aplicación de calor.
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Autotratamiento. Estiramientos y automasajes con pelotas o palos.
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Tratamiento farmacológico. Antiinflamatorios.
Tratamiento en fisioterapia de la contractura muscular
Cuando una persona acude a consulta por una contractura muscular, lo primero que debe hacerse es localizar el foco del problema y analizar el tipo de clínica que la contractura muscular está provocando.
Si se trata de un dolor local, que corresponde con el punto de la contracción muscular, se puede tratar con calor y amasamiento. El tratamiento miofascial, basado en la liberación de los puntos gatillo, es muy efectivo.
A menudo la contractura muscular está asociada a la activación de un punto gatillo, un punto concreto dentro de una banda tensa muscular, que es sensible a la palpación. Además, cuando se comprime, produce un dolor referido, es decir, el dolor se extiende a otra zona del cuerpo que no corresponde con el punto.
Esta técnica se combina con electroterapia, que es la utilización de medios físicos para tratar el dolor de la contractura muscular y bajar la inflamación. El aparato más recurrido en estos casos es el T.E.N.S., corrientes eléctricas de baja frecuencia que inciden en el centro modulador del dolor de la médula espinal.
Además, también tienen un efecto a nivel local, aumentando la irrigación en la zona debido al paso de la corriente a través del electrodo, lo que favorece la regeneración tisular.
Consejos de Vikika Costa para evitar lesiones
Tanto si acabas de iniciarte al deporte como si ya eres deportista, prevenir las lesiones es clave para seguir con tu propósito de tener unos hábitos de vida saludables. Aquí tienes un video en el que Vikika Costa te explica sus trucos para evitarlas.
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Realiza una técnica adecuada. Esto es fundamental para evitar lesiones. Debes conocer cuál es tu nivel y adecuar los ejercicios a ese nivel.
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Calienta muy bien el músculo antes de empezar la actividad física. El calentamiento cumple dos funciones, por un lado, evita lesiones y por otro optimiza el rendimiento deportivo. Una vez calentado, el músculo se encuentra en perfectas condiciones para realizar la actividad física.
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Trabaja siempre contra la fatiga muscular. La fatiga muscular es la principal causa de lesiones y la evitarás si acostumbras a tu cuerpo al ejercicio físico poco a poco.
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Descansar es clave, pues permite que el músculo se recupere. Al principio, hasta que tu cuerpo se acostumbre al ejercicio, alterna semanas de carga con semanas de descarga.
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Aliméntate bien, tanto antes como después del entrenamiento. Una alimentación adecuada también ayuda a evitar la fatiga muscular y, con ello, la posibilidad de lesiones.
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Hidrátate con regularidad. Un músculo hidratado es un músculo optimizado. Con el esfuerzo físico se suda, y a través de ese sudor se pierden minerales que son fundamentales para los músculos, articulaciones, y ligamentos.
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Fortalece todo el cuerpo. Es importante entrenar todo el cuerpo, y no solo una parte. Aunque en la rutina de entrenamiento o deporte solo se utilice un determinado grupo muscular, es importante compensar todo el cuerpo para evitar lesiones.
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Fortalece el core. El core es la parte del cuerpo que abarca desde el pectoral hasta la parte inferior de los glúteos. Realiza ejercicios específicos para fortalecer el core, como los ejercicios de glúteos, abdominales, isométricos y de espalda.
Esperamos que este post sobre la contractura muscular te haya sido útil, y que los consejos para evitar lesiones de Vikika Costa te ayuden a no sufrirlas. Recuerda que desde la aplicación Quiero Cuidarme Más tienes acceso a todos nuestros trucos y consejos.
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