Listeria en el embarazo: qué es y cómo evitarla

1. Listeria en el embarazo: qué es

2. Cuál es la población de mayor vulnerabilidad

3. Síntomas y complicaciones de la listeria en el embarazo

4. Cómo evitar el contagio

Si te has enterado de que estás embarazada y ya has acudido a la primera cita con tu médico, seguro que te habrá dado una serie de recomendaciones para evitar ciertas enfermedades. La listeria en el embarazo es una de ellas y puede suponer un grave riesgo para la salud del bebé. Por este motivo, investigamos qué hay que evitar durante la gestación y qué medidas de seguridad alimentaria debes seguir para prevenir el contagio por la bacteria Listeria Monocytogenes.

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Listeria en el embarazo: qué es

¿No sabes qué es la listeria en el embarazo y qué riesgos puede suponer? Pues bien, la listeriosis es una enfermedad que se produce por una infección causada por la bacteria Listeria Monocytogenes, muy resistente a un amplio rango de temperatura, aproximadamente de 0-4 °C a 45 °C. 

Su capacidad de propagación a temperaturas de refrigeración permite contaminar productos alimenticios listos para el consumo como, por ejemplo, patés, salchichas cocidas, embutidos, mariscos o pescados ahumados, lácteos elaborados a partir de leche cruda, ensaladas preparadas.

La principal forma de transmisión (más del 90% de los casos de listeriosis humana) es por la ingesta de alimentos contaminados. Sin embargo, también se puede transmitir por contacto directo de animales enfermos o por el consumo de agua contaminada.

Una forma de eliminar esta bacteria presente en los alimentos es a través de la pasteurización, un tratamiento que se aplica para la eliminación de microorganismos patógenos. Se trata de un proceso por el cual los alimentos se calientan a temperaturas inferiores a 100 °C (normalmente alrededor de 75 °C) durante un tiempo determinado y después se enfrían a 4 °C. Todos los productos pasteurizados deben guardarse siempre en el frigorífico para no romper la cadena de frío.

La bacteria puede ser eliminada de los alimentos al someterse a un tratamiento de pasteurización o mediante la cocción a 65 °C (o más). Al contrario que otras bacterias, la L. Monocytogenes no se elimina por congelación, por lo que este método no sería útil para prevenir el contagio de listeria en el embarazo.

¿Cuál es la población de mayor vulnerabilidad?

A pesar de que para la mayoría de la población la listeriosis puede no suponer un gran problema, el contagio por listeria sí puede suponer un grave riesgo para la salud de personas con el sistema inmune más débil. El colectivo al que más puede afectar es a las personas mayores, recién nacidos, mujeres embarazadas o enfermos de VIH/SIDA. Las personas sanas también pueden infectarse. En ese caso, se trata de una listeriosis no invasiva, la cual presenta síntomas leves que remiten a corto plazo.

Síntomas y complicaciones de la listeria en el embarazo

Ahora que ya sabemos qué es la listeria en el embarazo, vamos a descubrir cuáles son los síntomas y las posibles complicaciones que se pueden presentar. Lo cierto es que, en muchas ocasiones, los síntomas de esta enfermedad pueden pasar desapercibidos, ya que son inespecíficos y dependen de cada caso. En muchas ocasiones, es posible que no aparezca ningún síntoma.

Cuando la bacteria pasa del intestino a otros tejidos, puede provocar sepsis, debido a la bacteriemia (es decir, a la presencia de bacterias en el torrente sanguíneo), meningitis (inflamación de las membranas que recubren el cerebro y la médula espinal) y otras complicaciones graves.

Por su parte, la listeria en el embarazo suele provocar fiebre, fatiga y molestias gastrointestinales leves, como diarreas, náuseas, dolor abdominal, etc. En algunos casos, también puede ser asintomática. Si la bacteria llega a la placenta, puede dañar gravemente el feto, provocando un aborto espontáneo, sobre todo, en los casos cuando la infección se adquiere en el primer o segundo trimestre de embarazo. 

