Olas de frío, ¿cómo afectan a la salud?
El frío extremo supone, además, un riesgo para la salud, pero sabes cómo afectan las olas de frío a nuestro cuerpo o quiénes son los más afectados. Te explicamos qué puedes hacer para protegerte.
Las olas de frío y los problemas de coagulación
Nuestro cuerpo intenta mantener una temperatura interna estable, independientemente de cuáles sean las temperaturas en el exterior. De hecho, tenemos una gama de reflejos que se activan para mantener nuestra temperatura central estable en torno a los 37,5°C, para que nuestras células y órganos estén protegidos de cualquier daño.
Las olas de frío pueden dificultar que el cuerpo mantenga esa temperatura, especialmente si estamos mucho tiempo en el exterior o en viviendas con poca calefacción. Es más, las bajas temperaturas pueden provocar un incremento de la viscosidad de la sangre y un aumento de la presión arterial y el ritmo cardiaco.
Todo esto puede producir problemas de coagulación, una de las razones por las que aumentan los ataques cardíacos y los accidentes cerebrovasculares en los días posteriores al clima más frío.
Cómo afectan las bajas temperaturas al sistema inmune
Aunque los catarros no los causa el frío (sino los virus), lo cierto es que las bajas temperaturas pueden afectar al sistema inmune. El frío disminuye las defensas y favorecen algunas enfermedades respiratorias como los resfriados, la gripe, la bronquitis o la neumonía, Por ello, es importante mantener nuestras defensas en orden con una buena alimentación.
Hay que tener en cuenta que el aire frío puede secar y dañar tanto el revestimiento interior de la nariz, como de otros epitelios superficiales, haciéndolos más susceptibles a la penetración de un virus.
En este sentido, un estudio publicado en la revista PNAS indica que el rinovirus, principal responsable de los resfriados, se reproduce mejor en el ambiente más fresco de la nariz que a la temperatura superior de los pulmones.
También hay que considerar que las infecciones por virus como el SARS-CoV-2 y la gripe son más fáciles de transmitir en ambientes fríos. De hecho, un estudio publicado en la revista Nature Computational Science señaló a la COVID-19 como una infección estacional y que su transmisión está asociada a temperaturas y humedad bajas.
La exposición al frío y la mortalidad
Las bajas temperaturas durante las olas de frío afectan a la capacidad de nuestro cuerpo para combatir las infecciones. Por ese motivo, en las semanas posteriores al frío, hay más muertes por infecciones como neumonía, ya que las afecciones pulmonares y la tos pueden convertirse en un problema más grave.
Además, varias investigaciones han relacionado la exposición a bajas temperaturas con un aumento de la mortalidad. Por ejemplo, un estudio publicado en American Journal of Epidemiology analiza cómo las bajas temperaturas se asocian con un mayor riesgo de mortalidad en 15 ciudades europeas. Los investigadores concluyen que una disminución de 1°C en la temperatura se asocia con un aumento del 1,35% en el número diario de muertes naturales totales y un aumento del 1,72% en el número de muertes cardiovasculares, respiratorias y cerebrovasculares.
Quiénes son los más afectados por las olas de frío
El nivel socioeconómico también juega un papel importante en el impacto del frío sobre la salud. Es más, la pobreza energética es un elemento clave para determinar los colectivos de población más vulnerables.
No todo mundo padece los efectos de las olas de frío de la misma manera. Las bajas temperaturas generan un estrés en el cuerpo que puede causar serios problemas de salud en los individuos más susceptibles, como los niños, las personas mayores y los enfermos crónicos.
Las bajas temperaturas también se han relacionado con un mayor riesgo de lesiones laborales. El riesgo de sufrir un accidente de trabajo en España aumenta un 4% en días de frío extremo, según un estudio publicado en Environmental Health Perspectives.
Consejos para protegernos del frío
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Para combatir los efectos del frío, es muy recomendable llevar una dieta que aumente la producción de energía calorífica. Puede ser elevando la ingesta de carbohidratos (arroz, pasta, legumbres) y proteínas (carnes y pescado azul).
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Es necesario beber mucho líquido como agua, infusiones o zumos, y evitar el alcohol, que no hace que el cuerpo entre en calor, sino que favorece su pérdida.
