Agorafobia, más allá del miedo a los espacios abiertos

Existe la creencia errónea de que la agorafobia es solo el miedo a estar en espacios abiertos. Pero la agorafobia va más allá de ese miedo, es una clase de trastorno de ansiedad, que implica tener miedo y pánico a situaciones y lugares de los cuales es difícil o imposible escapar, o bien, conseguir ayuda si fuera necesaria. ¿Alguna vez te ha dado un ataque de pánico estando en el tren, estando en un concierto o haciendo cola en un supermercado? Eso también es un síntoma de la agorafobia.
¿Qué es la agorafobia?
La agorafobia es un trastorno mental que se caracteriza por tener miedo a lugares donde sea difícil escapar o no exista ayuda si la ansiedad se vuelve abrumadora, provocando pánico y sensación de estar atrapado, indefenso y avergonzado.
Este trastorno no tiene una causa determinada, pero sí se ha comprobado que tiene una asociación genética. La heredabilidad es del 61%. También existen algunos factores de riesgo que pueden favorecer la aparición de este trastorno, como vivir sucesos negativos o traumáticos durante la infancia o acontecimientos estresantes como la separación de los padres, vivir un asalto o el maltrato infantil.
Existen diferentes tipos de agorafobia dependiendo del miedo de la persona. Todos tienen en común el miedo a lugares donde no existe una ruta fácil, sin fácil escapatoria o que proporcionen la sensación de sentirse atrapado.
Algunos de los tipos son:
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Miedo a los espacios cerrados como tiendas, ascensores o cines.
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Miedo al uso de transportes como aviones o trenes, especialmente a aquellos transportes que van bajo tierra o que tienen trayectos largos.
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Miedo a los espacios abiertos como centros comerciales, plazas, parkings o puentes.
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Miedo a estar completamente solo fuera de casa, siendo este el tipo más discapacitante, ya que para sentirse seguro en el exterior precisa de la ayuda de una persona de confianza.
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Miedo a los espacios con multitudes o espacios concurridos como un concierto, el centro de una ciudad o los supermercados. Además de lugares donde haya largas filas de espera.
Las personas con agorafobia creen de antemano que salir o escapar de una de esta situación será muy complicado o imposible y que no van a tener ayuda si empiezan a encontrarse mal.
Algunos de los síntomas que pueden presentar ante una situación que les genera agorafobia son:
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Ataques de ansiedad y pánico con momentos de ansiedad extrema.
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Miedo a perder el control o morir.
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Sensación de mareo y náuseas.
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Palpitaciones, taquicardias y opresión en el pecho.
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Temblores y sudores.
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Molestias intestinales con urgencia urinaria y fecal.
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Hormigueo en extremidades con pérdida de fuerza en piernas y brazos.
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Sensación de asfixia e hiperventilación.
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Conductas de evitación como dejar de ir a trabajar por miedo a sufrir ataques de pánico. Esta conducta puede llegar a incapacitar a la persona y aislarla completamente de la sociedad.
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Desrealización: sensación de que el mundo que le rodea es extraño o irreal.
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Despersonalización: Sensación de sentirse separado de uno mismo, como si de un observador externo se tratará.
Un 2% de la población sufre de agorafobia, es una de las fobias más frecuentes. Ésta se desarrolla después de sufrir varios ataques de pánico en alguna de las situaciones descritas y surge del miedo a volver a desarrollar un ataque de pánico. Es por eso que se evitan aquellos lugares donde ya han vivido ataques de pánico o alguna sintomatología asociada a la agorafobia.
Tratamientos eficaces para la agorafobia
Diagnosticar una agorafobia es relativamente sencillo. Este diagnóstico lo realiza un psicólogo o psiquiatra mediante una entrevista clínica. Hay varios aspectos que se deben explorar dentro de una entrevista para diagnosticar la agorafobia, como son:
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Identificar las situaciones que se evitan, frecuencia y gravedad.