La realidad es que la mayoría de los casos de listeria en el embarazo se contagian durante el tercer trimestre, pudiendo causar un parto prematuro de alto riesgo o la muerte fetal. El tratamiento de la listeriosis consiste en la administración de antibióticos durante un mínimo de siete días, pudiéndose alargar hasta las dos semanas. Cuanto antes se administre, mejor será el pronóstico.

¿La listeria en el embarazo es infrecuente? 

Seguro que si estás embarazada, te preocupa este y otros temas relacionados con la salud de tu bebé. Pero debes saber que la listeria en el embarazo es una infección poco frecuente, ya que afecta a 1 de cada 1000 embarazos. No obstante, como ya hemos visto, las consecuencias pueden resultar fatales para el feto. Por tanto, es muy recomendable tomar todas las medidas de seguridad para evitar el contagio. 

Cómo evitar el contagio

Para prevenir la infección por listeria en el embarazo y en otros colectivos de riesgo, es preciso respetar las siguientes medidas de seguridad alimentaria:

• Mantener la higiene.

  • Lavarse las manos adecuadamente antes y después de cocinar, así como de manipular alimentos crudos.

  • Asegurar la higiene en todos los utensilios y superficies que se utilicen a la hora de cocinar.

  • Lavar correctamente los vegetales que se vayan a consumir crudos, como lechuga, zanahoria, pepino, espinacas, canónigos, etc.

  • Extremar la limpieza de la cocina y la nevera.

• Cocinar los alimentos a la temperatura interna adecuada. Es recomendable usar un termómetro de cocina para asegurar que las preparaciones de carne y aves alcancen una temperatura interna de al menos 75 °C. En el caso de los huevos se podrán consumir siempre que la yema esté bien cocida.

• Evitar la ingesta de productos no pasteurizados como la leche cruda y quesos blandos tipo Brie, Camembert, mozzarella o quesos azules, a no ser que en la etiqueta especifique que están hechos con leche pasteurizada. Escoger quesos duros preparados con leche pasteurizada.

• Evitar la ingesta de alimentos potencialmente peligrosos como embutidos, fiambres, productos cárnicos listos para comer como los patés, salchichas, etc., germinados crudos, pescados* y mariscos crudos o ahumados. No es necesario evitar aquellos pescados o mariscos enlatados no perecederos (que no requieran de conservación en frío) como las latas de atún, caballa, anchoas, mejillones, etc.

• Evitar el contacto entre alimentos crudos y cocinados. Lavar bien los utensilios y las superficies que hayan estado en contacto con alimentos crudos. Por ejemplo, evitar usar el mismo cuchillo (o tabla de cortar, etc.) que se ha utilizado para cortar una carne cruda para otra preparación que se consumirá cruda o que ya ha sido cocinada. De esa forma, evitamos la contaminación cruzada.

• Almacenar debidamente los platos ya preparados. Congelar o guardar preparaciones ya cocinadas debidamente para evitar la proliferación de microorganismos.

• Respetar la fecha de caducidad de todos los productos alimentarios, especialmente de aquellos etiquetados como “listos para consumir”.

Las mujeres gestantes, ante la sospecha de haber ingerido cualquier alimento contaminado y, especialmente, en presencia de alguno de los síntomas descritos anteriormente, deben procurar atención médica lo antes posible para descartar el contagio. Y, de haberse producido, administrar cuanto antes el tratamiento con antibiótico.

Durante la gestación es primordial cuidar la dieta y tomar las precauciones necesarias para evitar la infección de listeria en el embarazo o la toxoplasmosis. Conocer la enfermedad y los alimentos que pueden estar contaminados, es el primer paso para conseguir prevenirla. En caso de dudas o necesidad de asesoramiento sobre la alimentación durante el embarazo, es aconsejable acudir a un dietista-nutricionista. 

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