Embarazo y gases: cómo reducir las molestias

En el embarazo, los gases aumentan y se acumulan con mayor frecuencia, ocasionando diferentes molestias a la mujer.
Embarazo y gases están estrechamente vinculados debido a varias circunstancias inherentes a la gestación. Dicho de otra manera, los gases son una molestia o incomodidad muy habitual en mujeres embarazadas.
Aunque no se trata de un problema grave, puede llegar a ser un síntoma muy desagradable, capaz de ocasionar malestar y dolor.
Afortunadamente, existen varias medidas que se pueden poner en práctica para minimizar los gases y otras molestias digestivas durante la gestación.
Embarazo y gases acumulados
En el embarazo, es común experimentar un aumento de la cantidad de gases y otras molestias digestivas.
Al igual que ocurre en hombres, niños y mujeres no gestantes, en las embarazadas los gases proceden y dependen de los alimentos ingeridos, la forma en la que se consumen y su fermentación en el colon, así como de la difusión de ciertos gases desde el torrente sanguíneo al intestino.
Sin embargo, durante el embarazo tienen lugar varios eventos que acentúan la formación y acumulación de gas en el tracto digestivo.
¿Por qué aumentan los gases en el embarazo?
Uno de los principales factores que contribuye al aumento de gases en embarazadas es la hormona progesterona.
Esta hormona, que experimenta un aumento de sus niveles desde el inicio del embarazo, induce una relajación de los tejidos musculares y hace que el tránsito intestinal se ralentice, lo cual favorece un aumento de la producción de gases.
Como consecuencia, se puede experimentar una sensación de hinchazón y liberación involuntaria de flatulencias. Esto es por el estado más relajado de la musculatura ya que resulta más complicado controlar la liberación de gases.
Si bien la progesterona suele ser la responsable de los gases en el primer trimestre de embarazo, a medida que la gestación avanza intervienen otros factores.
Concretamente, al final del embarazo, los gases se pueden intensificar por el crecimiento del útero, que desplaza y ejerce presión sobre el intestino, algo que también provoca enlentecimiento de las digestiones y acumulación de gases.
Además de la distensión abdominal y la mayor cantidad de eructos y flatulencias, la acumulación de gases puede contribuir al dolor o el malestar en el área del bajo vientre que experimentan muchas mujeres a lo largo del embarazo.
En ocasiones, este dolor se debe a la mayor sensibilidad del intestino al gas acumulado, pero también puede experimentarse como consecuencia de la inflamación del vientre.
Por supuesto, embarazo y gases acumulados suele significar un incremento de los ruidos intestinales y, como ya mencionamos, una mayor probabilidad de escapes involuntarios.
Esto para muchas mujeres resulta vergonzoso o incómodo, lo que aumenta la preocupación y el malestar emocional por la acumulación de gases.
Otras molestias digestivas en el embarazo

Los gases en el embarazo suelen venir acompañados de otras alteraciones digestivas que pueden aumentar la incomodidad y las molestias. Entre ellas se incluyen:
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Indigestión y acidez: aunque pueden manifestarse en cualquier momento del embarazo, la indigestión y la acidez o el ardor de estómago aparecen con mayor frecuencia en etapas avanzadas de la gestación.
Al igual que el aumento de gases, estos problemas digestivos se deben tanto a los cambios hormonales como al crecimiento del útero.
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Estreñimiento: el estreñimiento es uno de los síntomas más comunes en el embarazo. Se debe principalmente a la ralentización del tránsito intestinal.
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Diarrea: los cambios hormonales que experimenta el cuerpo de la mujer embarazada también pueden dar lugar a diarrea. No obstante, existen muchas otras causas que pueden ocasionar este problema, por lo que será importante consultar con tu médico si se vuelve persistente y/o aparece acompañado de fiebre o dolor abdominal.
Cómo reducir los gases y las molestias asociadas
El aumento de la hormona progesterona, su efecto en la musculatura y el crecimiento del útero son cambios necesarios para la gestación.
Esto significa que no podemos hacer nada para prevenir por completo el aumento de gases a lo largo del embarazo.
Sin embargo, sí podemos hacer que embarazo y gases sean más llevaderos evitando potenciar el problema y poniendo en práctica medidas que reduzcan las molestias ocasionadas. Algunas de esas medidas son:
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No comer rápido. Comer demasiado rápido o bajo una situación de estrés, puede dar lugar a una ingesta de aire excesiva mientras comes.
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Masticar bien los alimentos que se consuman. De esta manera ayudarás a reducir la producción de gas durante la digestión de los mismos.
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Evitar alimentos que propicien la formación de gases, como la coliflor o algunas legumbres.
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Prescindir de las bebidas con gas o carbonatadas y no utilizar pajitas para beber, ya que favorece la deglución de aire o aerofagia.
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Realizar varias comidas ligeras, distribuidas a lo largo del día, y evitar las comidas copiosas. Es decir, que resulta conveniente comer en pequeñas cantidades pero con más frecuencia. Así evitaremos las digestiones pesadas y el aumento en la producción de gas.
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Practicar ejercicio físico regular, para estimular la digestión y favorecer el tránsito intestinal. De esta forma reducirás la hinchazón abdominal, la sensación de pesadez y la probabilidad de sufrir estreñimiento.
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Evitar alimentos picantes o con alto contenido en grasas, no solo para minimizar la acumulación de gases, sino también las indigestiones y el ardor de estómago.
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Para evitar o minimizar el estreñimiento, debes beber suficiente agua y consumir una cantidad adecuada de fibra, incluyendo en tu dieta frutas, verduras y granos enteros.
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No sobrepasarse con el consumo de fibra pues, aunque es clave para evitar y reducir el estreñimiento, puede contribuir a un aumento de los gases si se consume en exceso.
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Extremar las precauciones para evitar ingestas involuntarias o contaminación cruzada si te han diagnosticado enfermedad celíaca, intolerancia a la lactosa, síndrome del intestino irritable u otra patología digestiva que requiera una dieta controlada o restricción de ciertos alimentos.
Embarazo y gases: ¿puedo tomar algún medicamento?
La mejor manera de reducir los gases y las molestias que estos producen durante el embarazo es siguiendo las pautas que hemos mencionado en el punto anterior. Es decir, poniendo en práctica unos hábitos alimenticios y de salud adecuados.
No obstante, existen diferentes fármacos para el tratamiento de las flatulencias, como los derivados de la simeticona y la dimeticona.
Estos medicamentos reducen las molestias de los gases acumulados y la distensión abdominal gracias a que destruyen las burbujas de gas y facilitan su disgregación o eliminación.
Sin embargo, desde que tiene lugar el embarazo y hasta que se concluye la lactancia, las mujeres deben ser muy cuidadosas con los fármacos que consumen, ya que muchos de ellos no son recomendables o están prohibidos durante ambos periodos.
Por tanto, en ningún caso te automediques para tratar los gases si estás embarazada. Si las molestias que te ocasiona este problema te resultan insoportables, habla con tu médico.
El profesional sanitario será la persona más indicada para orientarte, darte pautas que te ayuden a minimizar los gases durante el embarazo y, si es necesario, recetarte el tratamiento adecuado.
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