Niños en invierno: 8 errores que cometemos

El miedo de exponer a los niños en invierno al frío y enfermen hace que tomemos muchas medidas de protección que vamos a revisar. Hay que protegerse del frío, pero con sentido común. En la estación más fría del año son mil y uno los mitos que nos rodean para procurarles uno buenos cuidados a nuestros hijos.
- Cambios bruscos de temperatura
- No ventilar la casa o el coche
- Bebidas heladas o muy calientes
- Abrigar a los niños en invierno en exceso
- Automedicarse para tratar o prevenir infecciones
- Bañar al niño con agua muy caliente
- Olvidarnos el protector solar
- No salir a la calle
Cambios bruscos de temperatura
Es casi imposible evitar estos cambios bruscos del calor al frío, y viceversa. La excelente calefacción de los comercios, centros recreativos y casas hace que salgamos y entremos a ambientes totalmente extremos. Es importante abrigar a los niños por capas para que se vayan adaptando a los diferentes ambientes sin que se sientan sofocados en unos, suden excesivamente y salgan de nuevo a la calle con el cuerpo empapado. Esta situación, nada extraña, sobre todo en bebés o niños pequeños que no pueden expresar claramente su malestar, puede propiciar algún que otro catarro.
No ventilar la casa o el coche
La falta de ventilación por miedo a que entre frío de fuera es más perjudicial que las bajas temperaturas. El no ventilar favorece que proliferen los virus que causan las infecciones respiratorias. Los lugares donde muchos niños comparten espacio como escuelas, transporte escolar o los domicilios deben ventilarse a diario para renovar el aire y refrescar las estancias. Es un tema de salud. Un ambiente ventilado reduce las probabilidades de contagio.
Bebidas heladas o muy calientes
En invierno lo más recomendable es tomar bebidas tibias o calientes, pero sin pasarse. Las bebidas muy frías o excesivamente calientes causan irritación de la mucosa faríngea y nuestros niños son más propensos a padecer faringitis o molestias en dicha zona. Si bien las bebidas heladas no son un motivo que cause enfermedad tampoco podemos pensar que tomar bebidas muy calientes nos van a proteger.
Abrigar a los niños en invierno en exceso
Dice el chiste: “una chaqueta es una prenda que los papás ponen al niño cuando ellos tienen frío”. Los niños son muy activos y parece que nunca tengan frío. Si bien no podemos comparar la sensación de frío de un anciano y un niño de cinco años, si debemos pensar que ambos necesitarán un abrigo adecuado a su sensación térmica y a la temperatura exterior. Sobre abrigar no es bueno, el niño suda y puede ser contraproducente si hace mucho frío.
Esto nos puede pasar cuando un niño está jugando al aire libre, en constante movimiento. En esas circunstancias no necesitará abrigarse demasiado, ya que la temperatura de su cuerpo subirá naturalmente. Una vez finalizada la actividad, sí que es importante ponerse algo de ropa y descansar a poder ser en un lugar cerrado donde la temperatura no sea tan baja.
Automedicarse para tratar o prevenir infecciones
Una premisa fundamental en la salud de nuestros hijos es: si nos preocupa su estado de salud, debes acudir al pediatra. En invierno ni todo son catarros ni todo se cura con antibióticos. La mayor parte de infecciones son víricas y sólo se pautan antibióticos en el caso de que el pediatra sospeche una infección bacteriana. En cuando a los suplementos para evitar catarros o, supuestamente, subir las defensas, consulta siempre con tu pediatra. Muchas veces la publicidad engañosa hace que ofrezcamos tratamientos preventivos sin eficacia y con potenciales efectos adversos.
Bañar al niño con agua muy caliente
Si en casa la temperatura es correcta el baño ha de ser como siempre, con el agua tibia para evitar quemaduras en la piel del bebé. Además, en invierno la piel se reseca más, por lo que es beneficioso bañar al niño con un jabón syndet (sin detergentes) e hidratar la piel tras el baño con un aceite vegetal (almendras) o una crema hidratante especialmente diseñada para los más pequeños. La hidratación es importante ya que el viento y el frío dañan la barrera lipídica de la piel y de los labios
Olvidarnos el protector solar
Aunque en invierno nos parezca que el sol no nos hace tanto daño, debemos pensar que en las actividades al aire libre o de montaña, como el trekking o el esquí, es muy aconsejable aplicarse protector solar para evitar quemaduras y prevenir, ya desde la infancia, el melanoma o cáncer de piel.
No salir a la calle
No podemos mantener a los niños en una burbuja todo el invierno… por lo que es importante, tomando todas las medidas necesarias, salir cada día a dar un paseo, al jardín o el fin de semana a la montaña o a la playa para caminar, que nos dé el sol y respirar aire más limpio…
Artículo de Esther Martínez García
Pediatra
Pediatra, experto en acupuntura por la Harvard Medical School (EE. UU.) Y profesor de la M.S. en Acupuntura de la Universidad de Barcelona (España) - Consultora de Advanced Medical.
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