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También sería recomendable controlar la temperatura de la vivienda, procurando que esté al menos a 20º C, así como llevar varias capas de ropa para evitar pérdidas de calor y mantener la temperatura corporal.
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Otro punto importante a considerar es que los bebés menores de un año nunca deben dormir en una habitación fría porque pierden calor corporal más fácilmente que los adultos. El organismo aconseja vestir a los bebés con ropa abrigada, como pijamas con patas (que cubran los pies), mantas de una pieza o sacos de dormir. También aconseja evitar usar almohadas o ropa de cama blanda que pueda aumentar el riesgo de asfixia.
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El gorro y los guantes son fundamentales para salir a la calle para proteger las zonas por las que se pierde más calor. Es decir, la cabeza, los pies y las manos.
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Además, es necesario que las personas mayores sigan realizando algún tipo de actividad física. En este punto es importante saber que moverse puede ayudarnos cuando hace frío, ya que esto mantiene la sangre fluyendo por el cuerpo y ayuda a prevenir la coagulación. En caso de poder salir, es buena idea mover los dedos de los pies y las manos.
Preguntas frecuentes sobre las olas de frío
¿Qué es una ola de frío?
Una ola de frío es un período de temperaturas extremadamente bajas que persiste durante varios días, afectando grandes áreas geográficas. Se considera una ola de frío cuando las temperaturas caen significativamente por debajo de los promedios habituales de la temporada en una región específica.
¿Qué consecuencias tiene una ola de frío en la salud?
Las olas de frío pueden aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, respiratorias y empeorar infecciones como la neumonía. También pueden causar hipotermia y problemas de coagulación debido al aumento de la presión arterial y la viscosidad de la sangre en temperaturas extremadamente bajas.
¿Cuándo suelen empezar las olas de frío?
Las olas de frío suelen ocurrir durante los meses de invierno, cuando las temperaturas alcanzan sus mínimos estacionales. Su frecuencia y duración dependen de factores climáticos, pero generalmente se producen en las latitudes más altas o en regiones sujetas a cambios bruscos en la circulación atmosférica.
¿Cuál fue la ola de frío más grande de la historia?
Una de las olas de frío más devastadoras fue la de 1709, que afectó a Europa con temperaturas extremadamente bajas. Conocida como "El Gran Invierno", esta ola de frío causó la muerte de miles de personas y grandes pérdidas en la agricultura por las heladas.
¿Qué efectos produce el exceso de frío en el cuerpo humano?
El frío extremo afecta al cuerpo causando problemas de coagulación, incrementa la presión arterial y el ritmo cardíaco. También disminuye las defensas inmunológicas, haciendo a las personas más susceptibles a infecciones respiratorias como gripe, resfriados y bronquitis.
¿Qué causa las olas de frío?
Las olas de frío son provocadas por masas de aire polar o ártico que descienden hacia regiones más templadas debido a cambios en la circulación atmosférica. Factores como el vórtice polar o fluctuaciones en los patrones climáticos globales contribuyen a su aparición.
¿Qué tipos de daños puede causar una ola de frío?
Las olas de frío pueden dañar la salud humana, aumentando el riesgo de enfermedades respiratorias, infartos y accidentes cerebrovasculares. También generan problemas en infraestructuras como tuberías congeladas y cortes eléctricos, afectando el bienestar de las comunidades.
¿Qué pasa si respiras aire muy frío?
Respirar aire muy frío irrita las vías respiratorias, puede secar las mucosas y disminuir las defensas locales, facilitando infecciones respiratorias. En casos extremos, puede desencadenar broncoespasmos, dificultando la respiración, especialmente en personas con asma o enfermedades respiratorias crónicas.
¿Cómo protegerse de una ola de frío?
Para protegerse, es crucial mantener la casa a una temperatura adecuada, vestirse con varias capas de ropa, consumir una dieta energética rica en carbohidratos y proteínas, y evitar el consumo de alcohol. También es recomendable mantenerse activo para mejorar la circulación y conservar el calor corporal.
¿Quiénes son los más afectados por las olas de frío?
Los más afectados son los ancianos, niños pequeños y personas con enfermedades crónicas, ya que son más vulnerables a los efectos del frío. Además, quienes viven en situación de pobreza energética también están en mayor riesgo debido a la falta de calefacción adecuada en sus hogares.
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