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Descripción de los ataques de pánico y ansiedad (frecuencia, duración y gravedad).
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¿Cómo interfiere la agorafobia en las diferentes áreas de la vida de la persona?
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Interpretaciones de peligro o catástrofe ante la situación.
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¿Qué conductas defensivas se realizan para prevenir o manejar la amenaza?
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Preguntar por el origen, la historia y la fluctuación de los síntomas.
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Averiguar si existen otros trastornos asociados a la agorafobia.
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¿Existen tratamientos previos? ¿Qué expectativas se tienen respecto al tratamiento?
Como hemos podido ver, existen muchos tipos y miedos asociados a la agorafobia, pero para ellos existen dos tratamientos eficaces.
Tratamiento psicológico
El tratamiento psicológico debe ser un tratamiento multidisciplinar que incluya la psicoeducación, tratamiento cognitivo conductual, exposición gradual y entrenamiento en técnicas de desactivación fisiológica.
Psicoeducación
Es fundamental para entender el trastorno. Es la mejor forma para conocer la agorafobia. La persona podrá acceder a información sobre el trastorno (qué es, sintomatología, tratamientos etc), comprenderá y conocerá el papel de la ansiedad y los ataques de pánico de la agorafobia.
Tratamiento cognitivo conductual
El tratamiento psicológico es muy eficaz y en muchos casos es suficiente para mejorar la sintomatología. La terapia cognitivo conductual se centra en identificar patrones e intentar cambiarlos (pensamientos y comportamientos).
Dentro del tratamiento cognitivo conductual se trabaja la agorafobia con la exposición gradual a las situaciones temidas. Se insiste a la persona para que deje de evitar los lugares que le crean temor. La exposición es controlada y gradual, es decir, desde situaciones menos adversas a más complicadas. Algunas maneras de empezar la exposición gradual es salir de casa con el acompañamiento de un familiar, poco a poco reducir la ansiedad y que desaparezca y recuperar la seguridad en sí mismo.
Entrenamiento en técnicas de desactivación fisiológica
Las técnicas de desactivación fisiológica son herramientas que pueden ayudar a regular la ansiedad y tener más autocontrol de la situación. Algunas de estas técnicas son el mindfulness, la relajación muscular progresiva, la meditación o la respiración profunda.
Tratamiento farmacológico
Este debe ser complementario al tratamiento psicológico, y servirá para optimizar los resultados. El tratamiento farmacológico más eficaz son los antidepresivos ISRS como: citalopram, sertralina, duloxetina, fluoxetina, paroxetina o escitalopram.
Conclusiones
La agorafobia se trata de un trastorno grave e incapacitante que puede llegar a afectar todas las áreas de la vida de una persona, social, laboral, familiar, académica y económica. Es por ello que, es fundamental reconocer los síntomas y trabajarlos junto a los profesionales oportunos. Pero para que el tratamiento a la agorafobia funcione se debe tener un compromiso, una motivación y una colaboración por parte del paciente.
Referencias
Preguntas frecuentes sobre la agorafobia
¿Qué discapacidad tiene la agorafobia?
El grado de discapacidad dependerá de la gravedad. Con una afectación moderada el grado de discapacidad que se puede obtener es el 33% y en los casos más graves, con concurrencia con otras patologías, puede superar el 65%.
¿La agorafobia es para toda la vida?
Si no se trata puede durar años o toda la vida.
¿Cómo prevenir la agorafobia?
No existe manera de prevenirla, pero con tratamiento y compromiso se pueden reducir notablemente los síntomas y controlar el trastorno.
¿Qué no decirle a alguien con agorafobia?
La comprensión y la empatía son fundamentales ante cualquier trastorno o enfermedad. Es importante reconocer la incapacidad de salir de casa o acudir a algún lugar y no decirle a la persona “supéralo” o “sé fuerte, tú puedes”. Estas palabras pueden ser contraproducentes porque pueden causar que la persona no busque la ayuda psicológica necesaria.
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